martes, 30 de diciembre de 2008

TERRORISMO RELIGIOSO


TERRORISMO RELIGIOSO
El ataque de Israel a la ciudad de Gaza, que se anuncia como el principio de una larga guerra, nos motiva, una vez más, a reflexionar sobre las misteriosas e inquietantes relaciones entre religión y violencia.Lo que nos lleva inevitablemente a pensar en algo tan brutal, que mucha gente no se atreve a ponerle nombre. Pero hay que ponérselo. Me refiero al “terrorismo religioso”.
Si por terrorismo se entiende la “dominación por el terror” (DLE), la historia nos enseña que, efectivamente, no pocos grupos religiosos, de antes y de ahora, se han dedicado y se dedican a intentar dominar a la gente utilizando para ello la violencia que desencadena el miedo y el terror.
No hay que remontarse tiempos antiguos. Desde la guerra civil española del 36 hasta el día de hoy, las guerras que, por el motivo que sea, han sido (y son) guerras, en las que la religión ha jugado un papel determinante, son ya incontables. Pero no hablo sólo de guerras. Porque hay otras formas de violencia que infunden terror, es decir, hay mil formas de “terrorismo religioso”, por más que quienes lo causan no sean conscientes de que, en realidad, son auténticos terroristas.
Terroristas quizá de cuello blanco, de alta alcurnia y de mucho rango. Pero, a fin de cuentas, personas o instituciones que, con lo que hacen y dicen, cumplen al pie de la letra la definición de terrorismo: “dominación por el terror”, el “miedo muy intenso”, a veces, tan intenso que el que lo padece ni se atreve a pensar que su vida y sus decisiones están motivadas por el miedo. Y es que hay víctimas del terrorismo que ni son conscientes de que lo son. Hasta ese punto el miedo puede llegar a ser una forma de terror que inhibe hasta la capacidad de pensar para tomar conciencia de lo que realmente padece uno mismo en su intimidad secreta.
Las relaciones entre religión y violencia son un hecho patente. Lo que ocurre es que la religión suele infundir en los creyentes tanto respeto que nos dificulta para darnos cuenta de que el fenómeno religioso, mal interpretado o manipulado por turbios intereses, nos incapacita para ver con objetividad y claridad los desastres de miedo y terror que produce en la sociedad y en cada uno de nosotros.
Dicho esto, creo necesario dejar muy claras tres cosas:
1) Nunca la religión es la única causa que desencadena las guerras y otras formas de terror social. Porque en estos casos los intereses políticos y económicos son evidentes.
2) Desde el momento en que el concepto de Dios se identifica con el Trascendente y el Absoluto (sin más precisiones), la religión resulta un peligro que, en manos de hombres con poder y sin escrúpulos, sirve admirablemente para justificar la violencia, para legitimar el terror, para maquillarlo y hacerlo asumible a tantas criaturas indefensas que prefieren la sumisión porque no se ven con fuerzas para soportar el peso de la libertad.
3) Cuando la religión se asocia con esperanzas que trascienden esta vida, en ese caso el peligro de violencia y la fuerza del terror se refuerza hasta lo inimaginable. Porque lo más seguro es que, en tales esperanzas, se basan los motivos fuertes que empujan a los terroristas suicidas que, tras una muerte instantánea, esperan un paraíso de delicias eternas. Es claro que con semejante discurso se fabrican suicidas violentos en serie. Como también, utilizando hábilmente la esperanza en el cielo, se puede fabricar cobardes resignados y bien dispuestos a soportar lo que les echen encima porque ¿qué importan las penalidades que sufrimos en este valle de lágrimas si las comparamos con el peso de gloria que nos espera?
A veces, me da por pensar que este terrorismo puede ser más cruel, para el que lo padece, que el de los suicidas. A fin de cuentas, el suicidio es cuestión de segundos, en tanto que la resignación puede prolongarse durante una vida entera. Es evidente que el terrorista suicida mata quizá a mucha gente. Pero no es menos verdad que, si en este mundo hubiera menos resignación sumisa y más libertad para no soportar las injusticias, es seguro que este mundo sería distinto, seguramente mucho mejor de lo que imaginamos.
Decididamente, una de las cosas que más nos urgen a todos es afrontar en serio el problema de la religión. No para acabar con ella. Ni para pretender ingenuamente marginarla de la vida de los individuos o de la sociedad. Me parece que eso nadie lo va a conseguir. El problema no está en eliminar la religión, sino en persuadirnos de que se puede vivir de otra forma. No pretendo inventar nada.
Porque, al menos desde el punto de vista de mi tradición religiosa (la cristiana), hace ya casi veinte siglos que la cosa se inventó. Lo que pasa es que, en estos veinte siglos, hemos sido muchos los cristianos traidores que hemos traicionado el invento. Me refiero al invento que consiste en este solo proyecto: “jamás se puede anteponer una idea (ni religiosa ni política) al bien y a la felicidad de un ser humano, sea quien sea”.
Un Dios o una religión que le amargan la vida a los humanos, que les meten miedo, que los someten mediante terrores, quizá tan sutiles que ni nos damos cuenta de ellos, ese Dios y esa religión, no sólo son mentiras y patrañas, sino que sobre todo son un peligro público de consecuencias imprevisibles.
Ya está bien de utilizar a Dios y a la religión para matar personas, marginar a colectivos enteros, por ejemplo a las mujeres, o para humillar a seres que no tienen la culpa de ser como son, los homosexuales, pongo por caso. Todo esto, se haga como se haga o por más que se justifique con los más sutiles argumentos teológicos, en realidad, no es sino terrorismo religioso.
José María Castillo
Teólogo

lunes, 29 de diciembre de 2008

FELIZ AÑO 2009


OS DESEO QUE EN EL AÑO 2009 VUESTRA FAMILIA ESTE UNIDA EN EL AMOR DE DIOS POR MEDIO DE XTO Y SU MADRE MARIA.
QUE LA SALUD, LA PAZ Y LA ALEGRIA ESTEN PRESENTES EN VUESTRAS VIDAS

UN ABRAZO FRATERNO PARA TODOS
JOSE ANTONIO SHA

miércoles, 24 de diciembre de 2008

EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS 2, 1-14


En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!".
COMENTARIO
«La gloria del Señor lo envolvió con su luz»
La noche envolvía al mundo entero antes de que se elevara la luz verdadera, antes del nacimiento de Cristo; también en cada uno de nosotros, antes de nuestra conversión y de nuestra regeneración interior, reinaba la noche. ¿Acaso sobre el rostro de la tierra no había la noche más profunda y las tinieblas más espesas cuando nuestros padres honraban a dioses falsos?... ¿Y no había sobre nosotros otra sombría noche cuando vivíamos sin Dios en este mundo, siguiendo nuestras pasiones y los atractivos de este mundo, haciendo cosas de las cuales hoy nos enrojecemos por ser también obra de las tinieblas?... Pero ahora os habéis liberado de vuestro sueño, os habéis santificado, pasando a ser hijos de la luz, hijos del día y no de las tinieblas ni de la noche (1Tes 5,5)... «Mañana veréis en vosotros la majestad de Dios». Hoy, el Hijo se ha hecho justicia venida de Dios; mañana, se manifestará como vida nuestra, para que aparezcamos con él en la gloria. Hoy, por nosotros, ha nacido un niño, para privar que nos elevemos en un a gloria vana y, convirtiéndonos, lleguemos a ser como niños. Mañana se va a mostrar en toda su grandeza para incitar nuestra alabanza y para que también nosotros podamos ser glorificados y alabados cuando Dios otorgará a cada uno su gloria... «Seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es» (1Jn 3,2). Hoy, en efecto, no le vemos en sí mismo sino como en un espejo (1C 13,12); ahora recibe lo que se eleva de nosotros. Pero mañana le veremos en nosotros, cuando nos dará lo que depende de él, cuando se mostrará tal cual es en sí mismo y nos tomará para elevarnos hasta él.
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense del siglo XII y doctor de la Iglesia

5º sermón para la vigilia de Navidad.

lunes, 22 de diciembre de 2008

LAS OTRAS NAVIDADES


Occidente sufre una epidemia de soledad. De una parte del mundo a otra, la cultura de la muerte ha traído consigo una auténtica cultura de la soledad. Millones de personas viven solas y sienten que no tienen a nadie

