viernes, 28 de agosto de 2009

ANSIEDAD


Hola a todos.

El problema de la ansiedad es un trastorno muy propio de nuestros días y se puede llegar a convertir en algo muy serio si no se toman las medidas necesarias. Yo he sufrido de ansiedad crónica y sé lo mal que se pasa con esto. La ansiedad tiene una relación directa con el tipo de pensamientos que permitimos que rijan nuestra mente, y la mayoría de los pensamientos ansiosos no son sino distorsiones mentales no racionales de las cuales debemos ser conscientes y sustituirlas por otro tipo de pensamientos de carácter positivo y más acordes con lo que somos como cristianos, pues si algo es Dios es positividad en todos los sentidos, por encima de las circunstancias que podamos pasar.

Realmente es un contrasentido ser cristiano y ser ansioso, aunque paradójicamente resulta también que es la ansiedad como necesidad de búsqueda la que nos ha llevado a mirar a Dios, pero una vez encontrado esta debe ser desterrada.

La mente es como un disco duro de ordenador y depende de que grabemos en ella. Proverbios dice que "según piensa el hombre en su corazón así es él" planteando este problema; y el apóstol Pedro da la formula: "echad vuestra ansiedad en el Señor". Jesús nos dice que debemos tomar el día como medida real de nuestro tiempo, vivir el dia y vivir al día como unidad temporal pues lo demás "de mal procede" dice el Señor. La meditación es un instrumento maravilloso en este sentido, pues nos renueva día a día en nuestra relación con Dios, nos carga las pilas de nuestro dia a día y a través de ella Jesús nos llena con el Espíritu Santo para vivir la vida de modo espiritual, siendo nuestro espíritu el que controle nuestra vida, y en el caso de la ansiedad especialmente nuestra mente llenándola de confianza y paz, y lo mejor aún, cambiándola progresivamente hacia la mente de Cristo. Si realmente estamos rendidos a Dios y a su voluntad, si le hemos entregado nuestras vidas, la ansiedad carece de sentido y con la rendición y la entrega desaparece; pero es un proceso. Y es importante que la actitud que conseguimos durante la meditación, sea también la que mantengamos de modo consciente durante el resto del día; es decir, el esfuerzo diario concreto de mantener esta rendición y entrega en nuestro quehacer diario y en medio de nuestras circunstancias, sean las que sean. Lo demás vendrá dado con la práctica diaria.

El cristianismo es mucho más que una simple religión, es una relación personal viva con Dios, con Jesucristo, que nos sana y nos transforma y produce frutos en nuestras vidas y en nuestro entorno.

Hay un pasaje maravilloso del apóstol Pablo, que dice: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!. .. Por nada estéis ansiosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4-4:7)

Desde Madrid os deseo a todos una feliz semana.

Julián.

De los grupos de Meditación Cristiana.

jueves, 27 de agosto de 2009

DIOS SE REVELA A LOS SENCILLOS


La presente reflexión se basa en dos textos del evangelio: Mt 11, 25 y Lc 10 21.22. Jesús está exultante de gozo y gratitud hacia su Padre porque ha tenido a bien revelar lo más importante del Reino a los niños, a los sencillos, a los limpios de corazón, y ocultárselas a los sabios y poderosos.

Este conocimiento ocultado y revelado por Dios no pertenece al orden especulativo sino al orden del amor. No quiere esto decir que los sabios estén condenados a no conocer a Dios. La historia de los santos atestigua lo contrario.

Más es un hecho que los que se consideran entendidos frecuentemente se convierten en soberbios y autosuficientes. “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”.
De modo que la vanidad, el excesivo afán de notoriedad, de protagonismo, etc.. son obstáculos para “ver” a Dios y muchas veces para “ver” a Cristo y amarle y vivir su mensaje.

“Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. –Mt 18, 3- No significa que los sabios se vean definitivamente privados del acceso a la revelación de las cosas más importantes. Siempre tienen la posibilidad de convertirse. “Si alguno entre vosotros se cree sabio, hágase ignorante para llegar a ser sabio” -1 Cor 3, 18-. Esta frase Pablo es como una iluminación que nos indica el camino que le condujo a su conversión.

