martes, 14 de octubre de 2008

SERENIDAD


Las riñas, por lo general, empiezan por pequeñeces, pero el calor de la discusión se va desorbitando hasta terminar en enemistades profundas... y a veces en crímenes.

Lo mejor es que no surjan las riñas o bien cortarlas en cuanto tomamos conciencia de que van a producirse y no permitir, bajo ningún pretexto, que adquieran grandes proporciones. Si uno se encuentra de mal humor, seguir el consejo de contar hasta 10 antes de contestar.

Con serenidad y sensatez se pueden evitar muchas riñas...

Si estás airado, calla. Aunque tengas la razón. Dirás más de lo que quisieras y luego te penará. No te arrepentirás de haber callado. Y cuantas veces te apenarás de haber hablado, de no haber podido sujetar las palabras que echaste a volar...

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