24 de diciembre. Nochebuena. Una mujer llama al Teléfono de la esperanza. Al voluntario que la atiende le cuenta que «soy de pueblo, de joven me vine a Madrid y me puse a fregar escaleras, de rodillas, como se hacía antes. Me quedé viuda joven, pero mis hijos me salieron muy inteligentes y pude darles estudios. Lógicamente, se han casado con personas de cultura, de buenas familias, y yo comprendo que soy una mujer de moño, de pueblo, sé que no puedo cenar con su familia, ¿pero no podrían venir ellos un día a pasar un rato conmigo y a darme un beso, en estas fechas en que yo, cuando ellos eran chiquillos, les cantaba villancicos y les decía que su padre está en el Cielo?» Es la experiencia de muchas personas que se sienten solas en nuestro país: en España viven su vida diaria en soledad dos millones y medio de personas, lo que hace que uno de cada seis hogares sea un hogar solitario. Pero la soledad no es sólo la ausencia de compañía, sino una sensación, un frío que se mete en el cuerpo y que ni siquiera se mitiga en estas fiestas de Navidad. Muchas veces sucede precisamente lo contrario, que la necesidad de compañía se acentúa en estos días; un dato significativo es que, entre el 25 de diciembre y el 1 de enero del año pasado, las entradas en los portales de contactos por Internet aumentaron hasta un 300%. La mitad de las llamadas que se reciben en el Teléfono de la esperanza (91 459 00 50) tiene que ver directamente con el problema de la soledad. El padre Pedro Madrid, de los Hermanos de San Juan de Dios y director de esta organización en Madrid, se refiere a la soledad como la peste de nuestros días, y afirma que «el no tener a nadie con quién hablar fácilmente desemboca en una depresión, y eso fácilmente conlleva fantasías de suicidio y conductas autodestructivas. Ésta es nuestra experiencia. Nosotros hablamos mucho de la muchedumbre solitaria, y es que en las grandes urbes nos encontramos más solos que nunca. Antes, en los pueblos, todo el mundo se conocía, había más vínculos afectivos, y ahora nos empobrecemos cada vez más a nivel afectivo. Si profundizamos, veremos junto a nosotros a muchas personas, incluso casadas y con hijos, que se sienten solas». Y se trata de algo que también afecta a la gente joven. «Detrás del botellón y del preservativo y de no sé cuántas cosas más -asegura el padre Madrid-, muchos jóvenes se encuentran, con mucha frecuencia, solos. ¿Pero cómo es posible encontrarse solo en medio de tanta gente? Pues sí que ocurre. Hay un aislamiento a nivel personal, que impide que me comunique adecuadamente con el otro. Y luego viene el aislamiento existencial, que me hace preguntarme qué sentido tiene mi vida. Me encuentro solo, me encuentro deprimido, y fantaseo con ideas de suicidio. Estamos sin gente cerca, sin núcleos afectivos fuertes».El fantasma de las Navidades presentes

En España, casi la mitad de los hogares solitarios los constituyen personas mayores de 65 años. En Madrid, uno de cuatro mayores vive solo, sin calefacción, sin familia ni amigos, y no percibe ninguna ayuda social. Ante este problema, son muchos los voluntarios que ofrecen su tiempo para aliviar la situación de estos ancianos. Desde la ONG Desarrollo y asistencia (Tel. 91 554 58 57), se organizan visitas a residencias de ancianos y a domicilios particulares, de modo que, una vez por semana, ofrecen a los mayores la posibilidad de participar en juegos y talleres, o bien les acompañan para hacer gestiones, ir al médico, tomar algo, o simplemente dar un paseo. El papel de los voluntarios se centra en hacerles compañía... La creatividad de algunos voluntarios les lleva a organizar pequeños talleres y tertulias que facilitan la amistad y conocimiento entre los residentes. Como ellos mismos dicen, «quieren esa familia que los ancianos no tienen o que no puede atenderles».En España, el 25% de la población dice sentirse solo con frecuencia, y el 40% reconoce no tener ningún amigo íntimo. Esta situación se agrava en Navidad. Mientras en muchas casas se brinda con champán, se felicitan la Navidad y se desean muchos bienes para el año que entra, el padre Madrid atiende el Teléfono de la esperanza en esas horas tan difíciles para muchos, como son Nochebuena y Nochevieja: «En estos días nos llaman muchas personas solas -afirma desde su experiencia-, que añoran otros tiempos en los que estaban rodeadas de gente. Ven el anuncio de los turrones y se dan cuenta de que nadie vuelve a casa por Navidad. Eso es mentira, dicen. En estos días se organizan muchas cenas y comidas, pero la gente nos llama diciendo que no tienen buenas relaciones. Muchos inmigrantes recuerda con nostalgia a la familia que han dejado allí, parejas rotas, hijos con padres enfermos a su cargo..., son fechas muy complicadas y difíciles. Estos días son especialmente emocionales, y muchas personas se encuentran solas, y pasan unas navidades horribles. Se da el mensaje de que hay que estar contento, que hay que estar feliz, y muchos no se ven así. Hay mucha gente que en Nochebuena cena, se acuesta y no quiere saber nada, porque estas fechas les acentúa su sensación de soledad».Vivir hacia los demás...

El psicólogo don Juan de Haro tiene una larga experiencia en su consulta acerca del problema de la soledad. «La gente no suele expresarlo directamente -afirma-, sino que te habla de un malestar que tiene después un trasfondo de soledad. No es simplemente que vivan solos, sino que sienten que no tienen la confianza para expresar lo que son. Ésta es una necesidad universal, que todos tenemos, pero hay gente que no ha encontrado personas en las que confiar y con las que comunicarse».También ha trabajado en programas de atención a mayores, y desde su experiencia afirma que el principal problema de esta población «es la soledad. Me llamó la atención, haciendo un recorrido de su historia, que las personas que se encontraban solas eran personas que, a lo largo de toda su vida, habían volcado su energía muy hacia adentro, viviendo más hacia ellos, gente muy volcada en el trabajo que luego, cuando se hacen mayores, se ven más solos. Me sorprendió mucho la situación de una mujer cuyo marido falleció repentinamente. Ellos no tenían hijos, pero me pareció impresionante la red de apoyo social y familiar que tenía, y entonces vi que este matrimonio habían sido unas personas de una gran gratuidad y de una gran entrega, y cuando eso se da, la gente corresponde». Según don Juan de Haro, la responsabilidad hay que buscarla en la persona misma, y huir de esa idea que dice que la culpa es de la sociedad: «Pienso que a la gente le falta atrevimiento para comunicar y para comunicarse. El miedo a no ser comprendido o a sentirse juzgado o rechazado es muy potente, y hace que la gente no se atreva a ponerse en juego y no comunique lo que uno es verdaderamente. Podemos irnos de copas con unos amiguetes, pero no podemos expresar un dolor, una inquietud o una preocupación».Hay una soledad real, que nace de no tener a nadie cerca, pero Juan de Haro afirma que «también hay una soledad que nosotros mismos nos creamos. Es un aislamiento que nos generamos nosotros alrededor. La palabra clave aquí es atrevimiento, atreverse a vincularse, a llamar por teléfono. Hay gente que tiene una dificultad muy grande de expresar que necesita ayuda, de pedir a gente que nos quiere que nos haga un favor. Porque si tú no te atreves a pedir, al otro no le das la posibilidad de ofrecerte su compañía. Entonces esa sensación de soledad uno la alimenta autoaislándose. La soledad -no siempre, porque hay personas que están objetivamente muy solas-, muchas veces es una barrera que nos ponemos nosotros».La mitad de las personas que llaman cada año al Teléfono de la esperanza reconocen hacerlo simplemente para hablar con alguien. El padre Pedro Madrid insiste también en la necesidad de humanizar las relaciones: «En estos días debemos expresarnos un afecto que frecuentemente no expresamos, porque lo damos por supuesto, pero no lo verbalizamos. Si tiene hijos, dígales que los quiere. Hay que entregar compañía, cercanía, proximidad, valorar lo positivo que tiene cada persona y olvidarnos de lo negativo, porque todos somos limitados y tenemos nuestros fallos. En estas fiestas nos reunimos no sólo para cenar, vamos a encontrarnos; el encuentro es lo más maravilloso que hay». Y también subraya la importancia de saber escuchar: «La soledad es mucha veces la manifestación de un problema anterior, más profundo. Debemos procurar escuchar de verdad. Es muy difícil escuchar, confundimos escuchar con oír. También tenemos que percibir qué sentimiento hay detrás de lo que nos dice el que nos habla. Y detrás de ese sentimiento hay una demanda concreta, y tenemos que responder también a esta demanda»....y también hacia el Otro