Todos conocemos a personas muy inteligentes, muy eruditas, que han avanzado muy poco en el camino de lo esencial para la vida. Saben mucho, pero ignoran lo más importante, lo que es necesario saber para encontrar al Dios vivo. Les falta la sencillez, la limpieza de corazón. Son condiciones imprescindibles para abrir la puerta al espíritu. Y solo el Espíritu puede comprender al Espíritu.

Ante un crítico furibundo, ante un ateo, ante un agnóstico hay que preguntarse si vive en la superioridad, en el miedo, en la autosuficiencia….en la vanidad, en la soberbia…

Tan solo la libertad que da la sencillez y la limpieza de corazón permite vivir el AMOR que es la verdadera fuente de todo conocimiento. Si amas el AMOR podrás conocer a Jesús y por su medio al Padre. Pero para eso tienes que se consciente de que El te ama incondicionalmente y dejarte amar por El.

Entiendo que FE Y RAZON han de caminar juntos. No se excluyen. No hemos de caer en un racionalismo fanático ni en una fe ciega.

El AMOR lleva al conocimiento. Es un camino seguro, con sus obstáculos mentales, emocionales, etc. Intentar el camino del conocimiento tiene muchos más peligros, en mi opinión. Muchos son los desatinos y la confusión creada por los eruditos, ya sean filósofos, teólogos, etc. Y más aún por los que se creen tener el conocimiento –Teósofos, antropósofos, gnósticos – los apóstoles tras la experiencia de Pentecostés fueron auténticos gnósticos- templarios, rosacruces, etc.

Personalmente estoy con San Juan de la Cruz: “EL QUE AMA SABE Y EL QUE NO NO SABE NADA”.

Reza. No podrás rezar si no eres sencillo y humilde. Medita. Vive la Eucaristía y el sacramento de la reconciliación. Y cada día AMA, haz algo para que sufran menos tus prójimos y semejantes, los más necesitados, los que más sufren.

miércoles, 26 de agosto de 2009

LIMPIOS DE CORAZON


Jesús dijo: “Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”, es decir, los que tienen la conciencia limpia. La palabra “puro” significa “sin mancha, sin mezcla de lo malo, sin malas intenciones”. San Juan Bosco vio en una visión a un alma limpia, en gracia, y exclamó: “Si supieras lo inmensamente hermosa que es un alma sin pecados, preferirías mil muertes antes que manchar tu alma con un pecado”.
Cuando Jesús decía: “Vosotros sois la sal de la tierra”, sus oyentes entendían sal por “pureza”, por exigencia de no corrupción. Hay que ser personas que brillan por la honestidad de sus costumbres. El que sigue a Jesús no puede permitirse chistes de doble sentido, o ver o escuchar programas escabrosos, o leer o divulgar lecturas inmorales, o aceptar trampas en los negocios, o comprar lo robado.

Todo esto huele a podrido, y excluye el ser sal de la tierra.Qué grave sería dejar de ser sal que “preserva” para convertirse en “veneno” que destruye.

Todos estamos llamados a vivir una vida limpia, sincera, alegre. Para eso hay que evitar los malos pensamientos y las malas compañías. Para vivir la pureza hay que hacer oración, es decir, hay que hablar con Dios como se habla con un amigo, y procurar las buenas lecturas.

Los padres de familia han de estar atentos pues, actualmente, algunas clases de educación sexual destrozan la modestia natural de los adolescentes, y minan sus barreras protectoras contra lo obsceno.

La pureza como virtud exige un cuerpo limpio y un alma pura. No podemos ver todo, mirar todo, no podemos oír todo. Lo que miramos influye en nuestro mundo interior. Aprender a mirar es también aprender a no mirar. No conviene mirar lo indecente. Hay que dominar la curiosidad que no es sana. Hay que guardar los ojos para ver las maravillas que Dios nos tiene preparadas en el Cielo y las que hay en la tierra.

