martes, 30 de junio de 2009

EL MISTICO JUAN DE LA CRUZ


El místico Juan de la Cruz

Autor: Pedro Miguel LametTítulo: El místico Juan de la Cruz

Editorial: la esfera de los libros

Año: 2009

Pags.:526

No conviene que el verano nos pille desprotegidos, ni siquiera en el tema de las lecturas que hacer. Mira a ver si, además de sumergirte en el agua del mar o la piscina, te atreves a hacerlo también en la apasionante vida de San Juan de la Cruz. El relato novelado e histórico que sobre él ha creado Pedro Miguel Lamet no te defraudará.El hilo conductor de la inquieta vida de San Juan de la Cruz es la búsqueda de información que sobre él va haciendo un comerciante y poeta de la época: Don Pedro de Valmores. Despechado por el abandono de la mujer de sus sueños, Ana Peñalosa, seguidora entusiasta de fray Juan de la Cruz, decide abandonar su oficio e investigar a fondo la vida y obra poética de este “fraile pequeñajo”. Su acercamiento a los distintos sitios en los que éste moró (Fontiveros, Medina, Duruelo, Segovia, Pastrana, Alcalá, Granada…) le sirve al protagonista de excusa para ir descubriéndonos no solo la figura de San Juan de la Cruz, sino también todo el entorno histórico, cultural, político y religioso en el que nuestro santo llevó a cabo, junto con Santa Teresa, la reforma del Carmelo. Las abundantes referencias a eventos, personajes e intrigas políticas y religiosas de la época, ponen de manifiesto que ni siquiera el místico de los místicos, cuyos versos relatan de forma inigualable la unión del alma con Dios, lo tuvo fácil. Muchos de ellos fueron escritos en la cárcel o en medio de otras grandes vicisitudes que tuvo que ir librando, y eso convierte su persona y su obra todavía en más grande y más significativa para nuestra vida.


“Pero, en el roce con fray Juan, encontré la paz. En un principio me repelía tanta ascética, tanta "noche", tanta "nada", "subida" y vacío. Pero luego comprendí que siempre hay que perder en la vida algo para ganar, y hay que perderlo todo para ganarlo todo; que el amor no es sólo placer y recibir, sino un planeta con otra cara oculta, la del dar y, por consiguiente, entregar, derramar y sufrir”.

No hay comentarios: