viernes, 31 de octubre de 2008

TESTIMONIO


Sor Emmanuelle, cinco días antes de su regreso a la casa del Padre
«La muerte es el día más bonito de la vida»
Ha muerto en Francia, a los 99 años, la Hermana Emmanuelle, de Notre-Dame de Sion, después de toda una vida de entrega a los más pobres, en países musulmanes y, desde 1993, en Francia. Sólo cinco días antes, el diario Le Figaro hablaba con esta religiosa tan querida por los franceses

San Agustín decía: «La medida del amor es…»Amar sin medida. ¡Es tan cierto! Hace falta amar sin medida. Si no, esto no marcha. Si uno piensa siempre en sí mismo…, de eso hay que olvidarse! Basta con amar con toda tu alma, con tu inteligencia, con todo tu ser.
¿Esto se aprende?Se desarrolla poco a poco. Y proporciona una vida extraordinariamente bella.

¿Ha luchado en su vida porque este deseo de amar no era en usted bastante fuerte?

Por supuesto, porque yo no hacía el esfuerzo lo suficientemente grande. Poco a poco, traté de hacerlo mejor, y he mejorado un poco.

¿La noción de lucha la ha querido enseñar igualmente?¡

Cómo no! ¡Cómo no! La lucha es importante. Es la lucha la que da dignidad al hombre. La que hace que un hombre se tenga en pie.¡

Para durar tanto, y pronto serán 100 años, le habrá hecho falta amar este mundo!

Si no lo hubiera amado, habría llegado a la misma edad. No es ésa la cuestión. La cuestión es que el amar da a la vida un colorido muy bello. Cautivador.

¡La vida le ha cautivado siempre!

Cada minuto nos aporta algo bueno que hacer, ya sea en uno mismo, sea orando, sea con los demás. En Europa he podido constatar un cierto aburrimiento. Europa está taciturna. En los traperos de El Cairo esto no existe. Perdone la expresión, pero todo el mundo estaba de guasa. Yo volví a Europa en 1993, pensando que la vida iba a ser maravillosa, y no hago más que toparme con gente que no para de quejarse. Del tiempo, y de los padres, y del marido, y de la mujer… Y de todo lo que les pasa. (Ríe)

¿Estos años en El Cairo han sido los años más bonitos?

Mis años en las chavolas con los traperos han sido una maravilla… No hay nada que se pueda comparar a eso.

¿Por qué eso le ha llevado al fondo de sí misma?

Porque me ha llevado a tener relaciones muy buenas, muy fuertes con Dios, primero, y con los hombres. Como el Niño Jesús, a dar una mano y recibir de la otra.

¿Qué piensa ahora? ¿En el reencuentro con Él?

Pienso mucho. Me digo: Emmanuelle, un poco más de paciencia. Lo que me interesa son los reencuentros. Eso es maravilloso. Como decía nuestro padre fundador (el padre Théodore Ratisbonne, NDLR), la muerte es el día más bonito de mi vida. El día en que al fin la novia ve a su novio cara a cara, el hijo a su padre, la mujer a su marido. Es el día más bonito de la vida. No está mal, ¿eh?
La catedral de Notre Dame se quedó pequeña, el pasado jueves, para el funeral de sor Emmanuelle, que presidióel cardenal Vingt-Trois, arzobispo de París. Asistió, entre otrasautoridades, el Presidente francés, Nicolás Sarkozy
¿Eso quiere decir que usted espera sin miedo? ¿Llega a eso?

No tengo miedo a la muerte. Pero lo que la precede… Eso… Yo no estoy segura. En fin, lo he arreglado con la Santísima Virgen: Ruega por nosotros pobres pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Le he dicho millones de veces que me pongo en sus manos, y no me preocupo más.

Ella ha sido una presencia muy importante en su vida…

Sí, claro, María, es mi sonrisa, mi corazón.

Entre su herencia está la Asociación Sor Emmanuelle, que deberá continuar sin usted.

La Asociación va muy bien. Nos ocupamos de 70.000 niños en el mundo, en ocho países, no está mal. Y mis amigos que se ocupan son muy fuertes, por eso funciona.

Desde hace 80 años usted es sor Emmanuelle. ¿La palabra sor qué significa para usted?

Mucho amor. Me gustaría ser la hermana universal. Querer a todo el mundo con todo mi corazón.

jueves, 30 de octubre de 2008

YO FUI MASON


Yo fui masón
Maurice Caillet
Libros libres
LOS SECRETOS DE LA MASONERÍA AL DESCUBIERTO

Tras numerosos estudios sobre la masonería, más o menos corroborados, aparece por fin un libro escrito por un ex masón, converso, cerebro brillante y de asombrosa honestidad intelectual. Maurice Caillet es un médico francés que, educado sin una sola referencia religiosa, arribó en el materialismo cientificista. Por indicación de un amigo, entró a formar parte en el Gran Oriente de Francia, una de las logias masónicas más influyentes de Francia. Prontamente, y tras destacar por su lucidez, fue ascendiendo en el escalafón interno de la organización hasta alcanzar el grado de Venerable. Sin embargo, una suerte de perversas maniobras por parte de sus “hermanos” y la enfermedad de su mujer provocaron que Caillet se replanteara sus principio.
El lector tiene entre sus manos un testimonio que muy pocos se atreven a ofrecer. Maurice Caillet llegó muy alto en el Gran Oriente de Francia y cuenta sobre la Masonería lo que otros callan: rituales, tenidas, significados ocultos.. y como trasfondo, la cara oculta de una institución tanto más cuestionada cuanto más presume de humanismo y tolerancia.
Sobre el autor
Maurice Caillet
Maurice Caillet nació en Burdeos (Francia) en 1933 de padres agnósticos, que no le bautizaron. Se licenció en Medicina y ejerció como cirujano en la ciudad bretona de Rennes. Especializado en Ginecología y Urología, practicó abortos y esterilizaciones antes y después de que gozasen de amparo legal. Ateo por convicción y miembro del partido Socialista Francés, llegó a alcanzar cargos de relevancia en la Administración sanitaria. En 1969, al poco de divorciarse, ingresó en la Masonería, en la cual permaneció quince años, que cambiaron su vida.

PACIENCIA Y ESPERANZA


Un pastor tenía dos ovejas. Estaba contento porque las dos habían parido y tenían dos hermosos y juguetones corderitos.

Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran.

Durante las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros. Aquel día las soltó como siempre y dejó a los corderitos en el corral.

Las dos ovejas cruzaron el río caminando por su firme lecho de piedras. Las aguas del río eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario.

Más al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue torrencial. El río se desbordó.

El pastor se acercó hasta la orilla. Sabía que era la hora en que volvían sus ovejas para amamantar a sus crías y pasar la noche en el corral. Vio que era imposible cualquier intento de cruzar aquel torrente sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.

Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran. La otra se impacientó y empezó a lamentarse. "Este agua no descenderá y mi hijo se morirá de hambre. Aquí nos sorprenderá el lobo y moriremos". Su compañera trató de calmarla. "No te impacientes. Recuerda que ya hemos visto muchas veces al río crecido y siempre han descendido sus aguas. No nos pasará nada importante y mañana amamantaremos a nuestros hijos".

Sus reflexiones no sirvieron de nada. La oveja se lanzó al agua. El pastor la miraba impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo golpeándola contra las rocas salientes.

Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante, y pastor y oveja se miraron desde las dos orillas. El pastor, que conocía bien los pasos menos peligrosos entró al agua y cuidadosamente llegó hasta la otra orila. Ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.

Los corderillos balaban en el corral. El pastor hizo que huérfano mamara de la oveja sobreviviente que se convirtió en madre adoptiva.

Sin esperanza es imposible tener paciencia. Nadie espera lo imposible. La esperanza más hermosa es la que nace en las situaciones más desesperantes.

La impaciencia con la que quieres alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana.

miércoles, 29 de octubre de 2008

MISERICORDIA


Uno de los valores más necesarios en el mundo actual es la Misericordia.

Muchos nos hemos vuelto duros, rígidos, muchas veces intolerantes e insensibles.

Bastantes, hoy en día, esperan el momento del error del otro para echárselo en cara. Podemos escudarnos en que buscamos su bien, en que lo estamos educando, que es la única forma de que aprenda. Sin embargo esta no es la enseñanza de Cristo.

Cristo dijo: "sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto". Y, ¿cuántos de nosotros lo somos?. ¿Y por no serlo, ¿cristo nos humilla?. No. Respeta nuestro proceso evolutivo, nos acepta y alimenta con amor y de este modo nos permite experimentar su misericordia.

Aprendamos a mirar dentro de nosotros mismos. Así descubriremos toda nuestra miseria. Y podremos tratar a los demás con dulzura y compasión.

Hay que estar vigilantes para no incurrir en la ira y la impaciencia, dos grandes enemigos de la misericordia.

Debemos examinarnos para descubrir si existe alguna compulsión inconsciente que nos lleva a ir por la vida de superior - de redentor- o de víctima. Si es así será difícil vivir la misericordia.

martes, 28 de octubre de 2008

DOCE APOSTOLES


«Llamó a sus discípulos, escogió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles»


La Tradición apostólica no es una colección de cosas, palabras, como una caja de cosas muertas; la Tradición es el río de la vida nueva que viene desde los orígenes, de Cristo hasta nosotros, y nos implica en la historia de Dios con la humanidad. Este tema de la Tradición... es de gran importancia para la vida de la Iglesia. El Concilio Vaticano II ha subrayado, a este respecto, que la Tradición es apostólica primero en sus orígenes: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total del Dios sumo (2C 1,20; 3,16-4,6), mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio, comunicándoles los dones divinos. Este Evangelio, prometido antes por los Profetas, lo completó El y lo promulgó con su propia boca, como fuente de toda la verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres» (Dei Verbum 7). El Concilio prosigue subrayando que este compromiso ha sido fielmente llevado a cabo «por los apóstoles que por la predicación oral, en los ejemplos e instituciones, transmitieron todo lo que habían aprendido de la misma boca de Cristo, viviendo con él y viéndole actuar; y también que ellos mismos gozaban de sugerencias dadas por el Espíritu Santo». Con los apóstoles, añade el Concilio, colaboraron también «unos hombres de su mismo entorno, los cuales, bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo, consignaron por escrito el mensaje de salvación». Cabezas del Israel escatológico, en número de doce tal como lo eran las tribus del pueblo elegido, los apóstoles continuaron la «cosecha» comenzada por el Señor y lo hicieron, ante todo, transmitiendo el don recibido, la Buena Nueva del Reino llegado a los hombres en Jesucristo. El número de doce expresa no sólo la continuidad con la raíz santa, el Israel de las doce tribus, sino también el destino universal de su ministerio, portador de salvación hasta los extremos de la tierra. Se puede captar eso a partir del valor simbólico de los números en el mundo semítico: doce es el resultado de la multiplicación de tres, número perfecto, por cuatro, número que nos remite a los cuatro puntos cardinales, es decir, al mundo entero.


Papa Benedicto XVIAudiencia general del 3•5•2006

lunes, 27 de octubre de 2008

DISCULPAR Y PERDONAR


Es muy posible que, en la convivencia de todos los días, alguien nos ofenda, que se porte con nosotros de forma poco noble, que incluso con sus palabras, sus actos u omisiones nos perjudique. Y esto de forma habitual. ¿He de perdonar siempre?. Conocemos la respuesta que da Cristo a Pedro, y a nosotros: "no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Es decir, siempre. Cristo pide a sus discípulos, a quines le siguen, una postura de perdón y de disculpa ilimitadas. A los suyos Cristo les pide un corazón noble y grande.

Nuestro perdón ha de ser sincero, de corazón. Hemos de intentar hacer como Cristo, que perdona todo y a todos.

El perdón ha de ser lo más rápido posible, sin dejar que el rencor nazca en nuestro corazón. Sin humillar a la otra parte, sin adoptar gestos teatrales haciéndonos la víctima. Muchas veces es suficiente con sonreír y seguir la conversación interrumpida.

En muchas ocasiones nos puede costar el perdón. En lo grande o en lo pequeño. Hemos de comprender que el perdón real tiene su origen en la humildad y en el amor.

El amor ensancha el corazón para que quepan en él todos los hombres incluso aquellos que no nos comprenden o no corresponden a nuestro amor.

Hemos de aprender a no juzgar las intenciones íntimas de las personas. Solemos cometer muchos errores porque a veces nos dejamos llevar por sospechas temerarias ya que la soberbia es como esos espejos curvos que deforman la realidad.

Tan sólo el humilde es objetivo y capaz de comprender las faltas de los demás y desde la comprensión puede perdonar.

Es muy difícil la convivencia en paz y armonía para quienes no han desarrollado la capacidad de perdonar desde la comprensión.

viernes, 24 de octubre de 2008

DISCERNIR LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS


Evangelio según San Lucas 12,54-59.

Dijo también a la multitud: "Cuando veais que una nube se levanta en occidente, vosotros decís en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, decís que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Vosotros sabeis discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no sabeis discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgais vosotros mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".

Concilio Vaticano IIDecreto sobre el ecumenismo, 4
Discernir los signos de los tiempos
Hoy, en muchas partes del mundo, por inspiración del Es¬píritu Santo, se hacen muchos intentos con la oración, la palabra y la acción para llegar a aquella plenitud de unidad que quiere Jesucristo. Este Sacrosanto Concilio exhorta a todos los fieles católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, cooperen diligentemente en la empresa ecuménica. "Por movimiento ecuménico" se entiende el conjunto de activi¬dades y de empresas que, conforme a las distintas necesidades de la Iglesia y a las circunstancias de los tiempos, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos. Tales son, en primer lugar, todos los intentos de eliminar palabras, juicios y actos que no sean conformes, según justicia y verdad, a la condición de los hermanos separados, y que, ¬por tanto, pueden hacer más difíciles las mutuas relaciones en ellos; en segundo lugar, "el diálogo" entablado entre peritos y técnicos en reuniones de cristianos de las diversas Iglesias o comunidades, ¬y celebradas en espíritu religioso. En este diálogo expone cada uno, por su parte, con toda profundidad la doctrina de su comunión, presentado claramente los caracteres de la misma. Por medio de este diálogo, todos adquieren un conocimiento más auténtico y un aprecio más justo de la doctrina y de la¬ vida de cada comunión; en tercer lugar, las diversas comuniones consi¬guen una más amplia colaboración en todas las obligaciones exigi¬das por toda conciencia cristiana en orden al bien común y, en cuanto es posible, participan en la oración unánime. Todos, final¬mente, examinan su fidelidad a la voluntad de Cristo con relación a la Iglesia y, como es debido, emprenden animosos la obra de renova¬ción y de reforma.Todo esto, realizado prudente y pacientemente por los fieles de la Iglesia católica, bajo la vigilancia de los pastores, conduce al bien de la equidad y de la verdad, de la concordia y de la colaboración, del amor fraterno y de la unión; para que poco a poco por esta vía, superados todos los obstáculos que impiden la perfecta comunión eclesiástica, todos los cristianos se congreguen en una única celebración de la Eucaristía, en orden a la unidad de la una y única Iglesia.

jueves, 23 de octubre de 2008

ACTITUD MENTAL POSITIVA


Cuando se tiene una actitud mental positiva constante, se presentan muchas oportunidades de servir y ser solidario desinteresadamente. Y en muchas de esas ocasiones, se produce lo que Carl Jung llamó sincronicidad. Es decir, una cadena de acontecimientos semejantes que se encadenan y se nos devuelven.La historia también nos ilustra en otro comportamiento fundamental para el éxito: ser agradecidos. Cuando alguien te ha favorecido o ha sido de alguna manera importante para ti, agradécelo cuanto antes. A la primera oportunidad dile al otro que es importante y necesario para ti, y habrás ganado una sonrisa y un colaborador para el futuro.

Sergio Valdivia

CODICIA


LA CODICIA DE UNOS CUANTOS HA GENERADO
UNA CRISIS A NIVEL MUNDIAL.
NO SE VIVEN LOS VALORES EVANGELICOS.
TRATA, TU, DE VIVIR LA VIRTUD DE LA TEMPLANZA QUE
ES MODERACIÓN EN TODO.
PROCURA NO CONTAMINARTE CON LOS VIRUS
DEL CONSUMISMO, DEL HEDONISMO, DEL INDIVIDUALISMO.
SON TENDENCIAS OPUESTAS AL MENSAJE DEL EVANGELIO.

miércoles, 22 de octubre de 2008

AMA A DIOS COMO EL TE AMA A TI


Si Dios tuviera un escritorio, tu fotografía estaría en él.
Si Dios llevara cartera tu foto estaría en ella.

El te envía flores cada primavera.
Te manda el amanecer cada día.
Siempre que quieras hablar,
El está allí para escucharte.
El vive en cualquier parte del Universo
y también en tu corazón.
Acéptalo. El te ama más que nadie.

Dios no te ha prometido días sin dolor,
risas sin pena, ni días de sol sin lluvia.
Sin embargo, el te prometió fuerza para cada día,
alivio para tus lágrimas
y luz en tu camino.
No dejes pasar un solo día sin decirle cuanto le amas.
Y recuerda que la mejor forma de amarle es hacer
algo cada día por los que más sufren, por los más
necesitados de amor y atenciones.

lunes, 20 de octubre de 2008

INTEGRAR LA SEXUALIDAD


Frente a falsos eslóganes como "busca tu equilibrio en la sexualidad" y frente a afirmaciones en el sentido de que tan sólo se puede estar en equilibrio con la práctica sexual vamos a aportar algunos conocimientos legados por la sabiduría de la tradición y la moderna psicología relacionados con esta área de la personalidad.

Hemos de liberar todo lo referente a la sexualidad del tabú que ha predominado en la tradición de la iglesia, consciente o inconscientemente.