Y junto con la limpieza de vida es fácil fomentar la alegría, porque somos caminantes que van rumbo a su felicidad terrena y eterna, sino, algunos nos podrán reprochar que dónde está nuestra fe, como el filósofo Nietzsche, que decía: “Dice que les espera un paraíso de felicidad en el cielo, pero viven tan tristes y de mal genio como si fueran caminando hacia el infierno”.

Quien pierde su alegría, optimismo y jovialidad, está dejando de ser “sal” en su ambiente.Jesús dijo en la Última Cena: Y Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar (Juan 16, 22). La tristeza tiene una íntima relación con la tibieza, con el egoísmo y la soledad.

El Señor nos pide el esfuerzo para desechar un gesto adusto o una palabra destemplada para atraer muchas almas hacia Él, con nuestra sonrisa y paz interior, con garbo y buen humor.

Si hemos perdido la alegría, la recuperamos con la oración, con la Confesión y el servicio a los demás.

El ser humano tiene una capacidad grande de recapacitar y regenerarse. Los psiquiatras se quedan estupefactos de lo que una buena confesión puede ayudar a una persona.

La alegría verdadera, la que perdura por encima de las contradicciones y del dolor, es la de quienes se encontraron con Dios por medio de Cristo.

Y, entre todas, la alegría de María: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu está transportado de alegría en Dios, salvador mío (Lucas 1, 46-47).

La alegría es la consecuencia inmediata de cierta plenitud de vida. Y para la persona, esta plenitud consiste ante todo en la sabiduría y en el amor. Dios nos ama y se preocupa de nosotros mucho más que de los pájaros.

martes, 25 de agosto de 2009

LA RENOVACION CARISMATICA CATOLICA


Su misión es hacer presente hoy en el mundo la experiencia de Pentecostés.
Para comprender la Renovación en el Espíritu, hay que asomarse a la experiencia de los Apóstoles en Pentecostés. El Cenáculo es el lugar donde los cristianos se dejan transformar por la oración, en torno a María, para acoger al Espíritu. Y es también el lugar de donde salen para llevar "hasta los confines de la tierra" el fuego de Pentecostés.Renovación en el espírituJuan Pablo II ha dicho a nuestros hermanos de Italia: "Entre los caminos misteriosos con que la Providencia vive hoy su plan de salvación, en este final del segundo milenio, es convicción nuestra que, uno de ellos, pasa a través de la Renovación en el Espíritu. Por medio del Espíritu, el Resucitado vive y actúa entre nosotros haciéndonos presente en el mundo en cada experiencia personal".Son Palabras del Papa que definen con acierto nuestra vocación y hasta la razón de nuestros testimonios. Seréis mis testigos"En medio del corazón de un mundo convertido en desierto, y sequedad, por el racionalismo y el materialismo -dice el cardenal Ratzinger- ha surgido una nueva experiencia del Espíritu Santo que tiene las proporciones de un movimiento a escala mundial".Católicos de todo el mundo se dejan invadir por la fuerza del Espíritu dando fe de que, el Señor que ha cambiado sus vidas, es el único Señor. Son signos visibles de ese cambio: el valor, como los apóstoles, para ser fieles a la promesa de Cristo: "Seréis mis testigos"; el proclamar la buena nueva con la fuerza de Dios, que hace "maravillas"; el surgir de una comunidad nueva basada en el amor.Descubrir a CristoLa Renovación Carismática no es un movimiento más, es "una corriente de gracia" que renueva en la sociedad actual los dones y carismas de la primera comunidad cristiana. Personas de todas las clases sociales y todas las pobrezas descubren a Cristo no cómo un Dios lejano que se encarnó un día en la Historia, sino como alguien vivo y resucitado que es centro de su vida.Sin fundador, sin estatutos, sin especiales compromisos, la Renovación nos ha permitido descubrir de nuevo esa profundidad del corazón donde Dios vive. Y, con ella, el asombro de las conversiones personales, el resurgir de la oración, la lectura enriquecedora de la Biblia y la liberación alegre de la alabanza.Juan Pablo II definió así la Renovación Carismática: "es una manifestación elocuente de la vitalidad siempre joven de la Iglesia, una expresión vigorosa de lo que el Espíritu está diciendo a la Iglesia al final del segundo milenio."La misión La misión de la Renovación Carismática es hacer presente hoy en el mundo la experiencia de Pentecostés. Confirma así su vocación de servicio a la Iglesia, que fue enriquecida con los carismas del Espíritu desde su nacimiento en el Cenáculo.

