viernes, 27 de febrero de 2009

CIUDADANIA Y CRISTIANIA



Dado su interés reproduzco en mi Blog este artículo de
OLEGARIO GONZALEZ DE CARDENAL.
... Digo cristanía para designar el ser cristiano en conciencia y libertad, la personalización de la fe por cada creyente además del hecho histórico o dogmático del cristianismo; y del hecho comunitario de la cristiandad o iglesia. No hay un modelo de ciudadanía que el Estado o el gobierno tengan el derecho de imponer y a partir del cual juzgar y valorar a los miembros de la sociedad. Esa fue siempre la pretensión del absolutismo...
Entre los cambios recientes de España está la relación entre cristianismo y sociedad. La aconfesionalidad del Estado, la ley de libertad religiosa y la aparición de otros grupos culturales o religiosos no cristianos invitan a repensar esa relación en los aspectos teóricos y en las realizaciones prácticas. Ante torbellinos de ambigüedades y complicidades es esencial definir y diferenciar sociedad, Estado, gobierno. Lo primero son los ciudadanos que expresan de formas diversas su voluntad y la primera responsabilidad de un gobierno es el reconocimiento de esa voluntad de los ciudadanos.
Una tarea primordial es la de clarificar la relación entre ser ciudadano y ser religioso; entre ciudadanía y cristianía. Digo cristianía para designar el ser cristiano en conciencia y libertad, la personalización de la fe por cada creyente además del hecho histórico o dogmático del cristianismo; y del hecho comunitario de la cristiandad o iglesia. No hay un modelo de ciudadanía que el Estado o el gobierno tengan el derecho de imponer y a partir del cual juzgar y valorar a los miembros de la sociedad. Esa fue siempre la pretensión del absolutismo. Esto significa que la primera categoría de la que hay que partir es la de libertad de los ciudadanos, que configuran su vida personal, su ciudadanía y su participación política desde las propias convicciones. No se les puede imponer ni privilegiar un modelo de ciudadanía sino que cada uno debe decidir la suya. Ese es el sentido del «atrévete a saber» de la Ilustración.
En el punto de partida de la comprensión de la ciudadanía no puede estar ninguna categoría política, ideológica o religiosa sino sencillamente la libertad del ciudadano. La categoría primera es la libertad positiva no la laicidad negativa. En algunos medios hispánicos se parte hoy del hecho de que la dimensión religiosa de la existencia es algo adveniente y secundario respecto de la vida humana verdadera, que habría que justificar, ya que lo único natural sería la increencia. Esta tendría la primacía, y ante ella tendría que defenderse y legitimarse el creyente. Tal actitud es una negación de la libertad democrática. Un Estado realmente aconfesional no puede otorgar primacía a la comprensión atea o agnóstica, obligando a la comprensión religiosa a medirse y traducirse en los términos de aquella. Tal falta de simetría entre el creyente y el no creyente es una violencia, que ningún Gobierno democrático puede ejercer.
Creer o no creer son dos implantaciones radicales y primarias en la existencia. Ninguna de las dos tiene primacía o plusvalía civil. Cuando una de ellas se erige en juez que dicta a la otra sus deberes, está ejerciendo violencia social o institucional. Las propuestas cristianas son a veces rechazadas hoy con la afirmación de que son religiosas y de que en una sociedad aconfesional lo religioso no cuenta. Tal afirmación implica tres presupuestos falsos, con los cuales se está intimidando a los cristianos. El primero consiste en considerar a la religión como resto arcaico, fase superada de la historia humana o, lo que es peor, una neurosis infantil, un platonismo para el pueblo ignorante, una alienación de la vida humana. Aquí tenemos alquitarada la crítica moderna de la religión desde Feuerbach, Marx y Nietzsche hasta Freud, servida en platos ligeros por los Onfray hispánicos de turno. Ahora bien, la religión no es una fase de la historia sino una estructura de la conciencia, generada por una razón ejercida en libertad y, a su vez, generadora de libertad y de conciencia crítica. Vivida en autenticidad crea ciudadanos responsables y solidarios, creadores de realidades históricas y no solo de esperanza escatológica.
El segundo presupuesto es que en una sociedad democrática la religión es un asunto exclusivamente privado, sin relevancia pública. Esto no es verdad. La religión, como todo lo personal, es vivida por ciudadanos en el ejercicio de su libertad, en privado y en público, en el orden social y en el político, que ni imponen ni se dejan imponer. Reclamar que rayen de su conciencia y expresión pública su condición de cristianos a la hora de pensar, votar y decidir políticamente, es la expresión más incisiva de una negación de derechos humanos fundamentales.
El tercer presupuesto es que la religión es fundamentalismo, y que en la historia ha sido la fuente de males, negación de libertad y causa de muerte. Frente a la fe, la razón ilustrada aparece como la gran inocente y liberadora. La primera sería signo de Inquisición, la segunda de Liberación. ¿Por qué no nos preguntamos por los 150 millones de muertos en las guerras de Europa desde 1914 hasta la de los Balcanes? ¿Las ha inspirado la religión o una razón moderna, que se absolutiza a sí misma, negando todo límite al poder del hombre? G. Steiner ha preguntado cómo responde la Ilustración a esos millones, caídos dice él, «A la sombra de las luces». La razón moderna tiene también que hacer memoria de sus víctimas, confesar sus culpas, dejando de exculparse a sí misma y de inculpar a los demás. No es buen camino hacia la paz buscar siempre un culpable, convirtiendo al otro en verdugo para hacernos nosotros las víctimas. Benedicto XVI ha hecho lema de su ministerio instaurar públicamente alianza entre Ilustración y Evangelio y sería bello que también quienes se saben hijos sólo de la Ilustración dejaran de esperar el fin de la religión. Kant afirmaba: «Una religión que sin escrúpulos declara la guerra a la razón a la larga no se sostendrá contra ella». La inversa vale igualmente: «Una razón que sin escrúpulos declara la guerra a la religión a la larga no se sostendrá contra ella».
También ante los problemas prácticos en España hay que diferenciar tres niveles. El primero es Iglesia-sociedad, a pie de tierra, en ciudades, pueblos e instituciones de España. En este sentido la relación es buena, cordial, cooperadora, más allá de los partidos porque en ese nivel lo importante son las personas y no las ideologías. El segundo nivel es la relación Estado español-Vaticano. Aquí tampoco hay problema real. Rigen unos Acuerdos entre ambos, que pueden ser denunciados por el Gobierno. La Iglesia conoce múltiples formas de relación con los Estados y nada más lejos de ella que empeñarse en mantener una en España. Diga por tanto el Gobierno si quiere denunciarlos, y no vaya a buscar en Roma soluciones a problemas que son de aquí, porque sería pedir cotufas en el golfo. El tercer nivel es Gobierno del PSOE y la Jerarquía católica en España. Aquí hay reales problemas, ya que propuestas concretas de aquel chocan con convicciones constituyentes de los ciudadanos católicos, tal como se definen en los textos normativos por los órganos de autoridad, y no en las particulares expresiones de algunos cristianos. Se trata de ciudadanos con todos sus derechos, que como los demás se expresan libremente. No es verdad que haya un choque permanente entre iglesia y sociedad. Esto es falso y repetirlo es una ofensa para ambas.
La clarificación y eliminación de ambigüedades en las palabras es la primera obligación al tratar temas como ciudadanía, laicidad, autonomía, eutanasia, aborto (que es algo mucho más grave que la interrupción del embarazo). Superar la perversión del lenguaje, redimiendo las palabras, es nuestro primer deber, si queremos existir en la verdad, realizar la libertad y conjugar en concordia ciudadanía y cristianía.