En el pansexualismo actual no cuenta el espíritu para nada y la tendencia es a valorar a una persona pos sus éxitos en este campo. En la parte opuesta se sitúa la tendencia a demonizar la sexualidad.

Una espiritualidad genuina debe seguir una vía intermedia conciliando ambas falsificaciones en una interpretación equilibrada. El que excluye la sexualidad del ámbito de lo espiritual se condena a vivir anquilosado y seco. El que pretende sublimarla con bonitas palabras queda dividido en desacuerdo interior.

En la vida espiritual existen dos caminos para la integración de la sexualidad. Uno es el camino del matrimonio que pasa por el placer de la unión sexual destinada a la procreación o entendida como aspiración a la unión con el Creador como suma felicidad y que en la unión total de la pareja -cuerpo, alma y espíritu- es como un prólogo, una aproximación. Vivir de forma libre y responsable, dialogal, la sexualidad no significa, o no debe significar, una búsqueda ansiosa del placer. Significa descubrir en esa unión el camino hacia Dios y estimularse a proseguir en el camino hacía la felicidad, que no hay que confundir con el placer.

El Dr. H. Jellouschek, discípulo de Jüng piensa que:

"El potencial de placer en la relación sexual puede ser gratificante durante un corto periodo de tiempo pero jamás satisfacción permanente. El ansia de Dios supera y excede cualquier satisfacción posible del amor humano. La relación sexual puede tener la función de mantener viva la esperanza en el camino hacia el infinito."

En el matrimonio no se trata de una experiencia frívola de la sexualidad hasta agotar todas sus posibilidades, sino del placer de una unión que transforma la sexualidad en un preludio de unión espiritual.

En este intento hay que dar vía libre a la sexualidad y en matrimonios de intensa vida espiritual es seguro que se manifestará con absoluta espontaneidad. La energía sexual es vital. Si se la congela o reprime queda el ser humano reducido a la mitad. Un cristiano, o en general un aspirante a la vida espiritual, no tiene motivo alguno para tener miedo a la sexualidad. Por el contrario, debe elevar el placer y transformarlo en vida, en vitalidad en el cuerpo y en satisfacción provisional e imperfecta del anhelo de identificación con el Creador.

El que libremente ha elegido el celibato, siendo consciente de que posee ese carisma, y de las dificultades - no menores que en el camino del matrimonio- que encontrará para vivirlo tiene otra forma de vivir la sexualidad.

El celibato voluntario exige la integración de la sexualidad en la vida espiritual. No se trata en modo alguno de una separación o represión sino de una transformación consciente de la sexualidad en eros. El eros es un poderoso fertilizante de la vida espiritual. Cuando la corriente erótica llega a conectar con Dios, automáticamente se hace muchísimo más intensa la vida espiritual. En torno al ser humano de intensa vida en el Espíritu aparecen diversas formas de fertilidad espiritual con gran abundancia de frutos.

La transformación de la sexualidad en eros es igualmente una condición inexcusable en la mística. Lo erótico es necesario para dar el paso a la mística verdadera.

Si en el estado de la vida consagrada -monjes, sacerdotes, monjas, seglares comprometidos, etc- en la actualidad existen tan pocos místicos, en gran medida, se debe al hecho de haber saltado por encima de todo eros y de toda energía erótica.

En las vidas de los místicos encontramos ejemplos sublimes de transformación del eros en experiencia amorosa con Dios. El místico se deja amar intensamente por Dios y le corresponde. Llega así a una unión total.

Así Teresa de Avila en su trato con Gracián, en Francisco de Asis con Clara, En Benito con Escolástica, etc.

El que ha elegido conscientemente el celibato no debe caer en la tentación de reprimir la sexualidad y su transformación en eros. Debe preguntarse en que dirección fluye su energía erótica. A quien ama. Y como se manifiesta exteriormente esta inclinación amorosa. En la forma de expresar el amor a los demás se deja traducir la vitalidad de la vida espiritual.

Nunca vio Teresa de Avila en el eros un elemento turbador en sus relaciones con Dios. Por el contrario fue una energía revitalizadora. El gran amor a Gracián no la desvió en el camino hacia Dios. Muy al contrario, la centro en el camino hacia una relación muy íntima con Dios. Le enseño a amar a Dios en una dimensión mucho más profunda de la que se da en el amor humano. Pero el amor humano sirve de escuela y de guía.

El célibe tiene un problema. ¿Cómo puedo transformar la sexualidad en erotismo al servicio de la vida espiritual?. La respuesta no es someterla a control espiritual ni en intentar dominarla por voluntarismo y disciplina sino comprenderla y sentirla en su totalidad para descubrir su finalidad.

La pregunta sería: ¿qué es lo que realmente busco o a que se orienta mi sexualidad?. Hemos de buscar en ella una mayor vitalidad, buscamos una entrega a los demás, a la que nos abandonamos y en la que nos sentimos totalmente presentes, pletóricos de vida, en la verdad completa de nuestro ser.

Las esperanzas vinculadas con la sexualidad están muy por encima de toda verificación real en esta vida, incluso en las personas casadas.

En el placer de la experiencia sexual se comprende que una sexualidad vivida no es posible sin la complementariedad del otro y que la unión sexual en los casados tiene como último objetivo el de llevar a Dios - sino, estamos en un puro comportamiento animal- lo mismo que la renuncia voluntaria en los célibes.

Los místicos se han apropiado, con toda razón, de la terminología erótica como punto de referencia para orientarse a Dios como expresión y símbolo de la profunda aspiración del espíritu a unirse con El.

Nunca negaron los místicos la realidad sexual ni prescindieron de ella. Lo que hicieron fue considerarla en su finalidad de conjunto y orientarla a la unión con el Creador.

Cuando se estudian los escritos de los autores místicos como Eckart, Hildegarda, Stein, Teresa, etc. se está palpando una espiritualidad que rezuma vitalidad, humanismo, libertad, amplitud de miras, ternura, alegría, profunda paz...

Hay una enorme energía en la sexualidad trasformada en erotismo. Hace posible aceptar el amor que Dios nos tiene incondicionalmente y corresponderle amándonos a nosotros mismos para amar con profundidad en el servicio intenso y desinteresado a los demás.

José Antonio Sha

RIQUEZAS


Evangelio según San Lucas 12,13-21.

Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?". Después les dijo: "Cuídaos de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".


COMENTARIO

San Basilio (hacia 330-379), monje y obispo en Cesarea de Capadocia, doctor de la Iglesia
Homilía 31; PG 31, 261

¿Amasar para sí mismo o ser rico ante Dios?

«¿Qué voy a hacer? ¡Construiré graneros más grandes!» ¿Por qué habían producido tanto las tierras de este hombre que no iba a hacer más que un mal uso de sus riquezas? Para que se manifiesta con mayor esplendor la inmensa bondad de Dios que da su gracia a todos, «porque hace caer la lluvia sobre justos e injustos, hace salir el sol tanto sobre los malvados como sobre los buenos» (Mt 5,45)... Los beneficios de Dios para este hombre rico eran: una tierra fecunda, un clima templado, abundantes semillas, bueyes para labrar, y todo lo que asegura la prosperidad. Y él ¿qué le devolvía? Un mal humor, misantropía y egoísmo. Es así como agradecía a su bienhechor. Olvidaba que todos pertenecemos a la misma naturaleza humana; no pensó que era necesario distribuir lo superfluo a los pobres; no tuvo en cuenta ninguno de los preceptos divinos: «No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo» (Pr 3, 27), «la piedad y la lealtad no te abandonen» (3,3), «parte tu pan con el hambriento» (Is 58,7). Todos los profetas y los sabios le proclamaban estos preceptos, pero él se hacía el sordo. Sus graneros estaban a punto de romperse por demasiado estrechos para el trigo que metía, pero su corazón no estaba saciado... No quería despojarse de nada aunque no llegara a poder guardar todo lo que poseía. Este problema le angustiaba: «¿Qué haré?» se repetía. ¿Quién no tendría lástima de un hombre tan obsesionado? La abundancia le hace desdichado... se lamenta igual como los indigentes: «¿Qué haré? ¿Cómo voy a alimentarme, vestirme?»... Considera, hombre, quien te ha colmado de estos dones. Reflexiona un poco sobre ti mismo: ¿Quién eres? ¿Qué es lo que se te ha confiado? ¿De quién has recibido esta carga? ¿Por qué has sido escogido tú? Eres el servidor del Dios bueno; estas encargado de tus compañeros de servicio... «¿Qué haré?» La respuesta era muy sencilla: «Saciaré a los hambrientos, invitaré a los pobres... Todos los que no tenéis pan, venid a llenaros de los dones que Dios me ha concedido y que fluyen como de una fuente».

viernes, 17 de octubre de 2008

SER FELIZ


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel momento comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y todo lo sensual. Luego por el poder y la riqueza. Luego por la fama y la gloria. Así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio, y de todo cuanto estaba a su alcance.

Un día, en un camino, vio un letrero que decía: "te quedan dos meses de vida".

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber, de vida, con las personas que me rodean".

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, solo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado y buscado.