Pero esta escucha debe ir más allá. No sólo debe estar orientada hacia los demás, sino que también ha de estar disponible para poder escuchar al Otro. La hermana Julia, una religiosa católica estadounidense, al hablar en su blog acerca de la soledad, afirma: «La soledad es esa parte de mí que sólo Dios puede llenar. A veces trato de rellenarla con cosas que no son Dios -otras relaciones, mi trabajo, distracciones...- Estas cosas, en sí mismas, no son malas ni buenas, pero cuando las pongo en el lugar de Dios me convierto en una persona que sufre de soledad, porque he interpuesto cosas entre Dios y yo. La soledad es algo que puede ser muy relativo, desde el momento en que nos damos cuenta de que Dios está siempre ahí». Y el padre Jean-Pierre Longeat, prior del monasterio benedictino de Ligugé (Francia), en el libro Veinticuatro horas en la vida de un monje (ed. Kairós), escribe: «En Cristo, la vida atestigua la posibilidad de una relación amorosa entre los seres humanos. Ésta es la vía de la salvación, porque la vida sólo tiene sentido en relación con los demás. Nadie está condenado al aislamiento que se origina en la indiferencia individualista, que aboca a la angustia mórbida y acaba dejando siempre el amargo regusto de la muerte. Todos los hombres estamos llamados a conocer la verdadera justicia de vivir juntos en armonía, cosa que sólo ocurrirá si admitimos una cierta forma de trascendencia».

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

viernes, 19 de diciembre de 2008

EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS 1.5-25


En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada. Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. Entonces se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Angel le dijo: "No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto". Pero Zacarías dijo al Angel: "¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada". El Angel le respondió: "Yo soy Gabriel , el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo". Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque se había quedado mudo. Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: "Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres".


COMENTARIO


«Guardarás silencio... hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras»
En nosotros, la voz y la palabra no son la misma cosa, porque la voz se puede hacer oír sin que tenga ningún sentido, sin palabras, y la palabra igualmente puede ser transmitida al espíritu sin voz, como ocurre con el discurso en nuestro pensamiento. De la misma manera, puesto que el Salvador es Palabra..., Juan difiere de él siendo la voz, por analogía con Cristo que es la Palabra. Es esto lo que el mismo Juan responde a los que le preguntan quién es: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: 'Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos'» (Jn 1,23). Es posible que sea por esta razón que Zacarías, porque dudó del nacimiento de esta voz que debía revelar a la Palabra de Dios, perdió la voz y la recuperó al nacer el que es esta voz , el precursor de la Palabra (Lc 1,64). Porque para que el espíritu pueda captar la palabra que designa a la voz, es preciso escuchar la voz. Es también por eso que, según la fecha de su nacimiento, Juan es un poco mayor que Cristo; en efecto, nosotros percibimos la voz antes que la palabra: Juan señala así a Cristo, porque es por una voz que la Palabra se manifiesta. Igualmente Cristo es bautizado por Juan que confiesa tener necesidad de ser bautizado por él (Mt 3,14)... En una palabra, cuando Juan muestra a Cristo, es un hombre que muestra a Dios, al Salvador incorporal; es una voz que muestra la Palabra...
Orígenes (hacia 185-253), presbítero y teólogo

Comentario al evangelio de san Juan, 2, 193s

miércoles, 17 de diciembre de 2008


EN ESTAS NAVIDADES, A TODOS CUANTOS SEGUIS ESTE

BLOG DESDE 23 PAISES, OS DESEO QUE LA PAZ Y LA

ALEGRIA REINEN EN VUESTROS CORAZONES.

PARA TODOS UN FUERTE ABRAZO FRATERNO.

José Antonio Sha

lunes, 15 de diciembre de 2008

PRESENTACION DE UN LIBRO


Este miércoles, día 17 de Diciembre, a las 20 horas, en la CASA DE LA IGLESIA
Plaza de la Seo Nº 6 de Zaragoza se presentará el libro del Dr. BERNARDO EBRI

MISTICA DEL DIA A DIA

En el acto intervendrán:

D. FRANCISCO MARTINEZ, Vicario General de la Diócesis de
Zaragoza
Y el Editor Joaquín Casanova


COMENTARIO


Los pensamientos reflejados en este libro son de carácter vivencial y kerigmático, muchos de ellos están concebidos fundamentalmente de los 33 a los 40 años del autor, época donde fue un elemento activo en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Zaragoza. Algunos de ellos, no obstante, han sido completados más tarde hasta la época actual. Ordenados por temas, pretende ser como un desahogo emocional o catarsis de sentimientos muy íntimos. Si bien se han añadido nuevos escritos en fechas posteriores a las ideas desarrolladas en aquella época. Muchos de ellos fueron también mecanografiados de los manuscritos originales por su padre "infatigable secretario" y lo hizo dos años antes de su muerte. En su homenaje y sabiendo por un sacerdote el bien que le habían hecho su lectura, hace seis meses comenzó una labor de transcripción y de remodelación, añadiendo además otros hasta la actualidad. En un anexo adjunto a esta obra se han añadido otros escritos, algunos de fechas más recientes que agrupan fundamentalmente recomendaciones de carácter higiénico psicológico, entrevistas de prensa, correspondencia en general y colaboraciones a homenajes y entrevistas on-line de temas ético-médicos.Han habido largos paréntesis no obstante, hasta que ahora a sus 58 años, en circunstancias especiales, se ha animado a publicarlos, ya que en principio no tenía intención de hacerlo. Se ha decidido a ello gracias al ánimo que ha recibido por parte de familiares y amigos, en pro del posible bien que pudieran hacer estos escritos a lectores interesados en estos temas hoy no políticamente correctos.De lo dicho en estos textos a los hechos, hay en mi vida un abismo insalvable, pero el ser humano, el cristiano es un hombre que se mantiene en tensión entre la dura realidad de cada día, entre las debilidades en que a diario caemos y la utopía del Evangelio. Lo importante es levantarse y volver a retomar el camino, ya que en definitiva lo que cuenta es eso: Ser coherente en la vida e intentar vivir lo que decimos mientras se hace camino al andar. Vamos en definitiva errantes por los caminos de este mundo buscando soluciones a problemas vitales y, en definitiva, añoramos fuentes de agua viva. En los tiempos actuales los seglares debemos expresar sin tapujos y con naturalidad nuestra fe cristiana.