CRISIS SI...., PERO DE VALORES


Crisis sí..., pero de valores
Leopoldo Abadía es el hombre de moda en este momento a la hora de analizar la crisis económica, la evolución de los mercados y la actividad empresarial en general. Padre de doce hijos y abuelo con 35 nietos, es el fundador del grupo Sonnenfeld y autor del superventas La crisis ninja y otros misterios de la economía actual. Y, aunque él dice: «De economía no sé nada», sus reflexiones en este campo son de una simplicidad y de un sentido común nada frecuentes. Con un lenguaje claro y directo, no duda en señalar para Alfa y Omega las causas de la crisis: «La falta de principios ha sido muy seria, muy seria. Lo menos importante en esta crisis es lo económico. Esta crisis deriva de que, desde hace muchos años, hemos jugado al todo vale, y aquí no vale todo. Ha habido una falta de decencia muy seria. Alguna vez alguien me ha preguntado: ¿Usted cree que tenemos que volver a los viejos valores? Y yo he respondido: Los valores no son viejos ni nuevos, son valores siempre. La honradez no es un valor viejo. A mí me hace gracia cuando piden volver a la cultura del esfuerzo, porque la cultura de la vagancia no ha existido nunca. Pero bueno, si ahora hemos descubierto que sí, que hay que trabajar, pues entonces fenomenal».También tiene palabras contra el desmesurado afán de enriquecimiento y la búsqueda de crecimiento infinito tan extendido en los últimos años: «Las empresas están hechas para añadir valor y para ganar dinero, como es lógico. Una empresa ha de ser eficaz; cuanto más dinero gane, mejor. Pero todo dentro de un orden, porque si no fuera así, la mafia sería la mejor empresa del mundo, porque es la que más dinero gana. No se trata sólo del dinero. La empresa ha de ganar dinero pero con ética y con decencia. Esto exige de los responsables de las empresas una formación para ganar dinero de manera adecuada, y para distribuir los beneficios también de manera adecuada. Si repasas todos los casos que han ocurrido últimamente, entonces te darás cuenta de que se han creado beneficios de una manera incorrecta y que, además, se han repartido de manera incorrecta».


Podeis visitar la www de Leopoldo Abadía y ver unos vídeos sumamente interesantes:


jueves, 26 de febrero de 2009

PAREJA Y DINERO


En la sociedad moderna, el dinero ya no es un tema tabú a la hora de formar una pareja. Aunque para el inconciente femenino sigue siendo sinónimo de algo no deseado y para el masculino un símbolo de poder, es indispensable abordar el tema para evitar futuros conflictos.
El viejo slogan “contigo pan y cebolla” es hoy tan inusual que hasta descendió de la categoría de cliché. Y no porque las parejas se nieguen a compartir el (mucho o poco) dinero que tengan en común, sino porque las tendencias indican que ya no se forman parejas cuyos integrantes tengan ingresos desiguales.
El dinero, sinónimo de poder en cualquier orden de la sociedad moderna, ejerce sobre los integrantes de una pareja el mismo efecto: quien lo tiene, domina.En la actualidad –sobre todo en las culturas capitalistas- el avance de las mujeres en el terreno laboral quitó al hombre del podio de poder, para pasar a compartirlo.
Muchos hombres se sienten su orgullo heridos cuando inician una relación con alguien que gana más que ellos, en tanto, muchas mujeres se someten a parejas que sienten más poderosas sólo por la cuenta bancaria que poseen.De hecho, uno de los puntos más conflictivos en una relación de pareja es el dinero. Saber qué se juega en torno a este valor y tener armas para que la ambición no supere al amor, es un desafío de este tiempo.
Cuentas claras
Psicólogos y sociólogos aseguran que, cuando se forma una pareja, sería optimo que cada uno hablara de su situación económica, los ingresos y ahorros y opiniones acerca de cómo administrarían el dinero en el caso de vivir juntos.En un artículo publicado por el portal Terra.com sobre el poder del dinero, la psicóloga Clara Coria plantea que el dinero tiene sexo ya que por siglos fue manejado y administrado por el varón. “Hay una desigualdad muy fuerte porque las mujeres hacen una vinculación del dinero con algo sucio, algo no deseado de tenerlo”, añadió la profesional.En tanto, para la directora de la Orientación en Relaciones Humanas y Familia del Instituto Carlos Casanueva de Chile, Paulina Casanueva, “este es un tema que la gente no habla, porque sienten que se están metiendo en un terreno que te saca del amor, la gente se casa con la creencia que esto se va a arreglar de forma mágica, y el no conversarlo genera una serie de dificultades”.
Teniendo en cuenta que el dinero es una poderosa arma para someter y manipular al otro, las especialistas aseguran que una situación ideal es aquella en la que ambos ganan su propio dinero.
Administración
Tradicionalmente, en los matrimonios son los hombres los que llevan el dinero para mantener el hogar, sin embargo en la sociedad actual los roles son compartidos ya que en la mayoría de las parejas ambos trabajan. Si bien los expertos señalan que no hay reglas de quién debe manejarlo, cada pareja debe definir la administración del dinero antes de casarse, para evitar disgustos en los primeros años de matrimonio.
Para solucionar los problemas con el dinero en la pareja, lo primero es tomar conciencia de lo que está pasando. Para ello, los especialistas encontraron cuatro formas para advertir quién está llevando el poder: - Cuando las personas no hacen lo que uno quiere, se puede manipular con el dinero, sexo, información (no te cuento lo que está pasando conmigo), - Tiempo (no tengo tiempo para estar contigo), - Caricias (no te hablo, no soy complaciente contigo)- Reconocimiento (no te tomo en cuenta).
Antes de definir quién administra el dinero o quién paga, es necesario que de manera conjunta la pareja elabore un presupuesto de gastos.
Efectos en la pareja
El poder que la gente le atribuye al dinero es alto, pero dependerá de cuan desarrollada sea la persona para verse afectado por él. También el dinero entrega ciertos niveles de autonomía, como el poder de tomar decisiones independientes del otro. Para la psicóloga Azar “el dinero da poder para ambos lados: el hombre que es proveedor de la casa muchas veces, aunque no siempre, usará eso para obtener privilegios para él. Cuando la mujer no trabaja tiene serios problemas, porque se genera dependencia, y como no tiene ingresos soporta situaciones que pueden ser muy denigrantes, por ejemplo, la violencia”. La falta de dinero o la preocupación constante por llegar a fin de mes ejercen una presión sobre la pareja que dificulta la relación, surgen discusiones y conflictos alrededor del tema y, con frecuencia, recurren a los reproches. Esta situación afecta también al estado de ánimo apareciendo sentimientos de angustia, y dando lugar a que el matrimonio viva en un ambiente tenso. Por esto es importante que la pareja sepa ayudarse y, una vez conocido el problema, tratar de solucionarlo cambiando de actitud. Cuando la gente tiene buenas intenciones está viendo al otro no en términos de usufructuar, aprovecharse de él, ejercer poder frente al otro y se conversa el tema, la relación puede cambiar absolutamente.

viernes, 20 de febrero de 2009

CRISTIANISMO Y ECONOMIA


El Cristianismo no supone por sí mismo una teoría económica ni un modelo social. Pero es cierto que tiene la grave obligación de pronunciarse sobre estas materias, porque «nada de los humano le es ajeno». No existe un modelo económico cristiano, pero sí la necesidad de que la economía, acción humana al fin y al cabo, se plasme, se impregne de sus valores. Estas propuestas, llevadas a su desarrollo teórico, son una parte importante de la Doctrina Social de la Iglesia. Ahora bien, en la comunicación pública, en gran parte de la predicación se incide normalmente en al necesidad de compartir, en la parte distributiva del proceso económico. Este valor de compartir, que conduce a un mundo más justo, es una idea cardinal del Cristianismo y de su imperativo del amor al prójimo. A esta idea, que así expresada merece pocas matizaciones, merece un par de apostillas si se estable como una especie de modelo de interpretación económica y se convierte en lo que la retórica llama una «metonimia»: tomar la parte por el todo.
Primera matización. La distribución de la riqueza es, en todo caso, una parte final del proceso. Antes de ser distribuida, la riqueza tiene que ser creada, ya que no se trata de un «bien natural». La riqueza responde (en el amplio sentido de calidad de vida, no sólo de producción de bienes y servicios) a un largo y complejo proceso de elaboración.
Esta insistencia en al distribución y el reparto puede hacer que las propuestas económicas del cristianismo se lleguen a identificar con lo que se ha llamado «la economía de crecimiento cero». Esto es: la riqueza no se crea ni se destruye, como la energía, sino que se distribuye, de forma que los pobres dejarán de serlo cuando los ricos les trasvasen su parte «sobrante». Este modelo económico llevado a nivel internacional provoca la idea de que lo países ricos deben su situación de privilegio a la pobreza de los pobres, a los que explotan. Así se establece una ecuación en la que pobreza es igual a injusticia. Este es un modelo de interpretación económica que, desde el desarrollo del capitalismo y el mundo moderno, ha demostrado sobradamente tener más de voluntarismo que de rigor, de ideología que de espíritu científico.
¿Responde esta supuesta identificación de las propuestas cristianas con un modelo económico insuficiente a un punto débil en la DSI? ¿Es el Cristianismo incapaz de comprender los mecanismos de creación de riqueza? Como se preguntan retóricamente Jaques Paternot y Gabriel Velardi, en el título de su libro, ¿»Está Dios contra la economía?» Yo pienso que, más que una insuficiencia teórica y doctrinal, hay un disfunción en la comunicación, en la difusión de ideas. Los valore cristianos —las virtudes— tienen que estar presentes en todos los aspectos de la producción de riqueza: en los aspectos laborales, por ejemplo; en la participación del trabajador en la gestión del empresa; en las cuestiones de impacto ecológico, hoy tan importantes. No sólo la distribución, sino la planificación, la creación, el desarrollo de riqueza han de estar iluminados por el imperativo evangélico para un cristiano, que no deja de serlo por ser empresario, asalariado o consumidor.