Comprendió que para ser feliz, se necesita amar, aceptar la vida tal y como viene, disfrutar de lo pequeño y de lo grande, conocerse a sí mismo, aceptarse como se es; sentirse querido y valorado, y también querer y valorar, tener razones para vivir y esperar, y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con la lluvia del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud. Que está unida a la forma de ver a las personas y relacionarse con ellas. Que siempre está disponible y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Descubrió que cada edad tiene su medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría por ser El Amor.

Aprende a gozar con lo poco que tengas y evita sufrir por lo mucho que anhelas.

Ser feliz implica una actitud ante la vida. Una actitud positiva, amorosa y creativa.

ESPERANZA


«A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo»

Evangelio según San Lucas 12,1-7.


El que no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, está, en el fondo, sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda existencia (cfr Ef 2,12). La verdadera, la gran esperanza que se mantiene a pesar de todas las desilusiones, tan sólo puede ser Dios –el Dios que nos ha amado y nos ama siempre «hasta el fin», hasta el «todo se ha cumplido» (Jn 13,1; 19,30). El que ha sido tocado por el amor comienza a comprender lo que sería precisamente «la vida». Comienza a comprender lo que quieren decir las palabras de esperanza en el rito del bautismo: «De la fe espero la vida eterna», la vida verdadera, la que, totalmente y sin conminaciones, es simplemente la vida en toda su plenitud. Jesús, que ha dicho «he venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10), nos ha explicado qué significa «la vida»: «La vida eterna es que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo» (Jn 17,3). La vida en el sentido verdadero, no se tiene en sí misma, de sí misma, ni tan sólo por sí misma: es una relación. Y la vida en su totalidad es relación con Aquel que es la fuente de la vida. Si estamos en relación con aquel que no muere, que él mismo es la Vida y el Amor, entonces estamos en la vida. Entonces vivimos.
Papa Benedicto XVI

Encíclica «Spes salvi», 27

jueves, 16 de octubre de 2008

CUERPO, ALMA , ESPIRITU


Es muy frecuente que confundamos nuestro espíritu con nuestra alma y es muy importante que comprendamos bien la diferencia. Para ello os recomiendo el libro “El hombre espiritual” (Watchman Nee) del cual os transcribo algunas partes.
“En la tradición siempre se habló de SOMA, PSIQUE Y NEUMA –cuerpo alma y espíritu-. Está en Platón, en San Pablo y en algunos de los primeros Padres de la iglesia”.
“Muchos desconocen que, juntamente con la mente, la emoción y la voluntad (alma) también tienen un espíritu.” El espíritu hace posible que seamos CONSCIENTES de lo que pesamos, sentimos y hacemos. Desde el espíritu se hace posible la libertad”. Desde el alma nuestros procesos son automáticos. Desde el espíritu son conscientes. Desde el alma se juzga, desde el espíritu se comprende.”
“Muchos cristianos consideran que la mente, la emoción o la voluntad son el mismo espíritu.”
"Las funciones del espíritu pueden clasificarse como: intuición, inspiración, creatividad, voluntad libre, comunión con Dios, y conciencia. Aunque las tres pueden distinguirse, también están estrechamente entrelazadas. "
“El pueblo de Dios no solo debe saber que posee un espíritu, sino que debe entender también como actúa ésta parte: su sensibilidad, su trabajo, su poder, sus leyes. Sólo de éste modo podremos andar de acuerdo con el espíritu y no tan solo de acuerdo con el alma, el cuerpo o la carne”
“El espíritu y el alma de los que no han nacido de nuevo se han fundido en uno, y es por ello que desconocen la presencia del espíritu amortiguado.”
“Espiritualmente hablando, el espíritu del hombre (no regenerado) está muerto…,APAGADO. Debido a que tiene un cuerpo, su caída le convirtió en un hombre de la carne (Gn 6:3). No hay religión en el mundo, ni moral, ni cultura, ni ley que pueda mejorar a este espíritu caído… de donde concluimos que la regeneración del espíritu es absolutamente necesaria”
“Tan pronto como el pecador ha creído en el Señor Jesús, ha nacido de nuevo. Dios le asegura su vida increada, para que el espíritu de esta persona pueda vivir. Esto tiene lugar en su espíritu”
“Andar verdaderamente según el espíritu, es entender el movimiento de esta área tan escondida de nuestro ser y seguirlo como resultado. Por maravillosas que sean las experiencias que sentimos a través de los componentes del alma, no deben considerarse válidas espiritualmente mientras se mantengan en lo exterior y no lleguen a otra cosa que a ser meras sensaciones.”
Por ello, es evidente la importancia de no dejarnos llevar por "experiencias" que a veces confundimos como místicas o espirituales en medio de la meditación, cuando muchas de ellas son solo experiencias anímicas (del alma). Vivir a partir del alma, sería vivir según lo que a ella le corresponde, o sea desde las emociones, los pensamientos y la voluntad. No solo no es la voluntad de Dios, sino además peligroso (espiritualmente hablando) ya que todo ello es cambiante, variable e impermanente.
En fin…Este es un libro muy completo e interesante para aprender y/o profundizar obre el tema.

TERESA DE AVILA. SANTA TERESA DE JESUS


Nada te turbe,

nada te espante;todo se pasa,

Dios no se muda;la paciencia todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene nada le falta.

Sólo Dios basta.

Ayer, 15 de Octubre, se celebró el aniversario del fallecimiento de Teresa de Avila, Santa Teresa, de la que soy profundo admirador, a la que he destinado mucho tiempo para conocer sus escritos, su vida, a la vez que intento incorporar a mi vida sus enseñanzas.
La obra de Santa Teresa de Jesús refleja, simultánea o consecutivamente, las vivencias de un misticismo ardiente, como el que recorre el Castillo interior o las Moradas, y la dura actividad cotidiana que muestra el Libro de la vida; los éxtasis o arrobamientos del Camino de perfección o los Conceptos del amor de Dios, y la concreción de los asuntos mundanos del Libro de las constituciones, que también se trasluce en el cerrado organigrama de los nuevos conventos, recogido en el Libro de las fundaciones.
Su vida marcó una época, porque, en un mundo dominado por los hombres, defendió el derecho de la mujeres a desarrollar su propia personalidad; de ese empeño convenció a sus mejores contemporáneos: fray Luis de León, San Juan de la Cruz, San Francisco de Borja, fray Juan de Ávila, el padre y profesor Domingo Báñez, el inquisidor Quiroga..., incluso a Felipe II. Y a pesar de los desprecios e insultos, viajó por toda España con idéntico espíritu que al principio y renovada ilusión.

miércoles, 15 de octubre de 2008

DIGNIDAD DEL EMBRION HUMANO


Autor
Núñez de Castro
Título:
De la dignidad del embrión
SubTítulo:
:
Reflexiones en torno a la vida humana naciente
ISBN:
9788484682332
Edición:
1 2008
Páginas:
178
Precio:
15.00 €uros
Colección Cátedra de Bioética; 16

Reseña:
El autor, bioquímico de profesión, se acerca al problema de la dignidad que debe reconocérsele al embrión humano en sus primeras etapas de desarrollo desde la Biología molecular, utilizando la Filosofía procesual, como instrumento intelectual, para intentar comprender esa entidad original que debe construirse a lo largo de la vida: la persona humana. La presente obra, que comienza con una amplia reflexión filosófica sobre la vida, nos abre a una nueva perspectiva de la realidad del embrión, valorando la cultura de la vida frente a la imperante cultura de la muerte.
Indice:
I. Hacia una comprensión de los organismos vivos


II. Estatuto biológico del embrión

III. Estatuto ontológico del embrión humano

IV. Estatuto ético del embrión humano

martes, 14 de octubre de 2008

UNA PELICULA RECOMENDABLE


HACE MUCHO QUE TE QUIERO

Esta es la primera película del autor, conocido sobre todo en Francia, por novelas como Almas grises, o La nieta del Señor Linh. Phillipe Claudel ha escrito y dirigido HACE MUCHO QUE TE QUIERO, que fue presentada en el Festival de Berlín y recibió dos galardones: el Premio del Jurado Lector del Berliner Morgenpost y el Premio del Jurado Ecuménico Signis.

La película empieza como un thriller. Julliett y Léa son dos hermanas que fueron separadas hace quince años, ya que la mayor, Juliette, cometió un crimen y fue juzgada y encarcelada. Más de una década después, cuando la mayor sale de la cárcel, Léa acoge a su hermana en su casa.

La hermana menor asegura querer a Juliette, y por ello la acoge, pero la convivencia no será fácil. Es como imaginarse la vida de los dos hermanos de la parábola del Hijo pródigo después del regreso. ¿Verdaderamente es posible amar a alguien que se fue, gastó el dinero y ahora vuelve?. ¿Es posible amar a alguien que cometió un crimen tan atroz y meterlo en tu casa, con tu familia?.

A priori uno se inclina a responder que sí, pues hay una razón: se trata de la propia hermana. Sí, pero ¿Podemos cumplir el mandato evangélico de amar por encima de todo?.