NEW AGE: La punta de un iceberg


En febrero de 2003 el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso del Vaticano publicó un informe, el primero sobre el fenómeno de la «New Age» (Nueva Era), titulado «Jesucristo portador de agua viva...», y pronto enviará a las Conferencias Episcopales un segundo, continuación de aquél y que se llamará «Reflexión pastoral sobre la Nueva Era» fruto de la Consulta Internacional que tuvo lugar en la Santa Sede, en el mes de junio de 2004, y de la cual participé junto a otros 21 especialistas de otros países y miembros de la Curia Romana.
Aunque mucho se ha escrito en los años noventa acerca de la Nueva Era, y aun el Vaticano haya publicado su propia reflexión, debemos tener en cuenta que la Nueva Era asume en América Latina y en el Uruguay rasgos, expresiones, y énfasis particulares respecto de su manifestación europea y norteamericana, que es preciso conocer.
La propagación, en las librerías y supermercados, de inelegantes anaqueles exhibiendo volúmenes de autoayuda, esoterismo, secretos espirituales, magia, rei ki, gurús orientales, astrología, terapias sanadoras, «Insight», técnicas adivinatorias, ángeles, y un sinfín de temas exóticos directa o indirectamente ligados a lo religioso, es una constatación para cualquiera de nosotros. Este «boom» literario no es más que la punta de un iceberg cuyo cuerpo mayor se hunde en aguas más profundas y veladas.
¿Qué es la Nueva Era?
La «New Age» (Nueva Era) no es una secta, no, ni una religión. Es, más bien, una vaga, dilatada e imprecisa corriente sociocultural, en que confluyen, acríticamente y sin ánimo de concierto, una caterva de ingredientes provenientes de las más diversas fuentes: religiones tradicionales, magia, terapias alternativas, gnosticismo, ocultismo, psicología transpersonal, espiritismo, física cuántica, ecología, meditación, ovnis, pensamiento positivo, teosofía, místicos, maestros espirituales...
Es frente a este panorama que el ecléctico consumidor de la Nueva Era, ávido de experiencias-cumbre, alérgico a toda manifestación espiritual que implique vínculos o compromisos institucionales, adopta y escoge los elementos que mejor se avengan con sus deseos o búsquedas personales.
Dilatada y cambiante, sin fundadores concretos y visibles, sin expresiones sociales y programáticas orgánicas, la Nueva Era evoluciona calladamente, propagándose en la intimidad y multiplicación de cursos, artículos ocasionales, revistas, libros, talleres, seminarios, gurús, conferencistas y a través de un extendido tejido de grupos pseudorreligiosos y sectas. Sus ideas y prácticas, su literatura y "espiritualidad" va penetrando también los poros de las grandes religiones e iglesias históricas.
¿Cuál es su origen?
Como podrá conjeturar el lector, las raíces de la «New Age» se abisman en los siglos remotos de la historia. Pero entre los precursores modernos de este complejo movimiento ha de citarse a Madame H. P. Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica (1875), cuyos postulados perviven entre los principales de la Nueva Era, y también a Rudolf Steiner y Alice Bailey. Ya más recientemente, en la década del 60, las Comunidades «Esalen», en California, y «Findhorn», en Escocia, se constituyeron, de hecho, en los centros experimentales y cuna del actual movimiento.
La Nueva Era viene infiltrándose en la intimidad de una cultura occidental fragmentada, desconsolada de sí misma, melancólica de sus propias fuentes, descreída de la razón, deshabitada de divinidad, fatigada, sin rumbos ciertos. "Un mundo en el que no sólo no sabemos adónde nos dirigimos, sino tampoco adónde deberíamos dirigirnos. (...) Ignoramos cuáles serán los elementos que darán forma al futuro... El viejo siglo no ha terminado bien." (Eric Hobsbawm) La mayoría de las personas que se sienten estimuladas y atraídas por la «New Age», buscan auténticamente un sentido trascendente de la vida, amor, paz interior, consuelo físico y espiritual en medio de estas sociedades resecadas espiritualmente. Parafraseando a Chesterton podemos decir que cuando se deja de creer en Dios, no necesariamente no se cree en nada, sino que se comienza a creer en cualquier cosa.
Pero es necesario señalar que muchos de los precursores, gurús y difusores de la Nueva Era forman parte de una verdadera "Conspiración" contra las grandes religiones, especialmente los monoteísmos (judaísmo, cristianismo e islam), a las cuales no se opone frontalmente, sino que anuncia simple y alegremente haberlas superado y sucedido, presentándose como la única religión, o mejor dicho «espiritualidad» del futuro, post cristiana, manifestándose como una espiritualidad cósmica y "holística", como un «despertar a una nueva conciencia», y respetuosa de sus adeptos, pues la única ley es la de la propia subjetividad de sus creyentes y el único dogma es el capricho de construirse cada uno su propia «religión» a la carta.
La crisis cultural y la crisis de las religiones
La crisis de la modernidad, con su alergia a la autoridad, a la burocracia, a las mediaciones institucionales, ha puesto en crisis todas las instituciones modernas. Entre ellas, las grandes iglesias. Su lugar es ocupado por las llamadas «vías alternativas", ya en el campo médico, político o religioso.
La lógica instrumental de la tecnoeconomía ha ido por su parte colonizando la cultura, convirtiendo todo en mero producto de consumo. También "lo divino" es volcado al mercado en útiles envases descartables. Los urgidos clientes, deseosos de refrescantes dosis para el alma, van abrazando sucesivamente una y otra técnica espiritual, o varias a la vez, con la mente y el bolsillo fijos en su eficacia. Un floreciente y múltiple negocio se ha erigido entre nosotros, pródigo en fantasía, temas y libros afiebrados -prohijando como nuevas, turbulentamente, doctrinas e ideas seculares, cuando no milenarias-, en prolíficos grupos sectarios y movimientos pseudorreligiosos con apariencia empresarial... ¿O empresas con apariencia religiosa?
En lugar de vernos enriquecidos con la diversidad e identidad de cada una de las religiones, en lugar de preservar su historia, raíz y tradición, en lugar de asistir al diálogo entre ellas, la "New Age" va demoliéndolas una por una, disolviéndolas y transformándolas en una única espiritualidad cósmica, sin límites ni configuraciones definidas. Por otra parte, los fundamentalismos integristas, son, en el fondo, una reacción extrema y peligrosa contra este impulso de disolución y difuminación religiosas. ¿Una estrategia más de la globalización del pensamiento único en su expresión religiosa?
Una espiritualidad de mercado
En esta corriente cada cual se siente libre de incorporar a su personal credo aquellas vivencias, prácticas y ofertas que considere convenientes, ya sin yugo, ya sin censores, ya sin instituciones ni mediaciones que se interpongan en el camino. ¿Una religiosidad adecuada al sistema neoliberal que coloniza todos los ámbitos con su lógica instrumental, transformándolo todo en algo que se puede usar según el capricho de cada cual, a gusto del consumidor? ¿Un Dios a mi imagen y semejanza?
La «New Age» no acepta ninguna verdad que esté fuera del ámbito de la propia experiencia. Una libertad que deriva en el dogmatismo de la pura subjetividad: lo que a mí me gusta, lo que yo siento... porque a mí me gusta, porque yo lo siento así. Mera intimidad de sensaciones placenteras. Una «espiritualidad» que no sólo no une, sino que nos aleja cada vez más a unos de otros, que nos va encerrando a cada cual en un recóndito y esotérico ego, donde ya no hay lugar para el «molesto prójimo». Una espiritualidad acorde a la mentalidad consumista donde no queda tiempo para mirar al otro, tan solo satisfacer la propia necesidad.
La Era de Acuario y la tradición gnóstico-esotérica
El mismo nombre, "New Age» remite a una concepción astrológica de la historia. El tiempo presente es el del pasaje de la era de Piscis —que correspondería a la era cristiana-, a la era de Acuario —que corresponde a la Nueva Era-. Con la llegada astrológica de Acuario nacerá una nueva humanidad, un nuevo orden mundial, una nueva forma de vivir y comprender la religiosidad, una era de paz, abundancia y armonía..., una Nueva Era donde las religiones clásicas, y sobre todo el cristianismo alcanzarían su fin, y un nuevo paradigma emerge, listo para revelarnos sus secretos.
El «gran secreto» de los movimientos gnósticos, siempre reservados a una élite, ahora se vende en el «mercado religioso». Mediante una iniciación progresiva en un cierto conocimiento (gnosis en griego), se alcanza la verdad escondida: «somos la divinidad». He aquí las tres etapas de esta conciencia: «Dios está dentro de mí», luego «Dios y yo somos una misma realidad», y finalmente «Yo Soy Dios».
La conciencia del «Yo Soy», es la conciencia de la propia divinidad. Es la conciencia panteísta (pan: todo; theos: Dios), y por esta vía espiritual Dios no es ya una Persona. Ahora se trata de una energía impersonal que todo lo invade y del cual somos parte. Ya no hay distinción, «todo es la divinidad», todo es«energía».
Esta concepción se alimenta de la milenaria tradición esotérica (del griego esoteros: lo oculto), la cual canoniza a toda una serie de personajes de dudosa reputación y grandes maestros del ocultismo occidental, junto a magos, alquimistas, masones, rosacruces y teósofos. Círculos herméticos, logias masónicas y sociedades ocultistas caminaron siempre por carriles paralelos a los de las religiones tradicionales buscando secretos ocultos y una filosofía perenne. Pero la Nueva Era hace del esoterismo algo exotérico, es decir, público. Por ello la difusión de tanta literatura sobre ángeles, cábala, alquimia, libros apócrifos, y la fascinación por la brujería y las religiones precristianas (celtas, egipcios, asirios, etc).
Siguiendo a sus precursores teósofos, la Nueva Era ha puesto también el énfasis en las religiones transpersonalistas (que llamamos orientales) como el budismo y el hinduismo, de las que la Nueva Era toma los elementos que más le interesa, descontextualizándolos de su cosmovisión original.
No quieren saber nada con la ascesis, ni con el sacrificio, solo crear una religiosidad para hombres y mujeres de éxito, donde no hay fracasos, ni debilidad, ni error. Toman de las religiones de oriente solo lo que les conviene.
Ecología mística, Channeling, y Maestros ascendidos
Una nueva sensibilidad ecológica, de carácter animista y panteísta —nuestro planeta recibe el apelativo de Madre Tierra (la primordial diosa Gaia)-, colorea la atmósfera «New Age", sacralizando toda la naturaleza hasta el punto de divinizarla.
La práctica del channeling (canalización) forma parte del abigarrado y pintoresco panorama de la Nueva Era. Es una versión moderna del espiritismo en que, por medio de ciertas «técnicas» se invocan espíritus de difuntos, así como también de ángeles, extraterrestres y «seres de luz» (?). Volúmenes de amplia difusión, como Un curso de milagros, o el Libro de Urantia son fruto de locuaces voces del más allá, que peroran desde el otro mundo. ¿Acaso se trata de ediciones postmortem?
Los adeptos a la Nueva Era pretenden abrir sus mentes generosamente a numerosos "maestros espirituales" o "ascendidos", guías de la humanidad, que les dictarían en su conciencia lo que han de hacer, pensar y sentir, de tal manera que cada uno apela a su «maestro» o «ángel» para justificar sus acciones o decisiones irracionales. Estos «maestros ascendidos», avatares, son hermanados y yuxtapuestos unos a otros en una perpleja y solidaria enumeración: Henoc, Elías, Moisés, Paracelso, El Morya, Noé, Mahachohan, Pitágoras, Confucio, Jesús de Nazareth, Hermes Trismégisto, Elohim, Buda, Nichiren, Mahoma, Krishna, Melquisedec, Maitreya, El Rey Arturo, Minerva, Nabucodonosor, Serapis Bei, Lady Rowena, San Juan Bautista, Eliphas Lévi, Sanat Kumara, El Arcángel Miguel, M. Eckhart, Nanak, Francis Bacon, La Virgen de Fátima, El Conde de Saint Germain... y también algún E.T. Todos ellos serían manifestaciones del único «cristo cósmico».
Bajo el título de "METAFÍSICA CRISTIANA" —que no tiene nada de cristiana—, librillos y cursos saturan nuestro medio en un clima y lenguaje espiritualmente abiertos, positivos y agradables, pero no son más que instancias de iniciación al esoterismo, a la confusión irracional, y con cierta peligrosidad psicológica para quienes la practican. Tal vez esta sea una de las más delirantes manifestaciones «new agers» en Latinoamérica y de mayor difusión en Montevideo.
Entre novelas, manuales de autoayuda y revistas de moda
