miércoles, 24 de septiembre de 2008

HIJO PRODIGO

Hijo Pródigo -Rembrandt, detalle-

En mis momentos mejores deseo ser como el hijo pródigo. El padre Enrique Nouwen (1932-1996) ha escrito un libro con el título, Regreso del Hijo Pródigo. Al contemplar el cuadro, el padre Nouwen no sabía con quien identificarse. No podía entender como ser el hijo pródigo, es decir, ser abrazado, amado, descansar su cabeza sobre el pecho del Padre.
Nouwen cuenta como resistió ser abrazado por el Padre, a veces tratando de huir de El, escaparse de su mirada. Finalmente vío la verdad – que no podía volver al Padre con su propia fuerza. Jesús el Hijo eterno, se hizo hombre precisamente para que participáramos en aquel abrazo. En la segunda lectura San Pablo dice, “Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo ‘pecado’ por nosotros, para que unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.” (2 Cor 5:21)



El hombre moderno no quiere ver su propio pecado. Es más fácil atacar a otras personas, los “hipócritas.” Pero detrás de las acusaciones podemos detectar un cierto miedo. A veces pensamos que el hijo pródigo era un “oportunista” hasta el final. Pero recuerda cuando hayas caído profundamente. ¿No era más fácil quedarse allá, incluso querer morir ? Además de humildad, el hijo tuvo valentía para volver a la casa de su padre.


Seamos humildes y valientes. Son muchas las veces que nos alejamos de la casa del Padre. Pero, recuerda, DIOS ES AMOR.

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