La película es una experiencia emocional intensa, donde el espectador es retado a contestar continuamente estas preguntas.

HACE MUCHO QUE TE QUIERO se pregunta, además, si es posible reinsertar en la sociedad a alguien que ha cometido un acto tan atroz. Apunta algunas respuestas… Una personalidad tan quebrada como la de Juliette, marcada de por vida, tan sólo puede reconstruirse desde una compañía. Amar es la única posibilidad para reconstruir el ser de cualquiera. El amor se necesita para volver a renacer.

El director, Phillipe Claudel ha dicho: “ ESPERO QUE ESTA PELÍCULA AYUDE A LOS QUE LA VEAN A ACEPTAR A LOS DEMAS, SIN JUZGARLOS Y A AYUDARLOS CUANDO LO NECESITEN”.

ES OTRA MANERA DE DECIR: “AMEN AL PROJIMO COMO A SI MISMOS”.

SERENIDAD


Las riñas, por lo general, empiezan por pequeñeces, pero el calor de la discusión se va desorbitando hasta terminar en enemistades profundas... y a veces en crímenes.

Lo mejor es que no surjan las riñas o bien cortarlas en cuanto tomamos conciencia de que van a producirse y no permitir, bajo ningún pretexto, que adquieran grandes proporciones. Si uno se encuentra de mal humor, seguir el consejo de contar hasta 10 antes de contestar.

Con serenidad y sensatez se pueden evitar muchas riñas...

Si estás airado, calla. Aunque tengas la razón. Dirás más de lo que quisieras y luego te penará. No te arrepentirás de haber callado. Y cuantas veces te apenarás de haber hablado, de no haber podido sujetar las palabras que echaste a volar...

jueves, 9 de octubre de 2008


EL CIEGO

Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

"POR FAVOR, AYÚDEME, SOY CIEGO"

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él,
se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra.
Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta,
tomó una tiza y escribió otro anuncio.
Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas.
El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re-escribió su cartel y sobre todo,
qué había puesto.

El publicista le contestó:
"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio,
pero con otras palabras".
Sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:

"HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA".

Relato enviado por Mary Carmen Puyó

DECIA MAHATMA GANDHI


Mantén tus pensamientos positivos, porque tus pensamientos se convierten en tus palabras.

Mantén tus palabras positivas, porque tus palabras se convierten en tus acciones.

Mantén tus acciones positivas, porque tus acciones se convierten en tus hábitos.

Mantén tus hábitos positivos, porque tus hábitos se convierten en tus valores.

Mantén tus valores positivos, porque tus valores se convierten en tu destino.

TE DARA TODO LO QUE NECESITES


Evangelio según San Lucas 11,5-13.

Jesús agregó: "Supongamos que alguno de vosotros tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle', y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'. Yo os aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También os aseguro: pidan y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre vosotros algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, que son malos, sabeis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".

COMENTARIO


No debes desconfiar de Dios ni desesperar de su misericordia... Canta al Señor estas palabras del profeta: «Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios (Sl 122, 2-3)... Si estamos saturados de desprecio y cubiertos de ultrajes por numerosos pecados, nuestros ojos deben, sin embargo, seguir mirando al Señor nuestro Dios hasta que se apiade de nosotros. En efecto, es propio del alma constante y tenaz no dejarse apartar de la perseverancia en la oración por desesperar de ser escuchada, sino que persiste incansablemente en la oración hasta que Dios le hace misericordia. Y para que no se te ocurra pensar que ofendes al Señor por seguir importunándole con tus oraciones cuando no mereces ser oído, recuerda la parábola del Evangelio; en ella descubrirás que los que oran a Dios con importuna perseverancia le son agradables, pues dice: «Si no se levanta a dárselo por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite» (Lc 11,8). Comprende, pues, que el diablo es quien nos sugiere desesperar de ser escuchados, a fin de que se nos retire esta esperanza en la bondad de Dios, que es el ancla de nuestra salvación, el fundamento de nuestra vida, el guía del camino que conduce al cielo. El Apóstol dice: «En esperanza fuimos salvados» (Rm 8, 24).

Rabano Mauro (hacia 784-856), abad benedictino y obispo.Tres libros a Bonosio, libro 3,4; PL 112, 1306

A DIOS PEDI


A Dios pedí fuerzas para conseguir grandes metas y me hizo débil para aprender humildemente a obedecer.

Pedí salud para hacer cosas grandes y me dio enfermedad para poder hacer cosas buenas.

Pedí riquezas para poder ser feliz y me dio pobreza para poder ser sabio.

Pedí poder para obtener alabanzas, y me dio debilidad para poder sentir la necesidad de Dios.

Pedí todo para poder disfrutar de la vida. Me dio vida para poder disfrutar de todo.

No recibí nada de lo que pedí. Pero si todo lo que de verdad importa.

A pesar de mí mismo las peticiones que no hice me fueron concedidas.

Entre los hombres, me considero muy afortunado.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SIN DIOS O CON DIOS. SIN RESURRECCION O CON RESURRECCION


Ciertamente esa es la realidad. Es la disyunción de nuestra vida: sin Dios o con Dios. Y en esta misma radicalidad, sin Cristo o con Cristo. ¿Cómo sabríamos que Dios nos ama, y cómo nos ama, sin Cristo? Y por tanto sin resurrección o con resurrección. Porque si Cristo no resucitó nuestra fe es vana. El sentido de la vida es el problema fundamental ¿De qué os sirve fabricar la vida misma si habéis perdido el sentido de la vida? dice Bernanos en El diario de un cura rural. Y en esa misma novela acaba con la famosa frase del cura que muere: todo es gracia. Esperanza, sí. Pero esperanza cristiana, no bobalicona convicción de que la batalla se ganará sin esfuerzo. Es como la gota de agua que se pone, en el ofertorio, en el vino del cáliz. Pues la esperanza en la victoria no ahorra los penosos encuentros, los continuados choques, la permanente actitud alerta.Yo creo que hay muchas personas que nos rodean, que sencillamente se mueren de sed, sobre todo jóvenes, y pretenden saciarla con soluciones que les agudizan más su angustia. Si nos ponemos frente a ellos y preguntamos por su vida, por su sentido, por su valor ¿qué nos contestan? Sin Dios la vida es un sin sentido continuo y terrible drama. Pobre ser humano, por ejemplo el de Kafka, que busca siempre habitar en aldeas en las que no “se cuenta con él”, en las que siempre está demás. Son imágenes sombrías y angustiosas de la perdición del hombre sin esperanza, sin fe, sin confianza. No encuentra acceso al Castillo al que necesita ir a pesar de los desesperados esfuerzos que hace. No hay posibilidad de comunicación, los caminos que conducen están obstruidos, no se puede llegar a los empleados para obtener un salvoconducto. Los teléfonos están también desconectados, además una respuesta no solucionaría nada ¿Qué credulidad se le podría otorgar? Pobre ser humano que no tiene derecho a la “ciudadanía”, que realmente le importa, le salva, le plenifica, de hijo de Dios, de heredero de su gloria. En los momentos trascendentales de búsqueda se duerme y durante el sueño, muere. La salvación ha llegado demasiado tarde. O el hombre envuelto en un proceso inacabable, en el que nadie sabe decirle nada, pero existe un proceso en su contra. Esas posturas que hacen del hombre un extranjero, un infierno, un absurdo, están todas cimentadas sobre nuestro anhelo de infinito, sobre la base de nuestros interrogantes más profundos. Parece que estamos en un momento de “técnicas de liberación” en el que cada uno inventa el mundo a su manera., y tiene una más o menos personal escala de valores, y una más o menos, también, redención. Para muchos “aventura” parece ser la palabra mágica. La pena es no “aventurarnos” en lo que realmente es nuestra gran y única aventura: por qué y para qué hemos nacido., De otra manera la libertad queda vacía, sin sentido. y viene la depresión, el enojo, la angustia. Como advierte Pascal, sin Dios se vive sin estar presente verdaderamente en la vida. Es muy sabido que somos “libres de”… “para” algo. En momentos buenos de reflexión sobre la vida, a los chicos les suele sacudir la idea de Viktor Frankl, de que frente a la estatua de la libertad en New York, para estar completa, debería estar la estatua de la responsabilidad.El hecho de la Resurrección de Cristo nos transmite una realidad infinitamente mayor que todos los símbolos, y es la gran respuesta a todo pregunta. El que la vive, siente una profunda alegría. A partir de ella no se puede vivir a medias. La Resurrección es la Luz y cada uno de nosotros, los cristianos, tenemos que irradiarla, haciendo partícipes a todos de la alegría de la Resurrección por medio de nuestro paradigma de vida. Realmente existe una única verdad, “la gran verdad de la fe”, la sinceridad de la fe, la sinceridad con que se profesa, con que se vive. Esta es la clave de bóveda de la basílica y el nudo de todos los seres. Dios da a los problemas una respuesta, y a todo una significación. El amor de Dios agranda nuestro corazón y le abre capacidades infinitas. Este amor no suprime ninguna otra relación legítima; todo lo contrario, le confiere fidelidad y mayor intensidad. La naturaleza está llena de signos a través de los cuales se lee a Dios. No podemos dejarnos invadir por los materialismos y credos científicos. Cristo, hombre-Dios, esa es la clave de bóveda que todos los hombres en nuestra autoconciencia venimos buscando. En El está la grandeza de nuestro destino. Lo que se propone a nuestra libertad es el camino para realizarnos en la sencillez de nuestra vida diaria, en el trabajo de casa, en la familia, en la empresa, en la oficina, en el hospital, en la actividad que sea nuestro medio de vida, cada momento es un momento eterno. En este caminar vamos conociendo cada vez más, en su verdadera dimensión, los hombres de la tierra y la tierra de los hombres. La ciencia es una apertura a nuevas conquistas, pero no es la clave de bóveda, es un instrumento fabricado por nosotros mismos, a nuestro servicio. Estamos convirtiendo lo que llamamos “el progreso” en servidumbre; al hombre en esclavo de la utilidad, de la rapidez.; como son los pasajeros del tren que contempla asombrado el Principito. Necesitamos identificar verdad y vida, y esto solo puede darse en Cristo, camino, verdad y vida, Dios hecho hombre, que nos muestra a un Dios personal que es Amor.
Carmen Pérez Rodríguez