Entre los autores vinculados al movimiento directa o indirectamente podemos mencionar a M. Blavatsky, Annie Besant, Rudolf Steiner, Alice Bailey, Eileen Caddy («Dios me habló»), Marylin Ferguson, Michael Murphy, David Spangler, Louise L. Hay, la notable actriz Shirley McLaine, Louise Hay, Claudio María Domínguez, Enrique Barrios (con sus libritos sobre Ami el niño de las estrellas), y los sacerdotes católicos Ricardo L. Gerula y Lauro Trevisan.
Pero las ideas de la «New Age» subyacen y se propalan en novelas que se constituyen en fenómenos de ventas editoriales, como las de Bryan Weiss y Dan Brown. Casos como «La Novena Revelación» (y siguientes), o el famoso "Código da Vinci" —invisible en cuanto a su calidad literaria-, son ciertamente un emblema de las zozobras e inquietudes en que navega la Nueva Era, y que han sumido en recónditas vacilaciones a más de un lector incauto.
Se multiplican toda clase de libros y artículos de dudosos autores sobre temas sibilinos y gnósticos, evangelios apócrifos manipulados, conocimientos secretos supuestamente «ocultados» por la Iglesia, cursos de parapsicología, adivinación, control mental, piramidología, chamanes, turismo astral, cábala, ufología, radiestesia, etc. Y así se van repletando los anaqueles de librerías y las góndolas de supermercados con toneladas de sus publicaciones.
Como habrá podido inferir el lector, en el terreno espiritual de la "New Age" cabe todo tipo de siembra, y cualquiera es sembrador. Si uno se acerca, por dar un ejemplo, a las charlas de los lunes en el Ateneo, podrá advertir títulos como: "Fe iluminada y no dogmática». «Transmutar la energía», «El Arcángel san Miguel y el maestro Saint Germain», «Invocación al rayo violeta», «Tarot angélico», etc.
La superchería de numerosos mercaderes se aprovecha de la desinformación y la ingenuidad de mucha gente en temas religiosos.
Magia y ocultismo con fachada científica
La cosmovisión de la Nueva Era pretende ser holística, integradora y lograr la fusión entre religiones y ciencia. Procura emplear un lenguaje pseudocientífico y se afana en presentar temas espirituales con un ropaje científico y viceversa. Esto explica la promoción de todo tipo de terapias alternativas y de pseudoterapias, tal es el caso, por dar un ejemplo, de la «Terapia de vidas pasadas». Supuestos psicólogos enseñan técnicas hipnóticas para regresar a supuestas vidas anteriores. Y así encontramos toda clase de fetichistas, astrólogos, videntes y brujos cobijados bajo nebulosos títulos como el de «parapsicólogo» o «terapeuta».
En el fondo está el viejo anhelo de la magia y de la ciencia: tener técnicas que logren manipularlo todo para propio beneficio, y para sostener sus postulados como «científicos» recurren a la psicología de James y Jung, a la física cuántica de F. Capra, y a algunos escritos de Lessing, Theilard de Chardin, Maslow, A. Huxley y muchos otros.
No olvidemos que la religión (cualquiera que sea) religa al hombre, lo pone en relación, y de ahí se desprende una ética hacia el otro y hacia el medio en el que vive, en cambio la magia es meramente instrumental, funcionalista y desinteresada del bien común.
De la meditación a la locura...
Aunque algunas terapias de supuesto origen oriental (llamadas "alternativas" o "complementarias") puedan contener elementos valiosos, es necesario decir que, en el contexto en que son presentadas y vividas por la "New Age" en Occidente, la mayoría de ellas han deparado graves lesiones psicológicas y secuelas espirituales en muchos de sus adherentes. Baste mencionar que los viajes astrales, la invocación de maestros ascendidos, las meditaciones de hiperventilación y expansión de la conciencia, las regresiones hipnóticas y la casi totalidad de los métodos de control mental han generado delirios místicos, o de influencia, esquizofrenias, desdoblamientos de personalidad, y otros diversos estados psicopatológicos.
El especialista J. M. Baamonde hablando de las inducciones a estados de trance escribe: «Estas similitudes, también, indicarían la inconveniencia de fomentar estos estados alterados de conciencia, por el riesgo implícito de generar serias perturbaciones psíquicas a raíz de personificaciones y automatismos inconscientes que, en ciertos casos, asumirán el carácter de delirios sistematizados... Una de las consecuencias más habituales es la generación de brotes esquizofrénicos de diversa intensidad, en asistentes a estos cultos que cuenten con una subestructura psicótica».
Nuevas sectas para la Nueva Era
A partir de los ochenta en los EE.UU., y de los noventa en el resto del mundo, las sectas de mayor crecimiento —que son precisamente las que enarbolan la bandera de la Nueva Era-, vienen prometiendo y ofreciendo toda suerte de bienestar por medio de estas técnicas "espirituales", técnicas muy costosas para el bolsillo, y peligrosas para la salud. Muchos de estos grupos se presentan, no como Iglesias, sino como Institutos o Centros de Rehabilitación personal, donde el lenguaje pseudocientífico y las estrategias de marketing son una simple fachada, bajo la cual se esconde una verdadera secta destructiva.
La avalancha del esoterismo
El enorme caudal de información esotérica se ha vuelto público, distorsionado y generador de no poca confusión, sobre todo para aquellos que no conocen algo mínimo de historia de las religiones y no distinguen la verdad de la ficción literaria, y más aún, para los que su cristianismo no pasa de un simple «barniz».
De esta manera se ha desarrollado una avalancha de literatura, películas, y conferencias que dan nuevas interpretaciones a los conceptos y categorías teológicas del cristianismo, vaciándolas de sus contenidos originales, recreando y resignificándolo todo en calve ocultista y gnóstica, hasta el punto de querer «devolver» al cristianismo las «verdades secretas» durante siglos escondidas por las malvadas Iglesias cristianas.
El esoterismo actual es un buen negocio para más de un charlatán que se aprovecha de la ingenuidad de tantos sedientos de verdad, de paz, de amor y de armonía interior..., de Dios.
La Nueva Era se infiltra en el cristianismo
Juan Pablo II se ha pronunciado varias veces advirtiendo que el principal desafío para las Iglesias hoy, es la penetración de la Nueva Era en su propia pastoral. Retiros, catequesis, prédicas, manuales de aquí y allá trasuntan el universo de la "New Age". Y no son pocos los que se han dejado fascinar por otras «luces de colores» porque Jesucristo no les hace arder el corazón. ¿Habremos los cristianos opacado el misterio de Cristo?, ¿habremos ocultado el pozo de agua viva?, ¿habremos enmascarado de ideologías y racionalismos la fascinante presencia en el mundo de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios? ¿Transparentamos como Iglesia la luz de Cristo que resplandece sobre su rostro?
¿Católicos new agers?
En muchos retiros la Palabra de Dios es progresivamente dejada de lado. En su lugar, de modo creciente, se proponen técnicas psicológicas, meditativas y esotéricas. En varias iglesias se ofrecen cursos de Rei Ki y de Yoga muy poco purificados de sus contenidos orientales (karma, reencarnación, panteísmo, "chakras"...). El Eneagrama —un diagrama de tipología de la personalidad- es otra de estas técnicas promovidas, la cual se habría originado en el misticismo sufí... pulida, reinterpretada y difundida por iniciados en el esoterismo como Claudio Naranjo y Óscar Ichazo —fundador de la secta Arica-, seguidores del ocultista Gurdjief. Algunos sacerdotes jesuitas especialistas en el tema, que fueron devotos de esta práctica en EE.UU., se lamentan hoy de su ingenuidad.
Muchos cristianos, fascinados con novelas como las de P. Coelho, comenzaron, sin pretenderlo, a cambiar aspectos fundamentales de la fe. Y en algunos colegios regalan a los adolescentes el librillo Ami, el niño de las estrellas, cuyos contenidos nos disponen a la Era de Acuario, y cuyo Dios no es otra cosa que un conjunto de vibraciones energéticas.
Son muchos los que diciéndose «cristianos» se sienten ofendidos al ser observados por sus prácticas directa o indirectamente contrarias al Evangelio de Jesucristo y a las orientaciones de sus pastores. Sus sinceras búsquedas espirituales no son suficientes. Hay que volver a decir que solamente Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que no hay otro nombre dado a los hombres por el cual podamos ser salvados (Hch 4,12). Estamos necesitados de una renovación pastoral que inicie en los misterios de Dios a los fieles, que los disponga al encuentro personal y comunitario con el único Dios que salva, sana y libera y no una caricatura que nos caiga bien.
Al respecto cobran especial interés las palabras dirigidas por el Papa Juan Pablo II, al tercer grupo de obispos norteamericanos , en la visita ad limina apostolurum del 18 de mayo de 1993:
"Mientras sigue avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de espiritualidad, como lo muestra la aparición de muchos movimientos religiosos y terapéuticos, que pretenden dar una respuesta a la crisis de los valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo religiosus produce algunos resultados positivos y constructivos, como la búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y racionalista. Por otra parte, este despertar religioso trae consigo algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe cristiana.
...Las ideas de la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe cristiana.
En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un lenguaje religioso. Además proponen a menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana. Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la salvación por medio de Cristo".
El gran desafío
El primer informe Vaticano afirma: «...una invitación a encontrarse con Jesucristo,... tendrá más peso si se ve que quien la realiza es alguien que ha sido profundamente tocado por su propio encuentro con Jesús; porque lo hace no uno que simplemente ha oído hablar de Él, sino alguien que está seguro de «que Él es realmente el salvador del mundo (Jn. 4,42)».
No es cuestión de copiar a las sectas, ni de consentir una espiritualidad sensiblera y emocionalista, sino de volver a la auténtica fuente: Jesucristo, en toda su verdad y sin recortes ni reduccionismos ideológicos conservadores o progresistas.
Es urgente leer la sed de Dios de nuestra gente y dar respuestas eficaces. No es cuestión de métodos, es cuestión de testimonio, es cuestión de ver en los cristianos el ardor de Jesucristo, de hombres y mujeres que vivan la pasión por el evangelio, por el pobre, por el que sufre, y no se queden en discursos morales, de cristianos que irradien el amor de Dios y el gozo de anunciar sus maravillas. Sólo así los jóvenes podrán ver un cristianismo para ellos, que los mueva a soñar, a ser auténticos, a vivir con un Dios vivo y verdadero. Sólo así encontrarán un Dios que los arranque de un mundo cerrado en el consumo, el inmediatismo y la superficialidad que congela tantos corazones.
Una tarea como esta nos exige mucha humildad y apertura a un Dios que no se cansa de insistirnos en la primacía de su gracia, de su amor y de su Palabra que no pasa de moda.
Si hay una crisis en las Iglesias cristianas, esa es una crisis de espiritualidad y he ahí donde hemos de renovarnos volviendo a la fuente, para no salir a buscar otros pozos donde nos vendan caricaturas de la verdadera experiencia de Dios.
El mismo San Pablo nos advierte:
«Estén atentos, no sea que alguien los seduzca por medio de filosofías o de estériles especulaciones fundadas en tradiciones humanas o en poderes cósmicos, pero no en Cristo. Porque es en Cristo hecho hombre en quien habita la plenitud de la divinidad, y en él, que es cabeza de todo dominio y potestad, ustedes han obtenido la plenitud... Que nadie los prive del premio presumiendo de humildad o de dar culto a los ángeles; es gente que se enorgullece de lo que cree haber visto, que se vanagloria de pensamientos mundanos y que no se mantiene unida a Cristo...» (Colosenses 2, 9-10.18-19)
«Predica a tiempo y a destiempo, corrige, reprende y exhorta, hazlo con mucha paciencia y conforme a la enseñanza. Porque vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados por sus propios deseos, se rodearán de multitud de maestros que les dirán palabras halagadoras, apartarán los oídos de la verdad y los desviarán hacia las fábulas. Tú sin embargo, procura ser siempre prudente, soporta el sufrimiento, predica el evangelio y dedícate plenamente a tu ministerio». (2 Tim 4,2-5)
Miguel Angel Pastorino