El fundamento teológico

El fundamento teológico de la Renovación Carismática es el Misterio de la Trinidad y, especialmente, el conocimiento progresivo de la persona del Espíritu que es quien nos revela a Jesús. Por Él vamos al Padre y entramos, como grandes enchufados, en el coloquio amoroso de la vida trinitaria.

Historia de Renovación Carismática

La historia de la Renovación Carismática Católica está unida al concilio Vaticano II y al papel que en él se asigna a los laicos dentro de la Iglesia. En 1961, Juan XXIII lo convocaba orando así al Espíritu Santo: "Renovad en nuestra época, como en un nuevo Pentecostés, vuestras maravillas..."El 18 de febrero de 1967, treinta estudiantes y profesores de la universidad de Duquesne en Pensylvania, hacían un retiro espiritual para profundizar en la fuerza del Espíritu, dentro de la Iglesia primitiva, ausente en el cristianismo que ellos veían languidecer. La llamada tuvo una respuesta sorprendente: "Lo que empezó allí, gracias a Él - explicó David Mangan- fue una capacidad nueva para estar a su escucha... "Dios tomó de su mano el formarme para lo que Él quería de mi". La experiencia de la efusión del Espíritu se repitió en las universidades de Notre-Dame, en South Bend, Indiana, y en Michigan.Grupos que nadie planeaba, ni convocaba, se multiplicaron como pequeñas luces en un estadio. Era la libertad del Espíritu que estallaba por todas partes: "la libertad de los hijos de Dios".Con vitalidad sorprendente, la Renovación Carismática se ha difundido por todo el mundo y en todas las confesiones cristianas, alcanzando en la Iglesia Católica la cifre de 72 millones.

lunes, 24 de agosto de 2009

LA LOGICA DE EINSTEIN


Dos niños patinaban en un lago helado de Alemania. Era una tarde nublada y fría.

Los niños jugaban despreocupados. De repente, el hielo se quebró y uno de los niños se cayó, quedando atrapado en la grieta del hielo.

El otro, viendo a su amigo en grave apuro, congelándose, se quitó un patín y empezó a golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta que consiguió romperlo y liberar al amigo.

Alguien que había visto la escena llamo rápido a los bomberos.. Cuando estos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño:
“¿Cómo conseguiste hacer eso?”
¡Parece imposible que consiguieses partir el hielo siendo tan pequeño y con pocas fuerzas!

En ese momento Albert Einstein, que pasaba por allí, comentó:

- Yo se como lo hizo
- ¿Cómo? – Le preguntaron
- Es sencillo, respondió Einstein, no había nadie para decirle que no era capaz…
Dios nos ha creado con enormes potencialidades. Hacer o no hacer algo, tan sólo depende de nuestra voluntad y perseverancia. Si además eres humilde y pides al Padre, en nombre de Cristo, lo que deseas conseguir, las posibilidades son muy grandes.

Preocúpate más de tu conciencia que de tu reputación.

Tu conciencia es lo QUE ERES y tu reputación lo QUE LOS DEMAS PIENSAN DE TI.