ENSEÑANOS A ORAR


¿Creéis, hermanos, que Dios no sabe lo que os es necesario? El que conoce nuestro desamparo, conoce anticipadamente nuestros deseos. Por eso, cuando el Señor enseñó el Padrenuestro, recomendó a sus discípulos a ser sobrios en palabras: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras como los paganos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis» (Mt 6,7-8). Si nuestro Padre sabe lo que nos hace falta ¿por qué decírselo, aunque sea en pocas palabras?... Señor, si tu lo sabes, ¿es necesario orar? Ahora bien, el que aquí nos dice: «No uséis muchas palabras en vuestras oraciones» nos dice en otra parte: «Pedid y recibiréis», y para que nadie crea que lo dice como de paso, en otra parte añade: «Buscad y hallaréis», y para que nadie piense que es una simple manera de hablar, mirad cómo termina: «Llamad y se os abrirá» (Mt 7,7). Quiere, pues, el Señor que, para recibir, primero pidas, que para hallar primero te pongas a buscar, y en fin, para entrar no dejes de llamar... ¿Para qué pedir? ¿Para qué buscar? ¿Para qué llamar? ¿Para qué cansarnos orando, buscando, llamando como para hacer saber al que ya lo sabe todo? E incluso leemos en otra parte: «Es preciso orar sin parar, sin cansarse» (Lc 18,1)... Pues bien, para aclarar este misterio ¡pide, busca, llama! Si el Señor cubre de velos este misterio, es que quiere que te ejercites en buscar y encontrar tú mismo la explicación. Todos nosotros debemos alentarnos mutuamente a orar.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Sermón 80

lunes, 6 de octubre de 2008

¿RESURRECCION O REENCARNACION?



Reencarnación es la creencia según la cual el alma, tras la muerte del cuerpo físico, se separa de este y pasado un tiempo indefinido se encarna de nuevo para tener otra vida, otras experiencias.

Según esta doctrina las almas pasan por ciclos de vidas y muertes. Un ser humano vive muchas vidas. Es muchas personas, muchos personajes.

Posiblemente la creencia en la doctrina de la reencarnación comenzó al querer aplicar al ser humano los ciclos que se observan en la naturaleza: el sol y la luna aparecen y desaparecen, al igual que las flores, las hojas, etc. . En la naturaleza observamos ciclos precisos. Así pensaron que el ser humano moría pero regresaba de nuevo en otro cuerpo.

Esta doctrina también es fruto del deseo humano de darle explicación a las diferencias de inteligencia, salud, talentos, fortuna, etc. de las personas. Según esta doctrina estas diferencias serían culpa o mérito por la conducta seguida en vidas anteriores. Por lo tanto se atribuye a los pobres, enfermos y desdichados malas conductas en vidas anteriores. Lo que les ocurre se lo merecen. Esto puede conducir a una pasividad de no hacer nada, puesto que están pagando su culpa.

El ser humano es dado a inventarse respuestas para aquello que no puede entender. San Antonio el Grande, el célebre abad egipcio, meditaba en el desierto: ¿por qué algunos mueren tras una vida corta mientras que otros llegan a una envidiable vejez?. ¿por qué algunos son pobres y otros ricos?. ¿Por qué los injustos se enriquecen y los justos pasan necesidad?. Oyó una voz que le respondía: "Antonio, Antonio, ocúpate de ti mismo, pues eso pertenece al juicio de Dios y a ti nada te aprovecha saberlo".

La reencarnación como doctrina está vinculada al concepto de Karma, según el cual cada uno paga por su buen o mal comportamiento en sus próximas reencarnaciones. El alma de quien haya acumulado un buen karma reencarnará en un ser superior, con buenas condiciones de vida. Quien tenga un mal Karma encarnará como un ser con un destino mediocre e incluso muy malo. El alma a través de las sucesivas reencarnaciones se va perfeccionando hasta purificarse por completo y no necesitar de nuevas vidas. Entonces se sumerge para siempre en la eternidad.

Esta doctrina considera que el alma es eterna pero no la persona. El alma habita en un cuerpo, y cuando este se desgasta se consigue otro.

La creencia en la reencarnación se origina en la India en el siglo VII antes de Cristo. Eso significa que no es tan antigua como la fe de los judíos, sumerios, egipcios, persas y chinos. Ninguno de esos pueblos creía en la reencarnación. Por eso edificaron magníficas tumbas.

El Budismo aparece en la India en el siglo V antes de Cristo y adoptó esta creencia. Más tarde pasó a Grecia y Roma. Algunos cultos también adoptaron esta explicación humana a los problemas que no podían entender. Tuvo adeptos entre algunos filósofos griegos. En nuestros tiempos se encuentra entre las enseñanzas de las sociedades teosóficas, anroposóficas, grupos ocultistas, algunas sociedades "iniciáticas", los gurús indios, los psíquicos -mediums- y entre los adeptos del llamado movimiento "new Age", Nueva Era, el cual ha importado muchas creencias orientales.

Algunas personas, para extender estas creencias, malinterpretan la Biblia y dicen que esta apoya la reencarnación.

La religión judía, durante mucho tiempo, no tuvo una clara doctrina sobre lo que sucede tras la muerte. Ciertamente no enseñaba la doctrina de la reencarnación. Es incompatible con la revelación que Moisés y los profetas habían recibido de Dios.

Job le dice a Dios: "Apártate de mi. Así podré sonreír un poco antes de que me vaya para no volver, a la región de las tinieblas y de las sombras" -Job 10, 21-22-

Sabiduría 16, 14: " El hombre, en su maldad, puede quitar la vida, es cierto; pero no puede hacer volver al espíritu que se fue, ni liberar el alma arrebatada por la muerte".

2 Samuel 14,14. "Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse."

2Samuel 12.22-23 "Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba. Pero ahora que está muerto ¿para que voy a ayunar? ¿acaso podré hacerle volver?. Yo iré hacia él, pero él no volverá hacia mi".

Aproximadamente 200 años antes de Cristo se introduce en el judaísmo la fe en la resurrección, doctrina incompatible, a mi juicio, con la de la reencarnación.

La doctrina de la resurrección enseña que después de la muerte la persona vive pero no en la tierra sino con Dios en la eternidad. Aparece por vez primera en Daniel 12,2: "La multitud de los que duermen en la tumba se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la vergüenza y el horror eterno".

Aparece por segunda vez en en 2Mac 7,9. El rey Antioco IV de Siria quiere obligar a siete hermanos fieles a la ley judia, por medio de tortura, a abandonar su fe. Al morir el segundo dijo al rey:"Tu nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros nos resucitará a una vida eterna. El séptimo al morir dijo: " Mis hermanos, después de haber soportado una corta pena, gozan ahora de la vida eterna." -2Mac 7,36-.

La doctrina del Nuevo testamento es incompatible con la reencarnación. El nuevo testamento enseña que tras la muerte y pasado algún tiempo NO se regresa a otra vida en la tierra sino que pasamos enseguida al purgatorio, un estado temporal, o bien a un estado definitivo de unión con el Creador. Nuestro cuerpo físico volverá al polvo hasta el día de la resurrección, cuando de nuevo cobrará vida como cuerpo-espiritualizado con propiedades nuevas.

El buen ladrón desde la cruz pidió a Jesús: "Acuérdate de mi cuando vayas a tu reino". Jesús le responde: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" -Luc 23, 43-. Está claro que el "buen ladrón no regresa a la tierra para pagar su karma por haber sido ladrón. Va directo al cielo, por el perdón recibido de Jesús.

Filipenses 1, 23-24: " me siento apremiado por los dos lados. Por una parte quisiera morir para estar ya con Cristo. Pero por otra es más necesario para ustedes que yo me quede aún en este mundo". San Pablo sabía que al morir no regresaría con otra vida al mundo sino que estaría de modo definitivo con Cristo.