viernes, 12 de diciembre de 2008

LA INFILTRACION


La infiltración marxista y masónica en la Iglesia española y universal del siglo XX es el tema de La infiltración, libro que hace el 152 de los publicados por Ricardo de la Cierva, en la Editorial Fénix. Ofrece en 575 páginas documentos inéditos, fiables y de primera mano, sobre la infiltración marxista y masónica. Suscitará polémica, pero los polemistas tendrán que demostrar sus argumentos con la misma exhaustiva documentación con que lo hace el autor. Ricardo de la Cierva confiesa que el título del libro es un término que le escuchó al cardenal Marcelo González unos años antes de morir… «Don Marcelo, que se sentía muy identificado con mi libro, comentó: No sé si se llega a probar la teoría de la conspiración y de la infiltración, pero la documentación es tan clara y abrumadora que no vamos a tener más remedio que aceptarla». Diversos motivos retrasaron el proyecto, pero el archivo del autor fue creciendo y su tesis de la infiltración se fue fortaleciendo. Trata de explicar qué es lo que pasó y cómo pasó, fundamentalmente, en la Compañía de Jesús. Sus capítulos son elocuentes: Un camino difícil entre las convulsiones de España; Saco a la luz las denuncias secretas de los jesuitas españoles; Los promotores de la infiltración marxista; La «Compañía B», promotora de la infiltración marxista; El esfuerzo agónico de los jesuitas de Madrid; La condena suprema de Juan Pablo II contra el marxismo, el materialismo y el comunismo; La infiltración masónica. El libro concluye con una postdata al señor Presidente del Gobierno.

jueves, 11 de diciembre de 2008

SER VOLUNTARIO ES DARSE UNO MISMO


Quien no se da a sí mismo da demasiado poco. Queremos jugar con los niños huérfanos, queremos sentar a un pobre a nuestra mesa, queremos construir dispensarios en mitad del desierto, pero ¿cuántas veces nos preguntamos si a quien necesitan es a mí? Ante el Día Internacional del Voluntariado, responde a estas preguntas el director de Formación de la Fundación IUVE y Vicepresidente de la Federación de Entidades de Voluntariado de la Comunidad de Madrid