Todo esto está desarrollado, quizá no suficientemente difundido, en la Doctrina Social de la Iglesia, esa gran desconocida.

PORQUE ME CONVIERTO DEL ISLAM AL CATOLICISMO


Por Magdi Cristiano Allan
Este artículo es la reproducción íntegra del texto publicado en 'Corriere della Sera' enviado por el autor al director del periódico italiano con ocasión de su bautismo por el Papa.

Querido director:

Lo que te voy a contar se refiere a una decisión de fe y de vida personal, que, de ninguna manera, quiere implicar al Corriere della Sera, del que me honro en formar parte desde 2003, con el cargo de vicedirector ad personam.

Te escribo, por lo tanto, como protagonista de la vivencia y como ciudadano privado. Ayer por la noche me convertí a la religión católica, renunciando a mi anterior fe islámica. De esta forma y por la gracia divina, vio la luz el fruto sano y maduro de una larga gestación vivida en medio del sufrimiento y de la alegría, entre la profunda e íntima reflexión y la consciente y manifiesta exteriorización.

Estoy especialmente agradecido a Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, que me administró los sacramentos de la iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía, en la Basílica de San Pedro, durante la solemne celebración de la Vigilia Pascual. Y adopté el nombre cristiano más sencillo y explícito: «Cristiano».Desde ayer, pues, me llamo Magdi Cristiano Allam.

El de ayer fue, para mí, el día más bello de mi vida. Adquirir el don de la fe cristiana en la celebración de la Resurrección de Cristo de manos del Santo Padre es, para un creyente, un privilegio inigualable y un bien inestimable.

A mis casi 56 años, es en mi historia personal un hecho histórico, excepcional e inolvidable, que marca un punto de inflexión radical y definitivo respecto al pasado.

El milagro de la Resurrección de Cristo se ha reflejado en mi alma, liberándola de las tinieblas de una predicación donde el odio y la intolerancia hacia el «diferente», condenado acríticamente como «enemigo», priman sobre el amor y el respeto al «prójimo», que es siempre y en cualquier circunstancia «persona».

Al mismo tiempo, mi mente se ha liberado del oscurantismo de una ideología que legitima la sumisión y la tiranía, permitiéndome adherirme a la auténtica religión de la Verdad, de la Vida y de la Libertad.

En mi primera Pascua como cristiano, no sólo he descubierto a Jesús, sino que he descubierto, por vez primera, al auténtico y único Dios, que es el Dios de la Fe y de la Razón.

Mi conversión al catolicismo es el punto de llegada de una gradual y profunda reflexión interior, a la que no pude sustraerme, dado que, desde hace cinco años, me veo obligado a llevar una vida blindada, con vigilancia fija en mi casa y con la escolta de los carabineros en todos mis desplazamientos, por culpa de las amenazas y de las condenas a muerte dictadas contra mí por los extremistas y los terroristas islámicos, tanto por los residentes en Italia como por los que viven en el extranjero.He tenido que interrogarme, pues, sobre la actitud de los que han dictado públicamente fatuas (condenas jurídicas islámicas), denunciándome a mí, que era musulmán, como «enemigo del islam», como «hipócrita cristiano copto que finge ser musulmán para perjudicar al islam» y como «traidor y difamador del islam», legitimando de esta forma mi condena a muerte.

Me he preguntado a menudo cómo es posible que a alguien como yo que luchó de una forma convencida y ardiente por un «islam moderado», asumiendo la responsabilidad de exponerme en primera persona en la denuncia del extremismo y del terrorismo islámico, haya terminado por ser condenado a muerte en nombre del islam y tras una supuesta legitimación coránica.

De esta forma me fui dando cuenta de que, más allá de la coyuntura que registra la implantación del fenómeno de los extremistas y del terrorismo islámico en todo el mundo, la raíz del mal está inscrita en un islam que es fisiológicamente violento e históricamente, conflictivo.Paralelamente, la Providencia me ha ido poniendo en el camino a personas católicas practicantes de buena voluntad que, en virtud de su testimonio y de su amistad, se convirtieron, poco a poco para mí, en punto de referencia en el plano de las certezas de la verdad y de la solidez de los valores. Comenzando por tantos amigos de Comunión y Liberación, con Don Julián Carrón a la cabeza; por sencillos religiosos como Gabriele Mangiarotti, sor Maria Gloria Riva, Don Carlo Maurizi y el padre Yohannis Lahzi Gaid; o por el redescubrimiento de los salesianos gracias a Don Angelo Tengattini y Don Maurizio Verlezza, culminado en una renovada amistad con el Rector Mayor, Don Pascual Chávez Villanueva; hasta el abrazo de altos prelados de gran humanidad como el cardenal Tarcisio Bertone, monseñor Luigi Negri, Giancarlo Vecerrica, Gino Romanazzi y, sobre todo, monseñor Rino Fisichella, que me ha acompañado personalmente en mi recorrido espiritual de aceptación de la fe cristiana.Pero indudablemente el encuentro más extraordinario y significativo en la decisión de convertirme fue el que mantuve con el Papa Benedicto XVI, al que siempre he admirado y defendido siendo musulmán, por su maestría a la hora de establecer el vínculo indisoluble entre la fe y la razón como fundamento de la auténtica religión y de la civilización humana, y al que me adhiero plenamente como cristiano por inspirarme una nueva luz en el cumplimiento de la misión que Dios me ha reservado.

Querido director, me has preguntado si no temo por mi vida, consciente de que la conversión al cristianismo implicará ciertamente una enésima, y mucho más grave, condena a muerte por apostasía. Tienes razón. Sé a lo que me expongo, pero afrontaré mi destino con la cabeza alta y erguida y con la solidez interior del que tiene la certeza de la propia fe.Y todavía más, después del gesto histórico y valiente del Papa que, desde el primer momento en que tuvo noticias de mi deseo, aceptó de inmediato administrarme en persona los sacramentos de la iniciación al cristianismo.Su Santidad lanzó un mensaje explícito y revolucionario a una Iglesia que, hasta ahora, quizás haya sido demasiado prudente en la conversión de musulmanes, absteniéndose de hacer proselitismo en los países de mayoría islámica y silenciando la realidad de los conversos en los países cristianos. Por miedo. Por miedo a no poder ayudar a los conversos frente a la condena a muerte por apostasía y por miedo a las represalias sobre los cristianos residentes en los países musulmanes. Pues bien, hoy, Benedicto XVI, con su testimonio, nos dice que hay que vencer el miedo y no temer a la hora de proclamar la verdad de Jesús incluso a los musulmanes.Por mi parte, quiero afirmar que es hora de poner fin al puro arbitrio y a la violencia de los musulmanes, que no respetan la libertad religiosa. En Italia, hay miles de conversos al islam que viven serenamente su nueva fe. Pero también hay miles de musulmanes convertidos al cristianismo, que se ven obligados a ocultar su nueva fe por miedo a ser asesinados por los extremistas islámicos, que se ocultan entre nosotros.Por una de esas casualidades que evocan la mano del Señor, mi primer artículo escrito en el Corriere el 3 de septiembre de 2003 se titulaba Las nuevas catacumbas de los islámicos conversos. Era una investigación sobre algunos neocristianos que, en Italia, denunciaban su profunda soledad espiritual y humana frente a la contumacia de las instituciones del Estado, que no tutelaban su seguridad, y frente al silencio de la propia Iglesia.Pues bien, quiero que del gesto histórico del Papa y de mi testimonio extraigan el convencimiento de que llegó el momento de salir de las tinieblas de las catacumbas y proclamar públicamente su voluntad de ser plenamente ellos mismos.Si aquí, en Italia, la cuna del catolicismo, si aquí, en nuestra casa, no somos capaces de garantizar a todos la plena libertad religiosa, ¿cómo podremos ser creíbles cuando denunciamos la violación de dicha libertad en otras partes del mundo? Pido a Dios que esta Pascua especial otorgue la resurrección del espíritu a todos los fieles en Cristo, que, hasta ahora, han estado sojuzgados por el miedo.Magdi Cristiano

Allam, escritor de origen egipcio, es vicedirector de Corriere della Sera y especialista en temas de Oriente Próximo

jueves, 19 de febrero de 2009

PROYECTO EDITH STEIN


El Proyecto Edith Stein nace como la respuesta a un desafío. Es la resolución de un equipo de profesionales de la educación y del ámbito de la sanidad de ofrecer respuestas a todos aquellos (jóvenes, padres y educadores) que se planteen cómo vivir las relaciones de pareja desde su inicio como relaciones auténticamente personales.
Por eso proponemos un plan de desarrollo educativo de la afectividad que exige una continua reflexión sobre los propios deberes morales y sobre las consecuencias de nuestros actos huyendo de la irreflexión y valorando la sexualidad como el plato fuerte de una relación con compromiso.
Somos conscientes de la trascendencia que una buena educación de la afectividad y de la sexualidad tiene en la evolución psicológica de los adolescentes, y queremos ofertar un proyecto educativo a los padres y al profesorado que se enfrenta cotidianamente con este reto. En definitiva, pretendemos abrir nuevos cauces educativos que conduzcan a los jóvenes a una vida afectivo-sexual que les haga adultos auténticamente libres y felices.