1 Cor 15, 42,44 "En la resurrección de los muertos se entierra un cuerpo corruptible y resucita uno incorruptible, se entierra un cuerpo humillado y resucita uno glorioso, se entierra un cuerpo débil y resucita uno fuerte, se entierra un cuerpo material y resucita uno espiritual".

Hebreos 9.27 . sintetiza las enseñanzas de Cristo al respecto: está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio".̣ Más claro agua.

Unos de los pasajes bíblicos que pretenden acumular la doctrina de la reencarnación a Jesús es Mateo 11,14: "Y si queréis admitirlo, él -Juan Bautista- es Elias, el que iba a venir". Jesús habla aquí de que el espíritu profético de Elias -no su cuerpo ni su alma-continua en San Juan Bautista.

Que se refiere al espíritu profético y no al cuerpo físico de Elías se deduce de Lucas 1,17 "e irá delante de él con el Espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al señor un pueblo bien dispuesto"

Vemos en la transfiguración en el Tabor como junto a Jesús se aparece Elias y Moisés. Ya muerto Juan el Bautista, si efectivamente este era Elias se hubiese aparecido como Juan que era su última vida. Más de eso nada.

El mismo Juan el Bautista negó explícitamente ser Elias:

Jn 1, 21: " Y le preguntaron: ¿qué pues? ¿Eres tu Elías?. El dijo: "no lo soy".¿eres tu el profeta?. Respondió "NO".



Diferencias principales entre la doctrina de Cristo y la Reencarnación.

La fe cristina se fundamenta en la resurrección de Jesucristo.

El alma humana no pierde su identidad absorbiéndose en el Cosmos. Nuestros cuerpos no serán ni reciclados ni aniquilados. El destino final del ser humano es la resurrección para el gozo de la vida eterna con Dios o su separación para aquellos que tan siquiera desean ser perdonados.

Es cierto que algunas religiones y algunos mitos cuentan relatos de dioses que mueren y resucitan, lo cual encierra una profunda verdad relacionada con el proceso evolutivo real de las personas. Pero a Cristo lo mataron y resucito realmente. Los judíos no esperaban un mesías que muriera y resucitará. Algunos tenían la esperanza de resucitar, pero no con cuerpos gloriosos -cuerpo espiritual- sino con una resurrección análoga a la de Lázaro - Is. 26, 19. Ez 37.10 Dn 12.2-.

Algunas filosofías y religiones han creído en la reencarnación o en la inmortalidad del alma apartada del cuerpo. La fe, basada en la resurrección real de Cristo tan sólo se da en el cristianismo.

El Dios de la revelación jadeó-cristiana es personal, es trino. El cristianismo es una religión relacional basada en el amor. En las religiones orientales se le percibe como el Todo Cósmico.

Un Dios impersonal no ama, no es padre. Entonces Los hombres no somos hermanos. Según los partidarios de la reencarnación los pobres son culpables de su miseria por conductas inadecuadas en otras vidas. Son una casta baja. Jesús no solo nos enseña el amor a los pobres sino que el mismo se hizo pobre por darnos ejemplo.

En el cristianismo el mal no es vencido por cada individuo expiando sus pecados en sucesivas reencarnaciones. Cristo inaugura un nuevo tiempo en el que se deja claro la ley del amor y del perdón y la metodología de vida -sermón de las Bienaventuranzas, etc- y su propio sacrificio -significado profundo de su muerte en la cruz y derramamiento de sangre- para la salvación de cada persona. La salvación queda configurada como la suma del trabajo personal de profundo arrepentimiento, metanoia, muerte y resurrección en el proceso evolutivo personal y la influencia real del sacrificio de Cristo, que nos viene dada como un don.

El camino crístico sigue unas etapas concretas que difieren de los orientales. La vía purgativa, unitiva e iluminativa pasa por conocer y vivir las enseñanzas de Cristo, que es camino, verdad y vida, y por la intercesión del Espíritu Santo llegar a Dios por medio de Cristo.

El concepto judeo-cristiano del tiempo y de la relación de Dios con el tiempo es del todo diferente. El tiempo para el cristiano no es un ciclo sin fin. Es lineal, teniendo un principio y un fin en una espiral ascendiente. Dios es el Creador y señor del tiempo. Lo que verdaderamente existe es la eternidad, un tiempo sin tiempo. Eternidad es igual a atemporalidad. El génesis nos habla del principio del tiempo. El Apocalipsis del final del tiempo.

El evangelio del amor y del perdón sobrepasa la enseñanza determinista y de un juez inexorable en la doctrina reencarnacionista.

Esotéricos, ocultistas, muchos miembro de las llamadas sociedades inicíaticas, confían - para mi erróneamente- en sus propias fuerzas. Y lo más importante no están dispuestos a seguir un camino que implica:

Tomar conciencia clara de aquellos aspectos del alma que nos alejan de la unidad: con uno mismo, con el prójimo, con los semejantes y con el Creador.

Arrepentirse en profundidad, de verdad, de la conducta seguida hasta ese momento, sentir dolor, y tomar la firme resolución de enmendar la conducta para evitar el apartarse de nuevo del Camino y de la Verdad.

Perdonarse - es quizás lo más difícil- y perdonar. Haciendo el análisis necesario para comprender en profundidad el porque de nuestra conducta o la de los demás.

Reparar las pérdidas y daños ocasionados por nuestras malas acciones - palabras, hechos, omisiones, etc.- Reparar con la ayuda del cielo ofreciendo oración, sacrificios, actos de amor.

Todo este proceso, nada fácil, se denomina Metanoia, palabra griega que significa un cambio radical -con la ayuda de Cristo- en la mente, en el corazón y en la conducta. Es el movimiento interior que surge en toda persona que de verdad se encuentra con Cristo.

Una vez la Metanoia en marcha se vivencia un proceso que ha de conducir a una total transformación, lo cual implica la extinción del egoísmo con sus múltiples disfraces -muerte del yo- para resucitar siendo otro totalmente nuevo.

En este proceso no son suficientes las propias fuerzas. Mediante la oración y el influjo de los sacramentos a la persona se le infunde lo que la tradición denomina la gracia, el impulso necesario para llegar a buen puerto.

En todo este proceso al cristiano se le aplica la LEY DEL AMOR Y DEL PERDON, la ley de la nueva Dispensación. Muy diferente a la Ley del Karma y reencarnación.

En la obra de la redención cobra especial importancia el papel de María -Sophia- como queda expuesto en el excelente trabajo de JEAN TOURNIAC: RESURRECCION Y MATERNIDAD VIRGINAL que puedes enconhtrar en Internet.

Como resumen de lo expuesto diré que cada cual saque sus conclusiones. No pretendo dogmatizar sino exponer mis convicciones. Lo que si está claro para mi es que la doctrina de la reencarnación no forma parte de las enseñanzas de Cristo, por mucho que se empeñen todos los esotéricos, aunque se llamen cristianos, que pululan por el mundo. Cristo, por medio de su pasión, muerte y resurrección nos ha liberado de la rígida ley del Karma. Es lo que muchos que se dicen cristianos no entienden en profundidad.

Lo expuesto en este trabajo es un anticipo, a modo de resumen, de mi libro ¿Resurrección o reencarnación?.

José Antonio Sha.

DIEZ REGALOS


1 El regalo de escuchar, Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar o criticar... Tan sólo escuchar.
2 El regalo del cariño. Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos. Pequeñas acciones que demuestran el cariño a tu familia y amigos.
3 El regalo de la sonrisa. Llena tu vida de imágenes con sonrisas, caricaturas, y tu regalo dirá: "me gusta reír contigo".
4 El regalo de las notas escritas. Puede ser un "gracias por ayudarme". Un detalle así puede ser recordado de por vida... y tal vez cambiarla.
5 El regalo de un cumplido. Un simple y sincero "te veo muy guapa de rojo". "has hecho un buen trabajo". "Ha sido una comida estupenda". Todo ello puede hacer el día maravilloso.
6 El regalo del favor. Cada día procura hacer un favor sin esperar la recompensa.
7 El regalo de la soledad. Hay días que no hay nada mejor que estar sólo.
Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.
8 El regalo de la disposición a la gratitud. La forma más fácil de hacer que las personas se sientan bien es decirles cosas como "Hola", "Muchas gracias", "Que bien te veo"..
9 El regalo de pedir ayuda, cuando con ello se da al otro la oportunidad de comprender que te ayuda.
10 El regalo de aceptar cumplidos, de aceptar su ayuda, ofreciendo al otro la oportunidad de sentirse bien.