A nadie le pasa desapercibido -y aún menos en tiempos de crisis económica- que nuestra sociedad está sustentada por un modelo que crea, tolera y amplifica las desigualdades sociales. Rápidamente advertimos que hay un sistema de precios cuestionado y un sistema de valores a veces olvidado. También a veces se tiende a confundir estos dos sistemas y convertimos en un problema de números lo que es, ante todo, una cuestión de principios. Un sistema de valores -aunque a algunos huela a armario viejo y naftalina- es algo que toda persona configura a lo largo de su vida. Otorgamos valor a unas realidades y luego damos primacía a unas frente a otras, del modo más natural. Otra cosa es descubrir cuál es la realidad más valiosa que las orienta, dando un determinado sentido a nuestra vida y a nuestros actos. Sin embargo, este descubrimiento es fundamental para hacer de nuestra vida algo extraordinario.El Día Internacional del Voluntariado nos recuerda una tarea fundamental, llevada a cabo por millones de personas en el mundo: entregarse a los demás. Puede que pensemos que nuestra ayuda más eficaz ha de ser de tiempo o de dinero. Ambos son muy necesarios, pero insuficientes, si falta la entrega personal... Escucho preguntar con frecuencia si se ha hecho notar la crisis en los fondos que reciben las organizaciones del Tercer Sector. Antes de responder, suelo hacer un breve silencio, en el que me pongo a pensar en la generosidad y en la gratuidad de la entrega de los voluntarios. Y diciendo lo que pienso, añado que otro ingrediente fundamental es la creatividad. Esa misma creatividad de la que hacen glorioso alarde los más castigados por la miseria, por la pobreza, por los regímenes totalitarios y por tantas otras penurias de nuestro tiempo. ¿No sería irónico que pretendiéramos ayudarles nosotros de otra forma, a ellos que saben ser felices en lo poco, y que desafían a la vida con las manos en la tierra y con los ojos vueltos a la Providencia?«La comunidad de amor», de la que habla Benedicto XVI en su primera encíclica (Deus caritas est), es «una expresión de un amor que busca el bien integral en el ser humano». Así, quien quiera hacer de su amor a los demás una donación de ese bien integral, comprenderá que, con lo que dé, tiene que darse a sí mismo, sin reservarse nada para sí. Nos podremos comprometer con una tarea o con una organización, pero si no estamos dispuestos a salir de nosotros mismos, con nuestras virtudes y con nuestras miserias, corremos el riesgo de hacer ineficaces los proyectos más viables. Queremos jugar con los niños huérfanos, queremos sentar a un pobre a nuestra mesa en Navidad, queremos construir dispensarios en mitad del desierto, pero ¿cuántas veces nos preguntamos si a quien necesitan es a mí? También en esto, los voluntarios y todas las demás personas que han consagrado su vida a los demás pueden ayudarnos a comprender que el misterio de la entrega reside en la entrega total, así como Cristo entregó su vida por todos los hombres. De la colaboración surge la experiencia, pero de la entrega integral puede surgir la vocación, como respuesta a la interpelación que la vida me hace a través de los demás.Además, la verdadera donación de uno mismo nos ayuda a vivir el servicio a los demás con mayor autenticidad. En ocasiones, podemos correr el riesgo de ver en la autosatisfacción una de las únicas motivaciones para seguir haciendo algo por los demás. No cabe duda que quien se da a sí mismo, lejos de perderse, se encuentra a él y al otro. Pero esta riqueza es el resultado de la búsqueda sincera de encontrarme con el otro, no algo a lo que yo deba tender como a un fin.Tampoco sólo nuestra entrega resulta suficiente para rescatar el verdadero espíritu de comunión que se nos pide para estos tiempos. Incluso en los grupos más predispuestos vamos a encontrar momentos de desánimo y de fracaso. Aun cuando hayamos descubierto un ideal valioso que oriente nuestra vida, si pensamos que ya lo hemos alcanzado todo, estaremos a un paso de arrojar la toalla. Esto sucede a menudo cuando se quieren cambiar las cosas, cuando se pretende transformar la sociedad y sólo pensamos que basta con cambiar las estructuras o continuar aquello que otros empezaron, como si nuestra vida tratara sólo con cosas hechas. Una conquista diariaNuestra vida es una conquista diaria. Cada día tenemos que renovar nuestro Sí a cada una de las realidades valiosas con las que nos comprometemos. Y lejos de pensar que sea sólo para cada uno de nosotros, quien hace de su vida una conquista, descubre que su vida es más libre y más plena cuanto más la orienta a los demás, cuanto más hace de su felicidad el buscar la felicidad de los demás.ón, haciendo eco del pensamiento del gran filósofo personalista, Martin Buber. Al situarme en relación, los dos nos ponemos al mismo nivel -nadie se sitúa en inferioridad o en superioridad- y se hace posible el diálogo. Al situarme en relación, se entiende mucho mejor que la forma más auténtica de dar es darse uno mismo. También se entiende por qué solemos recibir más de lo que damos y por qué ese diálogo debe ser algo vivo, renovado cada día. Ahora bien, lo que el cristiano encuentra aquí con mayor lucidez es el sentido de la verdadera esperanza. Porque quien ha vuelto su mirada hacia los demás y se ha encontrado con ellos -y en ese encuentro los ha amado de verdad-, tiene preparado el corazón para encontrarse con Cristo y reconocer -como dice también Benedicto XVI en su encíclica Spe salvi- que «la verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y nos sigue amando hasta el extremo, hasta el total cumplimiento».

El perfil del voluntario
España cuenta con más de un millón de voluntarios, personas que regalan su tiempo y su vida a los demás, a través de alguna organización. El perfil más habitual es el de una mujer menor de cuarenta años, con estudios superiores y empleada en el sector sanitario. En términos generales, el compromiso de los voluntarios y de las organizaciones en que colaboran está llamado a ser cauce de transformación social, en una búsqueda real y constante por un mundo más justo.En primer lugar, contamos con el ejemplo de este más de un millón de personas. En estos días es justo reconocer y valorar adecuadamente su trabajo, silenciado a veces por actos conmemorativos que hacen más visibles a las organizaciones que a los propios voluntarios.Aunque muchas de estas personas colaboran con la Iglesia, otras llevan a cabo su trabajo a través de otros cauces. A todas nos une el lenguaje de la solidaridad, que además de una palabra omnipresente y biensonante, es un cauce común para dirigir nuestros esfuerzos a quienes más lo necesitan. El mismo Papa hace notar en su primera encíclica que la solidaridad es uno de los valores más presentes en la sociedad civil y, por tanto, una oportunidad para estar cerca de todos los hombres.En tercer lugar, sabemos que esta solidaridad tiene para el cristiano un sentido muy particular. Al reconocer que viene de Dios el amor con el que ama a los hombres, siente inexcusable la entrega total de sí hacia los demás, en cada cosa que hace. Por eso, en este tiempo de Adviento, si el ejemplo de otros hombres y mujeres nos lleva a dar a los demás lo mejor que tenemos -nosotros mismos-, reconozcamos sin miedo a Cristo, que nos dice: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado».

miércoles, 10 de diciembre de 2008

ANTES DE NACER


Antes de nacer estaba preocupado porque no conocía el mundo al que llegaría. Le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra. Se acercó a mi oído y dijo:

Sé como el sol, levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna, brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.
Sé como los pájaros, come, canta y vuela.
Sé como las flores, enamoradas del sol pero fieles a sus raíces.
Se como el buen perro, obediente, pero nada más que a su Señor.
Sé como la fruta, bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día, que llega sin alardes y se retira humildemente.
Sé como los recién nacidos, sin temor a la muerte.
Sé como el oasis, da tu agua al sediento.
Sé como el río, siempre hacía adelante.
Sé como la luciérnaga, aunque pequeña emite su propia luz.
Sé como los niños, juega, ríe, y no te preocupes por la vejez.
Sé como el agua, buena y transparente.
Sé como los toros de lidia, lucha por tu vida hasta el final.
Sé como José, cree en tus sueños.
Sé como Lázaro, levántate y anda.
Y sobre todas las cosas:
Se como el cielo, la morada de Dios.

martes, 9 de diciembre de 2008

OVEJA PERDIDA


Evangelio según San Mateo 18,12-14.

¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, os aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.


