viernes, 31 de julio de 2009

EL VERDADERO PODER


Una sociedad sin Dios es una sociedad sin brújula, incapaz de encontrar la orientación para afrontar la crisis económica del presente, pero también los dramas, los sufrimientos, las injusticias que sufre el mundo. Si Dios falta, si se prescinde de Dios, si Dios está ausente, falta la brújula para mostrar el conjunto de todas las relaciones, para encontrar el camino, la orientación hacia donde ir. Es por ello que debemos llevar nuevamente al mundo la realidad de Dios, darlo a conocer, pues, a pesar de que todos saben que hay un solo Dios, muchas veces lo sienten lejano, incluso ausente de nuestra cotidianidad. En esto consiste la evangelización, en acercar a ese Dios que se siente lejano, mostrar su rostro y su verdadero poder en el mundo, su omnipotencia, frente a los poderes más cercanos.Debemos aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, porque Dios es el bien, es la verdad, y por lo tanto no puede actuar contra el bien, no puede actuar contra la verdad, no puede actuar contra el amor y contra la libertad, porque Él mismo es el bien, es el amor, es la verdadera libertad.En el mundo de hoy, cuando se habla de poder, se piensa en el poder económico y militar. La conocida pregunta de Stalin: ¿Cuantos ejércitos tiene el Papa?, caracteriza aún hoy la idea en general que se tiene de poder, es decir: tiene poder quien puede ser peligroso, amenazar y destruir. Sin embargo, el verdadero poder es la misericordia y el perdón. Con la Encarnación se muestra el verdadero poder divino, que se hace cercano a los sufrimientos del hombre. El verdadero poder es gracia y misericordia. En la misericordia, Dios demuestra el verdadero poder. (24-VII-2009)

BENEDICTO XVI

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusto mucho este texto.