Su pag www es:


Si teneis hijos os la recomiendo. Están preparando un curso on-line.

SEÑOR DEL MUNDO


Señor del Mundo (Lord of the World) merece un lugar junto a Un mundo feliz y 1984 entre los clásicos de la distopía de ficción. De hecho, aunque las obras maestras de Huxley y Or­well sean equiparables en valor literario, son claramente inferiores en valor profético. Los dictadores políticos que daban a la novela-pesadilla de Orwell su siniestra potencia ya tuvieron sus días. Sin embargo, la novela-pesadilla de Benson se está ha­ciendo realidad ante nuestros propios ojos.En el planeta descrito en Señor del Mundo, el laicismo y el humanismo sin Dios han triunfado sobre la religión y la moral tradicional. Es un mundo donde el relativismo filosófico ha triun­fado sobre la objetividad; un mundo donde, en nombre de la tolerancia, la doctrina religiosa no es tolerada. Es un mundo donde la eutanasi, el aborto y el divorcio son practicados ampliamente y la religión... es­casamente. El señor de este mundo de pesadilla es un político de apariencia benigna que ambiciona el poder en nombre de la «paz» y busca la destrucción de la religión en nombre de la «ver­dad». En un mundo así sólo una pequeña y encogida Iglesia permanece resuelta contra el demoníaco «Señor del Mundo».
Es un libro profético, de máxima actualidad, aunque está escrito a comienzos del siglo XX


Esta editado por Homo Legens, con un coste de 19.5 €

UN DIVORCIO CADA CUATRO MINUTOS


«La ruptura familiar se mantiene como el principal problema de las familias españolas mientras las Administraciones no están haciendo prácticamente nada para ayudar a resolverlo». Así lo entiende el presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), Eduardo Hertfelder, quien apoya su afirmación en datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), según los cuales en el tercer trimestre de 2008 hubo 26.435 rupturas matrimoniales (24.560 divorcios, 1.828 separaciones y 47 nulidades), recogidos en una informe sobre la institución familiar en España en los tres primeros trimestres del año pasado, dado a conocer ayer.
Los responsables del informe advierten de que las cifras del último trimestre apenas han variado con relación a 2007. Y esto se produce en en un periodo del año en el que históricamente y debido a las vacaciones se rompen menos vínculos. El dato comparativo ofrecido por el IPF estima un descenso del uno por ciento con respecto al año 2007.
Cada día, 357 rupturas
El estudio resalta que, de acuerdo con los datos recabados, pese a la ralentización de las rupturas debido a la crisis económica y a la disminución del número de matrimonios en los últimos cinco años (un 3,7% menos), el tercer trimestre de 2008 ha supuesto para la institución familiar un quebranto similar al del periodo de referencia (año 2007).
La suma de las cifras de los nueve primeros meses de 2008 eleva hasta casi cien mil (96.500) el número de uniones quebradas. De ellas, 89.744 fueron divorcios, 6.599 separaciones y 157 nulidades, lo que se concreta en una ruptura cada cuatro minutos y 357 diarias.
Andalucía encabeza el número de rupturas conyugales en España y Navarra y La Rioja cierran el listado
En cuanto al tipo de ruptura, más de nueve de cada diez de ellas (93 por ciento) son divorcios, un método que, a juzgar por los datos de periodo analizado, es casi unánime. Esto significa que la separación de los cónyuges adquiera dimensiones prácticamente residuales y testimoniales, ya que se reduce a un 6,8 por ciento. Además, cuatro de cada diez divorcios se han producido de forma más o menos traumática; es decir, no consensuada o contenciosa.
Para Herfelder, la situación en España se ha agravado de tal manera que mientras entre 2002 y 2007, la población aumentó en un 9,4 por ciento, es decir, 3,8 millones de personas más, el número de matrimonios descendió en un 3,7 por ciento, porcentaje que se cuantifica en 7.825 matrimonios menos cada año.
Cifras triplicadas
Los datos ofrecidos por el IPF hablan de que el número de rupturas ha crecido un 19,1 por ciento, pasando de 115.374 en 2002 a 137.451 en 2007. En opinión del presidente del mencionado Instituto, el número de divorcios ha pasado a representar el 36,5 por ciento en 2002, cuando una de cada tres rupturas era de esa naturaleza, a 93 por ciento en los primeros nueve meses de 2008. «Es una escalada impresionante, ya que las cifras se han triplicado en apenas seis meses», afirma Hertfelder.
El estudio evalúa también la situación por Comunidades autónomas. Las conclusiones deparan que en los dos primeros tercios de 2008, Andalucía encabeza la lista de rupturas, con un total de 18.080. De ellos, 16.641 son divorcios y 1.342, separaciones. A corta distancia aparece Cataluña, con 17.310 rupturas (16.348 divorcios y 945 separaciones). El tercer lugar corresponde a la Comunidad de Madrid, en la que 13.101 matrimonios se fueron a pique. De ellos, 12.337 en forma de divorcio y 748 como separación.
La Comunidad Valenciana aparece con 11.974 desuniones (11.270 divorcios y 686 separaciones). En Canarias las cifras se reducen a la mitad, 5.328 divorcios y 219 separaciones de la convivencia: Galicia ofrece indicadores similares, 5.194 y 343 respectivamente. En Castilla y León y el País Vasco la situación reflejada es muy similar,: 3.351 divorcios y 201 separaciones para la primera y 3.364 divorcios y 201 separaciones para la segunda. En la zona media de la tabla están Castilla-La Mancha (3.258 rupturas, la mayoría divorcios), Murcia (2.481), Baleares (2.474), Asturias (2.370) y Aragón (2.215), Y en la parte baja del listón, Extremadura (1.527 matrimonios deshechos)y Cantabria (1.255). Navarra y la Rioja cierran este singular ranking. Navarra registró 967 divorcios y 58 separaciones y La Rioja 488 divorcios y 34 separaciones.
El porcentaje de divorcios respecto de las rupturas no es igual en todas las autonomías ni mantiene la misma tendencia que las cifras absolutas. Canarias y Cantabria son las comunidades con un mayor porcentaje de divorcios en el conjunto de las rupturas, ya que alcanzan el 97 por ciento. En Cataluña suponen el 94,4 por ciento: el País Vasco llega al 94,3 por ciento; Madrid al 94,2 por ciento y Valencia al 94,1.
Los porcentajes menores corresponden a La Rioja, donde alcanza el 92,2 por ciento; Castilla-La Mancha, el 91,8 por ciento, Castilla y León el 91,7 por ciento y Extremadura, el 89,9 por ciento.
Derecho a la estabilidad
Estos datos han sembrado la alarma en el Instituto de Política Familiar. Su presidente considera que «las Administraciones no pueden seguir permaneciendo indiferentes ante una problemática como es la estabilidad familiar y que se ha convertido en el principal problema de las familias españolas». En su opinión, «no se está preservando el derecho de los padres a la estabilidad conyugal».
El Instituto de Política Familiar enfatiza en que «el derecho a la estabilidad conyugal, y más especialmente para los matrimonios con hijos y en situaciones de conflictividad o crisis, debe ser una tarea fundamental de las Administraciones, que no pueden seguir ignorando este dramático problema».