COMENTARIO


«Vuestro Padre... no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeño»
Si los hombres supieran qué cosa es el amor del Señor, sería una multitud la que seguiría a Cristo, y él les recalentaría el corazón con todas sus gracias. Su misericordia no se puede expresar. El Señor ama al pecador que se arrepiente, y con ternura le abraza contra su pecho: «¿Dónde estabas, hijo mío? Hace mucho tiempo que te espero» (cf Lc 15,20). El Señor, a través de la voz del Evangelio, llama a todos los hombres para que vayan a él, y su voz resuena en el mundo entero: «Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. (Mt 11,28). Venid y bebed del agua viva (Jn 7,37). Venid y conoced que os amo. Si no os amara, no os llamaría. No puedo soportar que se pierda ni una sola de mis ovejas. Aunque sea por una sola, el pastor va al monte y la busca hasta encontrarla. Venid, pues a mí, ovejas mías. Soy yo quien os ha creado y os amo. Mi amor por vosotras me ha hecho venir a la tierra, y todo lo he soportado por vuestra salvación. Quiero que conozcáis mi amor y que digáis como los apóstoles en el Monte Tabor: 'Señor, qué bien estamos aquí contigo'» (Mc 9,5)...
San Silvano (1866-1938), monje ortodoxo

Escritos

viernes, 5 de diciembre de 2008

ELIGE


Elige amar, en lugar de odiar

Elige reír, en lugar de llorar

Elige crear, en lugar de destruir

Elige perseverar, en lugar de renunciar


Elige alabar, en lugar de criticar

Elige curar, en lugar de herir

Elige dar, en lugar de quitar

Elige actuar, en lugar de aplazar

Elige crecer, en lugar de consumirte

Elige bendecir, en lugar de blasfemar

Elige vivir, en lugar de morir

jueves, 4 de diciembre de 2008

DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DEBERES HUMANOS


En cuanto los seres humanos tomaron conciencia de la necesidad de vivir en sociedades organizadas, crearon diferentes formas de gobierno para garantizar su funcionamiento. Hasta ahora todo indica que es por medio de la democracia que se consiguen mejor los intereses y las aspiraciones de los individuos en particular y del pueblo en general. Aunque este sistema sea imperfecto e implique numerosas debilidades, actualmente son las sociedades democráticas quienes garantizan mejor los derechos humanos tal y como están definidos en la Declaración Universal.

Pero si el respeto a los derechos de cada uno es el fundamento de toda democracia, toda democracia que no fomenta el cultivo y desarrollo de los deberes correspondientes lleva en ella los gérmenes de la decadencia que favorecen la aparición de una dictadura. La historia nos muestra como el funcionamiento de una sociedad depende de un justo equilibrio entre los derechos y deberes de cada persona. Cuando este equilibrio se rompe, tanto por parte de los gobernantes como de los gobernados, el totalitarismo o la corrupción más extremos se apoderan de la situación y hunden a las naciones en el caos y la barbarie.

Al inicio del siglo XXI constatamos como en muchos países la democracia pasó a ser una vieja doctrina. En general se hace muchísimo más hincapié en los derechos que en los deberes, de tal modo que el equilibrio, si no está roto entre unos y otros, al menos está muy amenazado. Tememos que este desequilibrio aumente y que tenga una regresión la condición humana. Por eso sometemos esta declaración de los DEBERES HUMANOS a todos cuantos puedan compartir nuestra inquietud.


DECLARACIÓN

Articulo 1: Todo individuo tiene el deber de respetar sin omisión los derechos del hombre, tal y como están definidos en la Declaración Universal.

Artículo 2: Todo individuo tiene el deber de respetarse a sí mismo y no degradar su cuerpo o su conciencia con comportamientos o prácticas que degraden su dignidad o su integridad.

Artículo 3: Todo individuo tiene el deber de respetar a otros, sin distinción de raza, sexo, religión, clase social, de comunidad o de cualquier otro elemento que sea distintivo.

Artículo 4: Todo individuo tiene el deber de respetar las leyes del país en el que vive, quedando entendido que estas leyes deben tener por fundamento el respeto de sus derechos más legítimos.

Artículo 5: Todo individuo tiene el deber de respetar las creencias religiosas y las opiniones políticas de otros, en cuanto no atenten ni a la persona humana ni a la sociedad.

Artículo 6: Todo individuo tiene el deber de ser benévolo en pensamiento, en palabra y en acción, con el fin de ser un agente de paz social y un ejemplo para otros.

Artículo 7: Todo individuo en edad, en estado o en condición de trabajar, tiene el deber de hacerlo, para atender a sus necesidades o a las de su familia, para ser útil a la sociedad, para crecer en el plano personal, o simplemente para no hundirse en la ociosidad.

Artículo 8: Todo individuo que tiene a su cargo la educación de un niño tiene el deber de inculcarle los valores más importantes para transformarle en un ciudadano adulto, respetable y responsable.

Artículo 9: Todo individuo tiene el deber de brindar asistencia a cualquiera que esté en peligro, bien interviniendo directamente o haciendo lo necesario para que las personas preparadas intervengan.

Artículo 10: Todo individuo tiene el deber de considerar a la humanidad entera como su familia y de comportarse en toda circunstancia y en todo lugar como ciudadano del mundo haciendo del humanismo el fundamento de su comportamiento y de su filosofía.

Artículo 11: Todo individuo tiene el deber de respetar los bienes de otros, sean públicos o privados, individuales o colectivos.

Artículo 12: Todo individuo tiene el deber de respetar la vida humana y de considerarla como el bien más precioso que hay en este mundo.

Artículo 13: Todo individuo tiene el deber de respetar la naturaleza y de preservarla con el fin de que las generaciones presentes y futuras puedan beneficiarse en todos los planos viendo en ella un patrimonio universal.

Artículo 14: Todo individuo tiene el deber de respetar a los animales y de considerarlos invariablemente como seres no solamente vivos sino también sensibles y con capacidad para sufrir.

Epilogo

Si todos los individuos cumplen estos deberes fundamentales quedarían pocos derechos por reivindicar, porque cada uno se beneficiaría del respeto que le es dado y podría vivir feliz en la sociedad. Esta es la razón por la cual la democracia no debe limitarse a promover un "Estado de Derecho". Es necesario que instaure también un "estado de Deberes" para que todo ciudadano exprese en su conducta lo que el ser humano tiene de mejor en él. Tan sólo basándose en estos dos pilares la sociedad podrá ser civilizada para asumir su condición de humanidad.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

LOS TRES FILTROS


Un joven, discípulo de un sabio filósofo, llega a casa de éste y le dice:
Oye, maestro, un amigo tuyo está hablando muy mal de ti...
¡Espera! - le interrumpe el filósofo-. ¿Ya has hecho pasar por los tres filtros lo que vas a contarme?.
¿Los tres filtros?.
Si. El primero es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?.
No. Lo oí comentar a unos vecinos.
Al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la bondad.
¿Eso que deseas decirme es bueno para alguien?.
No, en realidad no... Al contrario...
¡Ah, vaya!
El último filtro es la necesidad.
¿Es necesario saber eso que tanto te inquieta?
A decir verdad, no.
Entonces, dijo el sabio sonriendo: si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.

martes, 2 de diciembre de 2008

¿FRACASO?


Fracaso no significa que somos unos fracasados.
Significa que todavía no hemos tenido éxito.

Fracaso no significa que no hemos logrado nada.
Significa que hemos aprendido algo.

Fracaso no significa que hemos actuado como necios.
Significa que hemos tenido mucha fe.

Fracaso no significa que hemos sufrido el descrédito.
Significa que estuvimos dispuestos a probar.

Fracaso no significa falta de capacidad.
Significa que debemos hacer las cosas de diferente
forma.

Fracaso no significa que somos inferiores.
Significa que no somos perfectos.

Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida.
Significa que tenemos muy buenas razones para
empezar de nuevo.

Fracaso no significa que debemos echarnos atrás.
Significa que tenemos que luchar con mayor energía.

Fracaso no significa que no lograremos nuestras
metas.
Significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.

Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado.
Significa que tiene una idea mejor para nosotros.

lunes, 1 de diciembre de 2008

TRES PLENITUDES


Existen tres plenitudes: la plenitud del vaso, que retiene y no da. La del canal, que da y no retiene. La de la fuente, que crea, retiene y da.

Existen personas-vaso. Son personas que almacenan virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto puede saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido con el almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría. Tienen, pero no comparten. Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente estériles.. . Son simples servidores de su egoísmo.

Hay personas-canal. Son aquellos que se desgastan en buenas palabras, que se pasan la vida haciendo y haciendo cosas, que no digieren lo que saben. Cuando les entra de importante por los oídos se les va por la boca sin dejar poso. Padecen la neurosis de la acción. Tienen que hacer muchas cosas y todo deprisa. Creen estar sirviendo a los demás. Pero su servicio, a veces, no es otra cosa que un modo de dar salida a sus compulsiones. Hombres canal son muchos periodistas, muchas de las personas de las que abundan en las revistas del corazón. Parece que dan mucho y después de dar se sienten vacías.

Hay personas fuente. Personas que dan aquello que han hecho sustancia de su alma. Que reparten calor como las llamas, encendiendo la del vecino sin disminuir la propia. Porque recrean todo lo que viven y reparten cuanto han recreado. Dan sin vaciarse. Riegan sin decrecer. Reparten su agua sin quedarse secos.