Lo que los demás piensen de ti es su problema. Lo importante es que te quieras desde la profunda aceptación de que Dios te ama. Y tu también te amas.

jueves, 20 de agosto de 2009

DEMONIOS EN LA MENTE


Efesios 6:12
2ª Corintios 10:4-5:
Proverbios 23:7.
La mente es el líder de nuestros actos. Nuestra conducta es el resultado directo de nuestras ideas.
Si tenemos una mente negativa, tendremos una vida negativa. La forma en que una persona Se comporta es la consecuencia de cómo piensa.
Cinco enseñanzas
1. Estamos en una guerra.
2. Nuestro enemigo es Satanás.
3. La mente es el campo de batalla. El diablo construye sus fortalezas en la mente.
4. Sus armas son las fortalezas espirituales. Usa la mentira, el engaño y la falsedad, y
siempre por medio de pensamientos.
¿Qué es una fortaleza espiritual? Es un estado mental lleno de desesperanza que nos lleva a
aceptar situaciones que son contrarias a la voluntad de Dios.
Las fortalezas son mentiras que hemos aceptado que nos llevan a creer que la situación por
la estamos pasando no va a cambiar aunque la Biblia nos asegura que cambiará.
5. Su estrategia es la paciencia. No tiene prisa. Se toma todo el tiempo para llevar a cabo su
plan. Está dispuesto a invertir todo el tiempo que haga falta para derrotarnos.
Los nunca jamás
Jamás pensaré que la vida no tiene sentido porque "el Señor tiene un propósito para mí",
Proverbios 16:4.
Jamás pensaré pobreza sobre mi vida porque "mi Dios, pues, suplirá todo lo que me falte
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús", Filipenses 4:19.
Jamás pensaré desgracias sobre mi vida o sobre mi familia porque "ni en las sombras de la noche,
ni a plena luz del día, nos caerá desgracia alguna, ya que bajo su protección podemos vivir
tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos", Salmo 91:6 y 4. "El Dios altísimo es nuestro refugio y
protección. Por eso ningún desastre vendrá sobre nuestros hogares", Salmo 91:9.
Jamás pensaré con miedo porque "Dios no me ha dado el espíritu del miedo, sino del amor, del
poder y del dominio propio", 1ª Timoteo 1:7.
Jamás pensaré que no puedo "porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece", Filipenses 4:13.
Jamás pensaré enfermedad porque "Dios nos traerá sanidad y medicina, y nos curará y nos
revelará abundancia de paz y de verdad", Jeremías 33:6. "Mas yo haré venir sanidad sobre ti y
sanaré tus heridas, dice Jehová", Jeremías 30:17.
Jamás pensaré que no tengo en nadie en quien confiar porque "Dios dijo: no te desampararé, ni te
dejaré", Hebreos 13:5. "Los que ponen su confianza en él no serán defraudados", Romanos 10:13.
Jamás pensaré fracasos sobre mi vida porque "Dios siempre me lleva de triunfo en triunfo en
Cristo Jesús", 2ª Corintios 2:14.
Jamás pensaré que lucho solo en esta vida porque Jesús dijo: "…estaré siempre con vosotros hasta
el fin del mundo", Mateo 28:20.
Jamás pensaré que Dios no me ama porque "de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna", Juan 3:16.

martes, 18 de agosto de 2009

LA IGLESIA DEL AMOR


Jesús quiere poner en la frente de la Iglesia una señal inconfundible para que todos puedan reconocer que es efectivamente su iglesia. Una señal que pueda ser vista sin posibilidad de equivocarse, por todos los hombres de la tierra: grandes y pequeños, sabios e ignorantes, buenos y malos, amigos y enemigos:
¡LA SEÑAL DEL AMOR!

“En esto reconoceran que sois mis discípulos: en que os amáis unos a otros” – Juan 13, 35-“
Todas las demás señales son difíciles de comprender. Pero esta señal la reconocerán todos. Y si esta señal faltase, no sabemos hasta que punto las demás probaran algo.

“Dios es amor. El que permanece en el amor, en Dios permanece y Dios en El. – 1, Juan 4,16-. También es verdad lo contrario: quien no permanece en el amor, no permanece en Dios y Dios no está en él.

Dios es amor, luego los hijos del Dios-amor no pueden vivir más que del amor.

Por tanto la Iglesia de Cristo, la familia del Dios-Amor, no puede ser sino la Iglesia del Amor. O no es su iglesia.