UN BUEN LIBRO


Edith Stein, la judía conversa que abrazó el cristianismo y murió mártir en la persecución nazi, siendo carmelita descalza, es Patrona de Europa.Junto a esta gran convertida del siglo XX, hay otras figuras del mismo siglo: Jacques Loew, María Benedicta Daiber, Narciso Yepes, Leonardo Mondadori, Jean Marie Lustiger, André Frossard, Pedro F. Reyero, Cristina Kaufmann.Y otros convertidos, que continúan en el siglo XXI, siendo testigos del amor de Dios. Entre otros, Alexandra Borghese, Bernard Nathanson, Charles Moore, Etsuro Sotoo, Juan Manuel de Prada, Kiko Argüello, Linda Watson, Nicole Kidman, Svetlana Stalin, Vittorio Messori, María Vallejo-Nágera, Alfonso del Corral, Sor Elsa Bermejo, Valentí Puig, Dolores Hart, Magdi Cristiano Allam, el famoso musulmán que fue bautizado por Benedicto XVI en la Vigilia Pascual de 2008.Con los convertidos de nuestro días concluye la colección de "El Camino de Damasco", que comenzó con David y convertidos del Antiguo Testamento.
El amor infinito de Dios ha llamado desde siempre, y sigue llamando hoy, a hombres y mujeres que buscan la Verdad, la Paz y la felicidad que sólo Él puede dar.

miércoles, 18 de febrero de 2009

MENSAJE DE DON HELDER CAMARA


Para los amigos y amigas,Queridos: Si estuviera entre ustedes, el 7 de febrero celebraría mis 100 años de vida. Pero el buen Dios quiso llevarme antes a disfrutar de su visión beatífica. Además el cielo no tiene nada de aquella imagen idílica que se imagina uno en la Tierra. Nada de ángeles arpistas y nubes color de rosa, aunque la música de Bach tiene mucha audiencia.Entrar en la intimidad de las Tres Divinas Personas es vivir en permanente estado de pasión. Arrebatado por tanto amor, el corazón experimenta una felicidad indescriptible.
A propósito, el otro día Buda, de quien soy vecino, me contó esta parábola que traduce muy bien el camino de la felicidad: en una feria de la India, entre tantos restos de frutas y legumbres, una mujer miraba detenidamente el suelo. Vieron que andaba buscando algo. Varios se preguntaron el qué. “Una aguja”. No le dieron importancia. Pero cuando ella afirmó que se trataba de una aguja de oro se multiplicó el número de los que la auxiliaron en su búsqueda.
De pronto uno de ellos preguntó: “¿Usted recuerda hacia qué parte de la feria la perdió?” “No fue aquí en la feria -respondió la mujer-, la perdí en casa”. Todos la miraron indignados. “¿En casa? ¿y viene a buscarla aquí fuera?” La mujer los miró y replicó: “Sí, igual que ustedes buscan la felicidad en las cosas exteriores, aun sabiendo que ella se encuentra en la vida interior”.
El cielo es tierno, lo cual no impide que experimentemos indignaciones. ¿No hizo Jesús figurar entre las bienaventuranzas el hambre y sed de justicia? Cuando miro a la Iglesia Católica confieso que siento, no frustración, sino un punto de tristeza. El papa Benedicto 16 no transmite alegría y esperanza. Le faltan el profetismo de Juan 23 y la empatía de Juan Pablo 2º.
Los sacerdotes cantores atraen más discípulos que los que se dedican a los pobres, a los campesinos sin tierra, a los niños de la calle, a los enganchados a los químicos. En las misas-espectáculo los templos se ven abarrotados, en tanto que en los seminarios la enseñanza de la filosofía y la teología suele ser superficial.
No es estimulada la vida de oración, muchos buscan el sacerdocio para obtener prestigio social y, a veces, el moralismo predomina sobre la tolerancia, el triunfalismo supera al espíritu ecuménico. ¿Hasta cuándo serán discriminados los homosexuales por quien se considera discípulo de Jesús?
Por lo mismo me alegra el saber que las Comunidades Eclesiales de Base están vivas y se preparan para celebrar su 12º encuentro intereclesial en Rondônia, en el próximo mes de julio. Doy gracias a Dios al constatar que el CEBI -Centro de Estudios Bíblicos- cuenta con más de cien mil núcleos dispersos por todo Brasil, integrados por personas sencillas interesadas en leer la Biblia desde la óptica liberadora.
Sin embargo me preocupa la polémica entre los hermanos Boff. Tanto Leonardo como Clodovis son teólogos de sólida formación. No considero justa la acusación hecha por Clodovis de que la Teología de la Liberación habría priorizado al pobre en lugar de Cristo. El mismo Evangelio nos muestra a Cristo identificado con los pobres, como sucede en la metáfora de la salvación en Mateo 25, 31-46.
Francisco de Asís, con el que echo mis buenas parrafadas, recuerda que sin referencia al pobre, sacramento vivo de Dios, Cristo corre el peligro de acabar en un mero concepto devocional legitimador de un clericalismo que no tiene nada de evangélico o profético.
Le he dicho a san Pedro que sueño con una Iglesia en que el celibato sea opcional para los sacerdotes y que las mujeres puedan celebrar la misa. Una Iglesia libre de las ataduras del capitalismo y en la cual los oprimidos se sientan en su casa, animados en la búsqueda de justicia y de paz.
En cuanto al mundo, lamento que el hambre, por cuya erradicación tanto luché, todavía perdure, amenazando la vida de 950 millones de personas y causando la muerte de casi 23 mil al día, la mayoría niños.
¿Para qué tantos gastos en formas de segar vidas, como armamentos, e inversiones que degradan el medio ambiente, como pesticidas, deforestación irresponsable y cultivo de transgénicos? ¿Por qué tan pocos recursos para obtener alimento -don de Dios- accesible a la mesa de todos los humanos?
Al conmemorar mi centenario acuérdense de los principios y objetivos que orientaron mi vida. A pesar de calumnias y persecuciones viví 91 años felices, pues nunca olvidé lo que me dijo mi padre cuando le comuniqué mi decisión de ser sacerdote: “Hijo, egoísmo y sacerdocio no pueden caminar juntos”.


FREI BETTO

lunes, 16 de febrero de 2009

AUTOBUSES ATEOS


Hablando el otro día con mi hermana Mercedes de lo divino y de lo humano (en el menos metafórico sentido de la expresión, en este caso) me señaló algo en lo que yo no había caído.

Comentábamos la polémica levantada por la aparición de los llamados ‘autobuses ateos’ y ella decía que lo que más la sorprendía no era su conveniencia o inconveniencia, sino el infantilismo del eslogan. De la frase «Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida», lo que le chirriaba no era ese «Dios no existe», a pesar de que, comprensiblemente, pueda herir sensibilidades. Lo que le llamaba la atención era el resto de la frase, como si Dios fuera un severo profesor o un padre castrante que estuviera allá arriba para aguarnos la fiesta. Porque, vamos a ver, ¿qué quiere apuntar esta gente con lo de «deja de preocuparte y disfruta de la vida»? ¿Acaso quiere decir que como no hay nadie que nos vigile podemos ir por ahí haciendo todo lo que prohíbe la ley de Dios? Muy desinformados deben de andar los promotores de esta iniciativa para ignorar que lo que dicen los Mandamientos es lo mismo que cualquier tratado ético: honrarás a padre y madre, no mentirás, no robarás, no matarás. Tal vez con ese «disfruta de la vida» se refieran estos señores al tan traído y llevado sexto mandamiento, pero hay que estar también muy desinformado para ignorar que el cumplimiento de dicho precepto anda desde hace décadas un poco... laxo, digamos, incluso por parte de los creyentes. Tal vez la desinformación de los promotores de esta iniciativa los lleve a desconocer que lo que defiende la moral de los que creemos es, en esencia, lo mismito que la ética laica, es decir, unas normas de conducta que regulen el comportamiento y las relaciones humanas. Por eso tiene toda la razón mi hermana al calificar esta iniciativa de infantil. Sólo alguien con una mentalidad muy elemental (o muy perversa) puede decir que como Dios no existe ancha es Castilla y vamos todos a hacer lo que nos dé la gana. Como creyente que soy, siempre me ha sorprendido observar cuál es el peligro de renunciar a las creencias. A mi modo de ver, no se trata de prescindir de Dios, allá cada uno, y no saben lo que se pierden. El peligro reside en no sustituir el código de conducta que acompaña a la religión por otro código laico. Dicho de otro modo, sustituir la moral por la ética, que prácticamente representan lo mismo. Como ya les he contado en alguna ocasión, yo provengo de un país tan poco religioso que la Navidad no se llama Navidad, mientras que la Semana Santa responde al eufemístico nombre de ‘semana de turismo’. En mi colegio no se daba clase de religión y, por supuesto, tampoco había crucifijos. Tal vez por eso, nosotros, desde niños, sabíamos que había algunas cosas que no se podían hacer. Y no porque allá arriba entre los nubarrones negros hubiera un señor de larga barba que amenazaba con mandarnos al fuego eterno si no obedecíamos o si pegábamos a nuestro compañero de pupitre, sino, simplemente, porque no. O, porque, como dijo Kant –que no era cura precisamente–, no hay que hacer a otros lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros, punto pelota. Y eso no tiene nada que ver con el vicio de las luengas barbas ni con el infierno. Esos señores, que se han gastado una pasta para exhibir en los autobuses de nuestras ciudades su bonito eslogan, reclaman para ellos el mismo respeto que los creyentes a la hora de anunciar sus creencias, y a mí no me parece mal. Sin embargo, lo que hubiera deseado es que fueran un poquito menos antiguos, menos falsamente progres. Que, en vez de decir «Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida», señalaran algo un poco más inteligente y ético como «Da igual que Dios exista o no, tú tienes la misma responsabilidad para con otros y eso no está reñido con disfrutar de la vida». Esto sí lo encuentro respetable. Lo otro, perdonen que les diga, me parece una provocación tan infantil como bobalicona, nada más.