viernes, 3 de octubre de 2008

ROMANO GUARDINI


Un educador para hoy
Ayer se cumplieron 40 años de la muerte de Romano Guardini. La figura de este gran humanista y pedagogo se nos presenta hoy como modelo de lo que debe hacerse en tiempos de desconcierto y apatía espiritual. Imaginemos el temple que habrá necesitado para consagrarse, durante los terribles doce años nacionalsocialistas, a formar sólidamente, en cuestiones éticas y religiosas, a los jóvenes del Movimiento de Juventud... Escribe el profesor López Quintás, gran conocedor de su obra, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Imagen de Guardini con jóvenes en 1935
Guardini lo puso todo a la carta de descubrir el método óptimo para formar a los jóvenes de su época atormentada. No se consagró a fáciles labores de crítica; quiso ir a lo hondo, lo más hondo posible. Esto explica que de sus encuentros con los jóvenes y con grupos de mayores afanosos de una formación adecuada hayan brotado, una a una, sus numerosas obras. Por eso conservan una sorprendente vitalidad. Esta fue su lección: atacar los problemas en su raíz y con espíritu constructivo.Desde muy joven, intuyó Guardini que el hombre sólo puede edificar su vida personal sobre dos bases: la apertura a todas las realidades valiosas del entorno, y el amor a la verdad, como punto de anclaje que da vigor al pensamiento y a la capacidad creativa. Por eso cultivó el pensamiento existencial y dialógico -afanoso de mostrar al hombre como un ser de encuentro-; fundamentó la vida ética en la vinculación profunda a los grandes valores: la verdad, la unidad, el bien, la justicia, la belleza; consagró sus mejores fuerzas a mostrar que «sólo quien sabe de Dios conoce al hombre». Al regalarme la conferencia que pronunció con este título en el renombrado Katholikentag (el Día de los Católicos), me dijo, subrayando las palabras: «Aquí está el núcleo de mi pensamiento». La idea expresada en ese título venía a complementar la frase de Pascal que Guardini puso como lema a un libro sobre antropología que no llegó a publicar: El hombre supera infinitamente al hombre.Estas tres grandes tareas las llevó a cabo, sobre todo, en estas cuatro obras: Mundo y persona; Ética; El Señor; y La existencia del cristiano. En las dos primeras subraya la condición dialógica del ser humano, abierto en su raíz a otras personas -vistas como un tú- y llamado a nutrir su espíritu mediante el cultivo del bien, la justicia, el amor, la belleza, los grandes valores «sin los cuales su persona enferma». En la tercera y la cuarta, nos muestra, con el estilo firme de las convicciones profundas, que los grandes valores tienen en el Creador su fuente y su plenitud de sentido. Por eso, en El Señor (ed. Cristiandad, 2005), hace radicar el Bien en el Dios vivo de la Escritura: «El Bien es uno de los nombres de Aquel cuya esencia es inefable. Él no exige sólo obediencia respecto al Bien, sino que te sientas vinculado a Él, el Dios vivo; que te atrevas a ello por amor y con el nuevo tipo de existencia que surge del amor. De esto se trata en el Nuevo Testamento, y sólo cuando se lo consigue se hace posible la plenitud de lo ético». Esta plenitud se nos da a conocer en las bienaventuranzas evangélicas, que -a su entender- no son meros «principios de una moral superior, reconocidos universalmente desde los tiempos de Jesús», sino que, «en realidad, son una invitación a engendrar una vida nueva. (...) En la medida en que el hombre realiza lo que supera toda ética, surge también un nuevo êthos. En él queda cumplido y superado a la vez el Antiguo Testamento».Esta fundamentación de la ética en el Creador, Ser supremo y trascendente que nos creó a su imagen y semejanza, constituye una clave para entender, por una parte, la oposición de Guardini al espíritu autosuficiente de la Edad Moderna y, por otra, su tendencia a entender al hombre como un ser «que se trasciende infinitamente a sí mismo». Por eso, bien podemos decir que todo el pensamiento de Guardini se halla condensado en el siguiente párrafo de su obra póstuma, La existencia del cristiano (BAC, 1997): «La sede del sentido de mi vida no está en mí, sino por encima de mí. Vivo de lo que está por encima de mí. En la medida en que me encierro en mí o -lo que viene a ser lo mismo- me encierro en el mundo, me desvío de mi trayectoria (...). Mas esto significa que, con anterioridad, debo aceptar el existir, aunque no se me haya preguntado si lo quiero». Y afirma: «Dios es el punto de referencia esencial a partir del cual y para el cual el hombre existe. Si las relaciones con Él se desordenan, se trastorna el hombre todo. De esta clase son las secuelas de la culpa de las que habla la Revelación».El asombro ante la verdad
La figura de Guardini se caracteriza por su êthos de verdad, su decisión básica de defender la verdad y vivir de la verdad. A la luz de lo antedicho, sabemos que para él la verdad está muy lejos de reducirse a un concepto filosófico. Implica la realidad vista en toda su amplitud: su origen, sus manifestaciones terrenas, su última meta. Por todo ello, podemos muy justamente considerarlo como un pensador modélico para estos tiempos sombríos de relativismo y reduccionismo, producto y causa a la vez de un nihilismo demoledor. En la personalidad de Guardini resalta, ante todo, su actitud de fidelidad inalterable a la verdad de realidades y acontecimientos. En sus clases y homilías, Guardini no intentaba convencer a los oyentes, sino mostrar la verdad con toda la fuerza que ella posee. «La verdad es compleja, polifónica», como lo son las realidades del mundo que queremos conocer. A este concepto relacional de verdad alude cuando destaca, asombrado, el poderío que a veces ostenta la verdad cuando la buscamos como una meta, para vivir en ella y de ella. Con el recuerdo de las conferencias que pronunció en la iglesia de San Pedro Canisio, en el Berlín de 1940, sobrecogido por el terror de los bombardeos, nos confiesa Guardini la idea profundamente realista que tenía de la verdad: «Entre 1920 y 1943 desarrollé una intensa actividad como predicador y he de decir que pocas cosas recuerdo con tanto cariño como ésta. Lo que desde un principio pretendía, primero por instinto y luego cada vez más conscientemente, era hacer resplandecer la verdad. La verdad es una fuerza, pero sólo cuando no se exige de ella ningún efecto inmediato, sino que se tiene paciencia y se da tiempo al tiempo; mejor aún: cuando no se piensa en los efectos, sino que se quiere mostrar la verdad por sí misma, por amor a su grandeza sagrada y divina». Y añade: «Aquí experimenté con intensidad lo que dije antes sobre la fuerza de la verdad. Pocas veces he sido tan consciente como en aquellas tardes de la grandeza, originalidad y vitalidad del mensaje cristiano-católico. Algunas veces parecía como si la verdad estuviese delante de nosotros como un ser concreto» (Apuntes para una autobiografía, ed. Encuentro, 1992). Para hacerse una idea clara de la dignidad que tenemos los seres humanos, debemos ver los conceptos en toda su complejidad, como nudos de relaciones, o, si se quiere, como acordes, no como simples notas. Un acorde musical aúna diversas notas y ofrece una sonoridad peculiar. Nuestro espíritu enferma...
La Segunda Guerra Mundial provocó diez millones de desplazados. En la imagen, cruzando el río Elba sobre un puente dañado
Ahora comprendemos la razón profunda por la que Guardini afirma que el amor a la verdad nos robustece espiritualmente y la aversión a la misma nos enferma: «Cuando el hombre rechaza la verdad, enferma. Ese rechazo no se da ya cuando el hombre yerra, sino cuando abandona la verdad; no cuando miente, aunque lo haga profusamente, sino cuando considera que la verdad en sí misma no le obliga; no cuando engaña a otros, sino cuando dirige su vida a destruir la verdad. Entonces enferma espiritualmente» (Mundo y persona, ed. Cristiandad, 2006). La verdad primaria del hombre es haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. De ahí su inquietud interior por volver a Dios, como su origen y su meta. Toda la vida y la actividad de Guardini se inspiraron en la invocación de san Agustín: «Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en Ti» (Confesiones I, 1). Este venir de Dios y volver a Él, como al verdadero Ideal, genera el dinamismo singular del ser humano, que no es mera agitación, sino un sereno orientarse hacia las raíces que lo nutren. Se trata de un dinamismo creador. Actualmente, la lectura de varios escritos póstumos de Guardini nos permite descubrir que no fue el triunfador nato que suponíamos sus alumnos; fue el hombre que, a través de múltiples avatares y sufrimientos, permaneció fiel a la titánica tarea de defender la libertad frente al poder desmadrado, al relativismo que se erige en dueño de la verdad y los valores, al reduccionismo que dilapida la grandeza del hombre, a la altanera pretensión de autonomizarse frente a todo tipo de trascendencia. (Esta nueva visión de la figura de Guardini inspiró mi obra Romano Guardini, maestro de vida, ed. Palabra, 1998).Su coherencia espiritual le valió a Guardini ser estimado por propios y extraños y ejercer una forma de magisterio perdurable. En 1963, recibió el Premio Erasmo al mejor humanista europeo. Si hoy, en su querido Berlin, la Guardini Stiftung (Fundación Guardini) acierta a recoger el testigo de este gran valedor de la mejor Europa, podemos esperar fundadamente que este viejo y admirable continente siga nutriéndose de las raíces intelectuales y religiosas que lo alzaron a una gloria secular.

Alfonso López Quintas