Cristo la dio a luz sobre la cruz, de su corazón desgarrado por amor. Fue así como la presentó al mundo el día de Pentecostés el Espíritu Santo, que es el Amor eterno y fuente de toda sabiduría, de todo conocimiento verdadero.

Pero el amor tiene fuerzas opositoras intrínsecas a la condición humana, tendencias al excesivo poder, saber y tener, que la tradición denomina luciféricas y satánicas. Estas fuerzas también están presentes en la Iglesia, creando luchas por el poder, fomentando la vanidad y el miedo. Crean divisiones, disputas sin fin, confusión…

Por eso la oración, la Eucaristía, la GRACIA en suma, es imprescindible para que podamos vivir el amor desde el influjo del Espíritu Santo, que cada día sopla con más fuerza.

El cuerpo de Cristo debería ser uno, sin divisiones, sin fisuras. Unidad en la diversidad. Siendo comprensivos, respetuosos, tolerantes, sabiendo perdonar, sabiendo dialogar…


Contribuyamos todos a crear la Iglesia del Amor.

lunes, 17 de agosto de 2009

DIOS ES AMOR


Dios es amor.
Es trino.
El Padre no está encerrado en sí mismo.
Al engendrar al hijo, igual a El,
ni se disgrega ni se empobrece.
El Espíritu Santo es la expresión del amor mutuo, perfecto y total,
Entre el Padre y el hijo y viceversa.

El hombre debe ser a un tiempo la imagen de las tres personas de la Trinidad:
A imagen del Padre debe ser creador de sí mismo y de los demás.
A imagen del hijo debe buscar cumplir la voluntad del Padre en una
afectuosa dependencia opuesta a la esclavitud.
A imagen del Espíritu Santo es capaz de vivir relaciones sabias de amor desinteresado.
Así el hombre puede vivir la voluntad entregada con la poderosa e imprescindible ayuda de la Trinidad.
Reza y medita cada día. Cada día haz algo por los más necesitados, por los que más sufren.

jueves, 13 de agosto de 2009

COMO LOS NIÑOS


El dijo: “Las palabras que os digo son espíritu y vida”. “El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasarán”.
Debemos tener presente en la Biblia los géneros literarios. Pero también debemos evitar el irnos al extremo opuesto. Es decir, caer en el racionalismo teológico que tantas polémicas crea y tanta confusión produce.
Las palabras de Cristo y todo aquello que se pide al Padre en su nombre tienen mucho poder.
La historia está ahí para mostrar que quienes han creído de verdad las palabras de Cristo han generado verdaderos milagros. Quienes se han puesto a cavilar y a discutir sobre las mismas se han agotado en polémicas inacabables e inútiles para la vida de las almas.
Para que el Espíritu te revele a Jesús él te ha puesto una condición. Es una cuestión de corazón y no de entendimiento. “Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te alabo porque has mantenido ocultas estas cosas a lo sabios y las has revelado a la gente sencilla – Mat, 11, 25-.
Por tanto, tan sólo los que acogen tu palabra con prontitud y sencillez de corazón la comprenden. Los que creen lo que tu dices, los sencillos como los niños, sin miedos, sin reinterpretaciones, ellos son los depositarios de tus revelaciones.
Cada vez que abra y lea el evangelio lo haré como si fuese la primera vez. Lo leeré con la curiosidad de un niño – “Si no sois como niños no entrareis en el Reino de los Cielos-.
Así quiero yo buscarte en esas páginas. Como persona viva, real, actual, que me hablas con un lenguaje sencillo.
Te quiero contemplar como un niño encantado que se encontrase por vez primera con tu rostro fascinante.

viernes, 7 de agosto de 2009

RUEGO AL ESPIRITU SANTO


Oro al Espíritu Santo para que me revele a “mi” Jesús. Ese Jesús que el Padre creo para mi. Ese Jesús que el Espíritu debe edificar en mi y sólo en mi.

Cristo es el Cristo de todos. Pero para cada uno de nosotros tiene un aspecto particular que manifestar. Igual para todos, pero a la vez diferente para cada uno.