Carmen Posadas en el Semanal

jueves, 12 de febrero de 2009

DARWIN Y LA VIDA HUMANA


El quehacer de la Ciencia tiene como objetivo el conocimiento racional de la realidad. En el rigor de las aproximaciones metodológicas -observación, medida, experimentación- se sustenta la validez de los resultados, el alcance de las teorías que los interpretan y el de las ideas que se consolidan a partir de esos hallazgos. La práctica de la Ciencia ha supuesto una apasionante aventura intelectual para el ser humano, la única especie biológica capaz de razonar y de reflexionar en el sentido más amplio. También la creación artística de cualquier índole supone un atributo definitorio de la condición humana. Hay diversas formas de conocer y conocernos, la Ciencia no es la única.
La Ciencia ha progresado mediante aproximaciones reduccionistas con la pretensión de obtener conclusiones de validez general. Sin embargo, hay también una aspiración humana para comprender el conjunto de la realidad, desarrollando una cosmovisión propia en la que englobar conocimiento y valoraciones. Desde ese punto de vista, no cabe la fragmentación del conocimiento. Cuando se cumple el segundo centenario de Charles Darwin, junto con el sesquicentenario de la publicación de su obra principal, El origen de las especies, importa valorar su obra científica como tal, así como su influencia en la cultura y en la organización social, que tanto impacto ha tenido en la vide muchas personas.
La variación natural en los seres vivos era patente, desde siglos antes, gracias a los esfuerzos de numerosos naturalistas, comenzando por el propio Aristóteles. Darwin desarrolló su experiencia a partir de la observación detallada de numerosas especies en ambientes salvajes. Igualmente, percibió los efectos de la selección artificial que efectuaban los criadores de aves domésticas, forzando la selección de determinadas variedades. Al proponer la selección de los más aptos, como fuerza que opera sobre las variantes individuales que aparecen de manera natural, Darwin pudo encontrar una de esas ideas que permiten conclusiones de valor general. Fenómenos aleatorios, no deterministas, como la variación biológica, se ven afectados por una selección que opera sobre la capacidad adaptativa.
La evolución biológica mediante la selección natural, se convirtió en la idea dominante, la clave fundamental para explicar los fenómenos propios de los vivientes. Tras Darwin había de llegar la genética mendeliana, que demuestra la herencia de los caracteres y sus variaciones. Surgiría después la Biología Molecular, trasladando al nivel de los propios genes la explicación de las variaciones y las bases de su selección, en una síntesis que validaba las ideas evolutivas. Los datos han ido encajando para configurar que existe una unidad en el sustrato definitorio de los seres vivos, así como una organización biológica que se hace más compleja con la aparición de las sucesivas especies.
En cualquier caso, como señalan los biólogos evolucionistas más razonables, el valor de la aportación de Darwin es haber formulado una teoría sobre la que se puede seguir ampliando el edificio científico, que no está agotada, pues muchas preguntas siguen vigentes. Porque aun siendo una explicación razonable, la teoría de la evolución es eso, una teoría no demostrable experimentalmente en su globalidad. Y porque la cantidad de fenómenos evolutivos por explicar es mayor que la de los explicados. Los grandes saltos como la emergencia de las células eucarióticas (con verdadero núcleo), el propio concepto de especie y su generación, de forma que sea aplicable a todos los organismos (las especies bacterianas no pueden ser definidas como comunidad de reproducción), el ritmo de los cambios evolutivos, etc. son cuestiones que siguen abiertas. El conjunto de ideas que se han ido desarrollando en el mundo de la Ciencia desde Darwin diseñan también un universo en cambio; el universo no es estable como postuló Newton, sino que tuvo un comienzo y evoluciona experimentando un proceso de expansión. Se esfumó hace tiempo el sueño de Laplace, de predecir todo lo que ha de ocurrir en un universo determinista.
Darwin destaca entre los otros científicos que también propusieron la evolución biológica. De ahí que se atribuyan al darwinismo las derivaciones de su teoría que impactaron en el mundo del pensamiento y de la organización social. Los resultados de este impacto no son naturalmente responsabilidad del ilustre naturalista inglés, más bien desbordan el hecho científico para adentrarse en interpretaciones de la naturaleza humana con consecuencias variadas.
El darwinismo social supuso la consagración de principios individualistas, como fuente razonable de toda organización, enfatizando la competencia y la lucha por la existencia. La visión monista del hombre, desde una perspectiva exclusivamente materialista, incluso llegó a formularse como una pseudo-religión inspiradora del materialismo histórico (marxismo), o de la superioridad de las razas y la justificación de la eliminación de los más débiles (nazismo) y la eugenesia. La falta de un propósito atribuible a los procesos de selección natural, ya que actúan sobre cambios aleatorios, ha dado pie a formulaciones descalificadoras de la visión trascendente de la vida humana, que desbordan el alcance del propio hecho científico. En términos dramáticos, Monod nos urge a aceptar nuestra soledad de seres abandonados en un mundo indiferente en que hemos emergido por azar. Desde una visión casi metafísica del azar (como señala Arana), nos insta -con lenguaje paradójicamente evangélico- a elegir entre el reino y las tinieblas, siendo el primero la aceptación de la carencia de sentido. Finalmente, desde una visión más flemática, Dawkins sentencia que somos simplemente el vehículo de genes egoístas, que se auto-propagan en un universo carente de diseño, propósito, mal o bien, por lo que no es probable que sea fruto de ningún diseñador ¿para qué preocuparse?.
Sin embargo, la estructura evolutiva en el mundo de lo vivo, de la que somos parte, supone una visión perfeccionada de la realidad material que también nos constituye. Pero, igualmente sabemos que somos la única especie biológica capaz de actuar anticipando las consecuencias de nuestras acciones, y de elegir en función de criterios de verdad, bien, amor y justicia. Nada hay en el darwinismo que nos demuestre la trascendencia de la vida humana, pero tampoco hay nada que la niegue. Revirtiendo visiones opuestas, Ayala ha llegado a señalar que la teoría de la evolución puede también verse como el regalo de Darwin a la religión; la imperfección es inherente también a los procesos naturales. Desde el conocimiento de nuestra realidad biológica, hermanados en la naturaleza con el resto de los vivientes, podemos seguir abiertos a la pregunta fundamental sobre el sentido de nuestras propias vidas. La vida humana, la de cada persona que habita en este planeta, es el resultado de una serie de fenómenos altamente improbables, pero que, no obstante, han ocurrido. Sabemos mucho más de las leyes físicas que gobiernan el ambiente en el que hemos surgido. Podemos ser más libres para bucear en los misterios que persisten detrás de unas leyes de la naturaleza en las que nuestra propia existencia se enmarca.


CÉSAR NOMBELA Catedrático de la Universidad Complutense

martes, 10 de febrero de 2009

ORACION ATRIBUIDA A SAN FRANCISCO


Señor, haz de mí un instrumento de tu paz
Donde haya odio, ponga yo amor.
Donde haya ofensas, ponga yo perdón.
Donde haya discordia, ponga yo unión.
Donde haya error, ponga yo verdad.
Donde haya dudas, ponga yo fe.
Donde haya desesperación,
ponga yo esperanza.
Donde haya tinieblas, ponga yo luz.
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Haz que yo no busque tanto ser consolado, como consolar...
Ser comprendido como comprender...

