jueves, 26 de febrero de 2009

PAREJA Y DINERO


En la sociedad moderna, el dinero ya no es un tema tabú a la hora de formar una pareja. Aunque para el inconciente femenino sigue siendo sinónimo de algo no deseado y para el masculino un símbolo de poder, es indispensable abordar el tema para evitar futuros conflictos.
El viejo slogan “contigo pan y cebolla” es hoy tan inusual que hasta descendió de la categoría de cliché. Y no porque las parejas se nieguen a compartir el (mucho o poco) dinero que tengan en común, sino porque las tendencias indican que ya no se forman parejas cuyos integrantes tengan ingresos desiguales.
El dinero, sinónimo de poder en cualquier orden de la sociedad moderna, ejerce sobre los integrantes de una pareja el mismo efecto: quien lo tiene, domina.En la actualidad –sobre todo en las culturas capitalistas- el avance de las mujeres en el terreno laboral quitó al hombre del podio de poder, para pasar a compartirlo.
Muchos hombres se sienten su orgullo heridos cuando inician una relación con alguien que gana más que ellos, en tanto, muchas mujeres se someten a parejas que sienten más poderosas sólo por la cuenta bancaria que poseen.De hecho, uno de los puntos más conflictivos en una relación de pareja es el dinero. Saber qué se juega en torno a este valor y tener armas para que la ambición no supere al amor, es un desafío de este tiempo.
Cuentas claras
Psicólogos y sociólogos aseguran que, cuando se forma una pareja, sería optimo que cada uno hablara de su situación económica, los ingresos y ahorros y opiniones acerca de cómo administrarían el dinero en el caso de vivir juntos.En un artículo publicado por el portal Terra.com sobre el poder del dinero, la psicóloga Clara Coria plantea que el dinero tiene sexo ya que por siglos fue manejado y administrado por el varón. “Hay una desigualdad muy fuerte porque las mujeres hacen una vinculación del dinero con algo sucio, algo no deseado de tenerlo”, añadió la profesional.En tanto, para la directora de la Orientación en Relaciones Humanas y Familia del Instituto Carlos Casanueva de Chile, Paulina Casanueva, “este es un tema que la gente no habla, porque sienten que se están metiendo en un terreno que te saca del amor, la gente se casa con la creencia que esto se va a arreglar de forma mágica, y el no conversarlo genera una serie de dificultades”.
Teniendo en cuenta que el dinero es una poderosa arma para someter y manipular al otro, las especialistas aseguran que una situación ideal es aquella en la que ambos ganan su propio dinero.
Administración
Tradicionalmente, en los matrimonios son los hombres los que llevan el dinero para mantener el hogar, sin embargo en la sociedad actual los roles son compartidos ya que en la mayoría de las parejas ambos trabajan. Si bien los expertos señalan que no hay reglas de quién debe manejarlo, cada pareja debe definir la administración del dinero antes de casarse, para evitar disgustos en los primeros años de matrimonio.
Para solucionar los problemas con el dinero en la pareja, lo primero es tomar conciencia de lo que está pasando. Para ello, los especialistas encontraron cuatro formas para advertir quién está llevando el poder: - Cuando las personas no hacen lo que uno quiere, se puede manipular con el dinero, sexo, información (no te cuento lo que está pasando conmigo), - Tiempo (no tengo tiempo para estar contigo), - Caricias (no te hablo, no soy complaciente contigo)- Reconocimiento (no te tomo en cuenta).
Antes de definir quién administra el dinero o quién paga, es necesario que de manera conjunta la pareja elabore un presupuesto de gastos.
Efectos en la pareja
El poder que la gente le atribuye al dinero es alto, pero dependerá de cuan desarrollada sea la persona para verse afectado por él. También el dinero entrega ciertos niveles de autonomía, como el poder de tomar decisiones independientes del otro. Para la psicóloga Azar “el dinero da poder para ambos lados: el hombre que es proveedor de la casa muchas veces, aunque no siempre, usará eso para obtener privilegios para él. Cuando la mujer no trabaja tiene serios problemas, porque se genera dependencia, y como no tiene ingresos soporta situaciones que pueden ser muy denigrantes, por ejemplo, la violencia”. La falta de dinero o la preocupación constante por llegar a fin de mes ejercen una presión sobre la pareja que dificulta la relación, surgen discusiones y conflictos alrededor del tema y, con frecuencia, recurren a los reproches. Esta situación afecta también al estado de ánimo apareciendo sentimientos de angustia, y dando lugar a que el matrimonio viva en un ambiente tenso. Por esto es importante que la pareja sepa ayudarse y, una vez conocido el problema, tratar de solucionarlo cambiando de actitud. Cuando la gente tiene buenas intenciones está viendo al otro no en términos de usufructuar, aprovecharse de él, ejercer poder frente al otro y se conversa el tema, la relación puede cambiar absolutamente.

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