No fue el mismo Jesús para Pedro, para Juan, para Pablo. Los tres le amaron intensamente. Cada uno a su manera. De acuerdo con su propio modo de ser.

La actitud de Cristo fue diferente con los fariseos, con Nicodemo, con el joven rico, con Magdalena, con los mercaderes del templo.

El Espíritu –el nos revela a Jesús- tiene modelos distintos para cada alma. El modelo preparado para mi es sólo mío y no puede adaptarse a ningún otro.

Sería un error querer aplicar una determinada espiritualidad a una comunidad entera con los mismos métodos. Debemos evitar el subjetivismo exagerado. Pero también el anonimato y la masificación.

El Jesús que el Espíritu revela es un Jesús de hoy, un Jesús eterno, siempre nuevo, que no puede ser encasillado en ninguna teología, en ninguna doctrina, en ninguna Iglesia…

lunes, 3 de agosto de 2009

CUIDADO CON SEGUN QUE RELIGIONES


La noticia, hace unos días, saltó a los periódicos. Una señora de Madrid sufrió un accidente de tránsito y quedó malherida. Trasladada a un hospital, fue operada y, aunque parecía que no había problemas mayores para salvar su vida, falleció. La razón, según los médicos que la atendieron, fue que tenían órdenes de ella para que, en ningún caso, se le hiciera una transfusión de sangre y, en la situación concreta de gravedad en que se encontraba, era imprescindible. Pertenecía a los testigo de Jehová y la doctrina de este grupo religioso lo prohíbe.
El caso no es anecdótico. Se produce una y otra vez en la historia de los testigos de Jehová que, basados en una interpretación muy particular de las Escrituras, se niegan a tomar sangre o a recibir transfusiones. Esto es especialmente grave cuando se trata de niños o de personas que no pueden decidir por si mismas. El dogma religioso pasa por encima de las personas y de sus derechos. Es más importante salvar la doctrina que salvar una vida.
Cuando esto acontece, nos encontramos ante la peor religión posible, aquella que se sitúa por encima del bien y del mal y cuyo objetivo principal ya no es tratar de salvar al hombre en su integridad y de protegerlo frente a cualquier intento de deshumanización, sino de poner los preceptos religiosos por encima de los derechos humanos. Priorizar la religión frente a la vida. Y esto es totalmente inaceptable. No se trata de que la vida sea un bien absoluto y que su protección pase por encima de todo. Jesús nos enseñó que la vida puede ser dada, como la suya, por los demás. Pero en ningún caso, puras normas religiosas rituales, como ésta de no comer sangre, pueden tener preferencia ante la urgencia de salvar una vida.
No me explico muy bien por qué la Biblia prohíbe comer sangre. Parece que viene de una creencia ancestral que afirmaba que la vida, tanto en los hombres como en los animales, estaba en la sangre. No pretendo negar ni afirmar esta idea, pero la Biblia misma me lleva a darle una importancia secundaria, tan secundaria que me permite prescindir totalmente de esta prohibición. ¿Con qué autoridad? Con la de Jesús. En más de una ocasión, durante su vida en la tierra, tuvo que enfrentarse a tradiciones que, pretendiendo ser fieles a la literalidad de las Escrituras, la desvirtuaban.
Esto pasaba en la institución del Corbán. o sea, la costumbre judía de dedicar a Dios todas las obligaciones que una persona tenía para con sus padres. “Vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: es Corbán (que quiere decir mi ofrenda a Dios) todo aquello en que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.”(Mc 7,10-13) Entre ellas, las que se refieren a la obligación de guardar el sábado o a cuestiones de comida.
En lo que se refiere a la obligación de guardar el sábado, Jesús quiso dejar bien claro que una norma como ésta, incluso plasmada en uno de los 10 mandamientos (Ëxodo 20), no podía ser nunca una excusa para no hacer el bien. Dice el evangelio que los escribas y los fariseos le acechaban (Lc 6,7) por ver si sanaría a alguien en el día de reposo. Jesús lo hizo, contra todas las normas religiosas. Sanar y hacer el bien estaba por encima de las leyes restrictivas de la religión, por encima de la observancia del día de reposo. “El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado” (Mc 2,27).