Ser amado como amar...
Porque dando,
Es como se recibe.
Olvidándose de sí mismo
es como se encuentra uno a sí mismo.
Perdonando
es como se obtiene perdón.
Y muriendo
es como se resucita.

lunes, 9 de febrero de 2009

CRISTO, TE AMO


Cristo, te amo no porque bajaste de una estrella
sino porque me descubriste que el hombre tiene sangre,

lágrimas, congojas...

¡llaves, herramientas!para abrir las puertas cerradas de la luz.

Sí... Tú nos enseñaste que el hombre es Dios...

un pobre Dios crucificado como Tú.

Y aquel que está a tu izquierda en el Gólgota,el mal ladrón...¡también es un Dios!


León Felipe

viernes, 6 de febrero de 2009

EL AMOR TODO LO PUEDE


Nada más ser elegida como Presidenta de Manos Unidas, doña Begoña de Burgos definía así a su organización: «Si no tuviéramos la raíz católica, no seríamos Manos Unidas». A los cincuenta años del nacimiento de esta organización, su identidad católica sigue siendo tan fuerte como su labor en favor de los más pobres de la tierra

¿Por qué el corazón de Manos Unidas y de Barquillo, 38 es el sagrario?

Es muy importante saber y dar testimonio de cuál es la razón primera y última de nuestro trabajo; esa razón no es otra que una Persona que, además, se nos ofrece para estar junto a nosotros y acompañarnos. ¿Tendría sentido no hacer posible esa Presencia-presidencia?El corazón-alma del hombre forja y da vida a toda la persona, física y espiritualmente; da el sentido a su intelecto e impulsa su actividad; se acelera o se serena; se alegra o sufre; es generoso o está lleno de avidez y estrechez de miras; en definitiva, ama. De esta manera, casi sin darnos cuenta, acudiendo a Él en las penas y en las alegrías, en la abundancia y en la estrechez, estando junto a Él haremos nuestra labor como Él la haría.La lucha contra la pobreza -nos recuerda el Papa Benedicto XVI- necesita hombres y mujeres que vivan en profundidad la fraternidad y sean capaces de acompañar a las personas, familias y comunidades en el camino de un autentico desarrollo humano. Solamente en Él somos hermanos y solamente Él nos puede ayudar a serlo fraternalmente.


¿Qué es lo que más destacaría de estos 50 primeros años de Manos Unidas?

El amor por los más desfavorecidos y lejanos, que ha llenado de fe y de esperanza una historia continuada de fuerza, ilusión, sacrifico, entrega y generosidad que ha hecho posible superar todas las dificultades.


¿Si no somos parte de la solución, somos parte del problema?

Si no trabajamos por ser parte de la luz que lleve esperanza y plenitud en la lucha contra la pobreza, aumentaremos la oscuridad y la muerte de una enorme cantidad de seres humanos. Muchas veces somos penumbra, pero siempre debemos desear y caminar para formar parte de la luz, que ilumina el camino y su calor hace posible que se renueve y crezca la vida.


¿Qué tiene que comentar sobre las falsas soluciones: guerra, control de la natalidad, aborto, etc.?


Son soluciones de muerte, que no hacen sino incrementar el dolor, la angustia y la desesperación. Nacen de la oscuridad y nos impiden formar parte de la solución.


¿Por qué si primero no está Dios, lo segundo, lo tercero, lo cuarto, lo social, no funciona?


El mundo pacífico y solidario que todos deseamos es el que, como nos dice el Papa Benedicto XVI, sentimos todos, en lo recóndito de nuestra conciencia: la llamada a dar nuestra propia contribución al bien común. Ésta es la ley natural depositada, como semilla, por Dios en la conciencia de todo ser humano.


¿Cuál ha sido y cuál debe ser el papel de los medios de comunicación en y con Manos Unidas? ¿Se puede evangelizar hoy sin medios de comunicación?


En Manos Unidas entendemos la comunicación como la exigencia de mostrar lo que somos y hacemos, nuestra misión, nuestra visión y la forma especial y única de cómo lo hacemos. Lo hacemos apoyados en dos aspectos: la importancia de los medios de comunicación, que son el altavoz imprescindible para que la sociedad conozca la realidad de los más desfavorecidos y el trabajo que realizamos en su favor; por ello, todos y cada uno de nosotros no escatimamos esfuerzos para hacernos presentes en ellos. Por otro lado, constatamos la fuerza de los testimonios personales, que son una valiosa correa de transmisión de nuestro trabajo y de nuestras necesidades. ¿Cuál es el secreto de la eficacia femenina desde Manos Unidas?Es el amor que todo lo puede y todo lo alcanza, que sostiene la fe y la esperanza ante toda incredulidad y desesperanza, el que hace superar todas las dificultades, porque sabemos que muchos esperan y necesitan de nuestra ayuda. En definitiva, nos urge el Amor. Nos gusta ser la forma mariana que tiene la Iglesia de ejercer la caridad.


¿Puede entenderse una presencia y una actuación verdaderamente eficaz sin estar en la vida pública, quedándose sólo en una especie de espiritualismo individualista?


El desarrollo de la verdadera vida espiritual nunca es individualista, aunque pueda parecerlo en una vocación monacal o de clausura. Santa Teresita del Niño Jesús no salió nunca del convento de Lisieux y, si embargo, sustenta la vida misionera de la Iglesia.Para nuestra misión y vocación debemos estar en la vida pública: dando a conocer las causas que provocan el hambre en el mundo, alentando y ayudando a los más pobres para facilitarles una vida plena, donde sean los artífices de su propio desarrollo. Este testimonio debe ser de tal manera que, además de creyentes, la sociedad nos vea como creíbles.
Begoña Burgos durante una visita a Etiopía


¿Qué nombres destacaría en la labor de estos 50 años?

Todos sabemos que Manos Unidas es una obra de Dios. Por lo tanto, el primer nombre que se debe destacar es el Suyo. Fue Él quien inspiró y alentó a aquellas intrépidas mujeres de Acción Católica, presididas por Pilar Bellosillo, para declarar la guerra al hambre y lanzar la primera Campaña con el Hambre en el año 1960, dirigida por Mary Salas.A partir de este momento, se suceden una inmensidad de nombres y personas, una cadena de eslabones a lo largo y ancho de toda España, que han hecho posible la actual Manos Unidas. Los nombres que debemos recordar son todos aquellos de personas y comunidades a las que Manos Unidas ha ayudado: las víctimas del hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción, que han sentido que no estaban solas ante su desgracia, que había personas lejanas que se preocupaban por ellas y les ayudaban. Son nuestros verdaderos protagonistas.La historia de Manos Unidas no se puede contar sin el reconocimiento a la labor de los misioneros, valiente, audaz, con una generosidad sin límites. Su trabajo continuo y austero hace posible la seriedad en la aplicación de los recursos financieros que ponemos en sus manos.


¿Cuál es su valoración del voluntariado de Manos Unidas, de esos que no actúan para la galería?


Es un voluntariado basado en nuestra fe, contrastado continuamente con nuestra experiencia y alentado por un espíritu de esperanza. La fuerza y la perseverancia necesarias se consiguen, entre otras cosas, mirando a los ojos a los beneficiarios de los proyectos que apoya Manos Unidas y a los que esperan esa ayuda.


¿Qué es lo que más le preocupa hoy; lo que más teme; y lo que más espera y desea?

Me preocupa que nos apropiemos de esta obra de Dios, que pensemos que ha sido o será obra nuestra, de tal o cual persona... Lo que más espero y deseo es que sepamos escuchar hoy, como ayer lo hicieron las que comenzaron esta obra, la voz de Dios, y sepamos contestar: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.¿Se ha mantenido vivo el espíritu y el carisma fundacional en Manos Unidas?Sinceramente, creo que sí, pero debemos darlo a conocer dentro y fuera de nuestra organización. Para ello, una de las acciones del 50 aniversario ha sido editar, reflexionar y difundir el valiente Manifiesto de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) realizado en 1955, origen de la primera Campaña contra el Hambre, a partir de la cual se ha ido configurando la actual Manos Unidas. Debemos renovar el impulso y la fuerza que emana de él. Nuestros cimientos siguen siendo, entonces como ahora, los más sólidos: el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia; su luz ha iluminado nuestro camino.


¿Cómo explica usted el milagro de pasar del primer millón de pesetas a los 62 millones de euros (más de 10.000 millones de pesetas) de la Campaña 2007?

Simplemente, como se explica el milagro de los panes y los peces. Hemos puesto lo que teníamos, nuestra fe, nuestras personas y nuestros pequeños recursos, nuestro entusiasmo, nuestro esfuerzo. Nuestras tinajas estaban llenas de agua y Él las ha trasformado en vino. Es tan sencillo, tan simple y maravilloso como esto.Aparte de haber crecido gigantescamente, como el evangélico grano de mostaza, desde el punto de vista cuantitativo,


¿Manos Unidas ha crecido y crece también cualitativamente?

Nos sentimos orgullosas de crecer y de llegar cada vez a más personas y comunidades, tanto aquí como en los países más desfavorecidos, pero, sobre todo, del estilo tan diferente que tenemos de trabajar, el cómo lo hacemos y los resultados tan positivos que, con este estilo tan diferente de hacer cooperación, obtiene Manos Unidas.Manos Unidas es una Asociación Pública de Fieles desde el punto de vista del Derecho Canónico.


¿Qué significa esto?


Significa que, cuando actúa Manos Unidas, no lo hace a título particular, sino en nombre de la Iglesia, de la cual recibe la misión para realizar su tarea con las personas desfavorecidas de los países empobrecidos, como un ejercicio de comunión y corresponsabilidad en la misión global de la Iglesia y en la tarea que la propia Iglesia le ha encomendado. Ayudamos y palpamos lo que supone la catolicidad, tener el corazón y nuestros recursos abiertos a todos, sin distinción de raza, país, sexo o religión. Esto es, para mí, el tesoro, la perla escondida.

martes, 3 de febrero de 2009

¿QUIEN ES JESUCRISTO?


Hoy día existe mucha información sesgada y poco veraz sobre la figura de Cristo.

He preparado un documento de 42 pag abordando las siguientes cuestiones:
- El Jesús mito
- Un Mesías fracasado
- El Jesús avatar
- El Jesús Gnostico
- El Cristo, hijo de Dios viviente

Trato de exponer argumentos convincentes para salir al paso de las desviaciones más frecuentes.

Aquellos que deseéis que os lo envíe escribid un e-mail a
sanju_an@hotmail.com poniendo en el asunto: documento ¿Quién es Jesucristo?

lunes, 2 de febrero de 2009

ECUMENISMO. RESPONSABILIDAD DE TODOS


El ecumenismo, responsabilidad de todos los bautizados
En 1910 tuvo lugar en Edimburgo una Conferencia mundial de los misioneros protestantes, donde un delegado de las jóvenes iglesias (los recién convertidos al cristianismo) del Extremo Oriente, se alzó para expresar una súplica:
«Vosotros nos habéis mandado misioneros que nos han dado a conocer a Jesucristo, por lo que os estamos agradecidos. Pero al mismo tiempo, nos habéis traído vuestras distinciones y divisiones: unos nos predican el metodismo, otros el luteranismo, otros el congregacionalismo o el episcopalismo. Nosotros os suplicamos que nos prediquéis el Evangelio y dejéis a Jesucristo suscitar en el seno de nuestros pueblos, por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia». Estas palabras sencillas e impresionantes simbolizan la conciencia, que se tomó entonces, de qué necesaria es la unidad para la difusión del Evangelio y, por tanto, para la unidad y la paz del mundo. Aquella reunión marcó el inicio del Movimiento ecuménico. La Iglesia católica se unió plenamente a ese movimiento a partir del Concilio Vaticano II, pero ya en las décadas anteriores había reconocido que se trataba de una inspiración del Espíritu Santo.
Las principales divisiones entre los cristianos antes de nuestro tiempo son dos: la producida en el siglo XI entre Occidente y Oriente (con los ortodoxos), y la crisis de los Reformadores (protestantes) en el siglo XVI. El Concilio Vaticano II puso las bases para la tarea ecuménica (la promoción de la unidad de los cristianos) por parte de los católicos: la importancia, ante todo, del Bautismo y de los elementos de verdad y bien que poseen las Iglesias y comunidades eclesiales que no están en plena comunión con la Iglesia católica.
Antes de su pasión, Jesús rezó por la unidad de sus discípulos, y por tanto por la unidad de los cristianos, de todos los bautizados. Y no quería para ellos una unidad cualquiera, sino que participaran de aquella unidad que Él mismo tenía con su Padre: «Que todos sean uno (ut unum sint), como tú Padre en mí y yo en ti; que sean uno como nosotros somos uno».
Sobre esta oración de Jesús escribió Juan Pablo II: «La invocación 'que sean uno' es, a la vez, imperativo que nos obliga, fuerza que nos sostiene y saludable reproche por nuestra desidia y estrechez de corazón. La confianza de poder alcanzar, incluso en la historia, la comunión plena y visible de todos los cristianos se apoya en la plegaria de Jesús, no en nuestras capacidades».
La promoción de la unidad es, por tanto, deber y responsabilidad de todos los bautizados; no sólo porque la unidad es voluntad de Dios, sino porque la división es un escándalo que perjudica la extensión del Evangelio. Benedicto XVI ha hecho de esta tarea una de las prioridades de su pontificado.
El ecumenismo se lleva a cabo en diversos planos: teológico o doctrinal (llamado «diálogo ecuménico»), entre especialistas; institucional, entre las autoridades de la Iglesia católica y de las distintas confesiones cristianas; espiritual (a partir de la oración de todos los cristianos); y práctico, por medio de la colaboración en el bien común, en la justicia y en la caridad.
La contribución más importante a la unión de los cristianos es el esfuerzo de cada cristiano por llevar una vida coherente con el Evangelio. Junto con esto, la oración privada y pública, como en la «Semana de oración por la unidad de los cristianos» (del 18 al 25 de enero), comenzada por Paul Wattson en 1908. La oración es el «alma» del movimiento ecuménico, su origen y su principal y continuo impulso. Además de la Misa (principal oración), se pueden «ofrecer» por esta intención las actividades cotidianas: las tareas familiares, el trabajo, la enfermedad, etc. Todo ello ha de conducir a acrecentar la fraternidad, primero entre los católicos (evitando las críticas destructivas, las ironías y las polémicas) y después con los demás cristianos. También deben cuidarse: el conocimiento de la doctrina cristiana, el mutuo conocimiento entre las diversas tradiciones cristianas (incluyendo sus mártires), el testimonio común de la fe y la colaboración con los otros cristianos en los diferentes aspectos de la justicia y la caridad.
A veces se dice, con más o menos fundamento: somos lo que comemos, lo que hablamos, lo que pensamos o leemos... Sobre todo habría que decir: una persona es aquello que ama. Un cristiano tendría que poder definirse como aquél que, en todo lo que piensa, siente y realiza, busca siempre lo que une, no lo que separa. Aquél que ama la unidad.

UN SECRETO


El secreto para lograr amor y felicidad
¿Cuál es el secreto para que logres el amor y la felicidad?Si quieres felicidad, dale felicidad a otros; si quieres amor, aprende a amar a los demás;si quieres atención y aprecio, aprende a dar atención y aprecio; si quieres abundancia material, ayuda a otros a tener abundancia.
De hecho, la manera más fácil de obtener lo que quieres es ayudando a otros a obtener lo que quieren. Este principio opera para individuo, corporaciones, sociedades y naciones. Si quieres ser bendecido con todas las cosas buenas en la vida, aprende a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas en la vida.
Hasta pensar en dar, pensar en bendecir, o una simple oración tiene el poder de influir a los demás. El pensamiento tiene el poder de transformación.Cuando aprendes a dar aquello que buscas, activas y montas la coreografía de la danza con movimientos exquisitos, energéticos y vitales que constituyen el eterno palpitar de la vida.La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación es tomar la decisión de que en cualquier momento que entres en contacto con otra persona le darás algo. No tiene que ser algo material; puede ser una flor, un cumplido o una oración, de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales. Los regalos de cuidados, atención, afecto, aprecio y amor son algunos de los regalos más preciosos que puedes dar, y no cuestan nada.
Cuando conoces a alguien, puedes silenciosamente enviarle una bendición, deseándole felicidad, alegría y dicha. Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa.
Podrías decir "¿Cómo puedo darles a otros en este momento cuando no tengo suficiente para mi"? Puedes llevar una flor. Puedes llevar una tarjeta que diga algo sobre los sentimientos que tienes por esa persona a la que estás visitando. Puedes llevarle un cumplido. Puedes llevarle una oración.
Toma la decisión de dar a dondequiera que vayas, a quien sea que visites o veas. Siempre y cuando estés dando, estarás recibiendo. Entre más das, adquirirás más confianza en los efectos milagrosos de esta ley. Al recibir más, tu habilidad de dar más también aumentará.