La misma actitud tomó Jesús ante cuestiones de comida. Eran numerosas las normas judías sobre lo que se podía o no se podía comer. Jesús las abolió todas. Dice el evangelio que “llamando a si a la multitud, les dijo: Oíd y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boda, esto contamina al hombre.” (Mt 15,11). Y el evangelio de Marcos, especifica: “Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar”. No hace ninguna excepción, ni la de la sangre. Tomen nota los testigos de Jehová.
Estoy convencido de que en las religiones existentes hay muchas normas absurdas, contradictorias e inútiles, pero son tolerables mientras no lesionen los derechos elementales de la persona humana y se ejerciten con cordura. Entre estas normas está la de no comer sangre, o la de abstenerse de comer langostinos, o ayunar en días señalados, o la de prohibir el matrimonio a los sacerdotes, o la intolerable y perversa norma de la ablación entre algunos pueblos de religión musulmana etc. Podríamos hacer una lista interminable (Mc 7,13). Pero, a los que observan tales normas, Pablo les preguntaría: “¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de los hombres) cosas todas que se destruyen con el uso?” (Col 2,20-21).
Por esto, cualquier norma religiosa que conculque los derechos de una vida humana debe ser rechazada y combatida. No se puede consentir. Jesús rompió los tabúes y desacralizó todas las cosas: el templo, la religión, los mandamientos y las doctrinas, etc. Lo único sagrado para Cristo era la persona humana. Era el objeto primero de su amor. “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc 19,10) y esto abarca el hombre en toda su integridad. No vino a salvar “almas” en el sentido desencarnado en que usamos esta palabra. Le interesó el hombre en su situación concreta, incluso en el umbral de la muerte. Se dedicó a sanarlo, incluso contra todas las normas religiosas de su tiempo. Jamás dejó de hacer el bien porque había normas religiosas que se lo impedían. Sus discípulos, no siempre lo han hecho y de ahí vienen los numerosos males que padecemos y que, a menudo, han desacreditado a las religiones.
Los ateos tienen razón cuando afirman que las religiones, en lugar de ser camino de vida, gozo y esperanza, a menudo se han convertido en instrumentos de opresión de las conciencias, en fuentes de discordias y de luchas internas. En lugar de liberar al hombre de la sujeción a las fuerzas desordenadas del mal, le han sumido en un mundo de normas y mandamientos muy a menudo insoportables. Y en esto los ateos coinciden con Cristo, que criticó duramente a los fariseos y a los escribas “porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni con un dedo las tocáis” (Lc 11,46). No hay nada intrínsicamente malo en las religiones –todo lo contario-, siempre que conozcan sus límites, pero hay en ellas una peligrosa tendencia a interponerse entre el hombre y Dios y pretender que son ellas los únicos intérpretes validos de la voluntad de Dios. Esto ha llegado a su máxima expresión, entre nosotros, en la institución del papado en la que el Papa llega a ser denominado “vicario de Cristo en la Tierra” y su palabra puede llegar a ser tenida por infalible.
La libertad con la que Cristo nos ha hecho libres, nos libera del yugo religioso. Nos abre nuevas perspectivas para no someternos ciegamente a las normas religiosas que se nos quiere imponer y vivir gozosamente en la comunión con Dios. Es bueno y conveniente vivir la fe en el seno de una religión o de una denominación cristiana, ya que necesitamos una comunidad en la que nuestra fe se exprese y tenga el camino llano para desarrollarse y convertirse en acción. Pero, cuidado con las normas y los mandamientos humanos que pretenden sojuzgarnos, por muy arropados que lleguen con citas bíblicas y erudición científica. En nuestra perspectiva cristiana, como seguidores de Jesús, todo lo tenemos resumido en los dos únicos mandamientos que El nos dio: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente… amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,37-39)
Enric Capó