jueves, 12 de abril de 2012

UNA BUENA PELICULA.

Prefiero el paraíso

Prefiero el paraíso

Título Original: Preferisco il paradiso
Director: Giacomo Campiotti.
Intérpretes: Gigi Proietti (Filippo Neri), Francesco Salvi (Persiano Rosa), Roberto Citran (cardenal Capurso), Sebastiano Lo Monaco (Nerano), Francesca Chillemi, Josafat Vagni, Francesca Antonelli (Zaira).
Guión: Mario Ruggeri.
Producción: Nicolò Forte.
Música: Marco Frisina.
Montaje: Alessandro Lucidi.
Diseño de producción: Cosimo Gomez.
Vestuario: Enrica Biscossi.
Distribuidora: European Dreams Factory.
Estreno en España: 30 Marzo 2012.
País: Italia.
Año: 2010.
Género: Drama.
Duración: 123 min

Sinopsis

«Sed buenos… ¡si podéis!» se ha convertido en la proverbial expresión de San Filippo Neri, uno de los santos más queridos de la historia de la Iglesia. El santo de la alegría, el juglar de Dios, el segundo apóstol de Roma, Pippo el Bueno, todas estas son sólo algunas de las definiciones de este sacerdote que nació en Florencia en 1515 y vivió más de 60 años en Roma. Mientras tenía lugar el Concilio de Trento y comenzaba la llamada Contrarreforma, San Filippo formaba a los más jóvenes con ternura e ironía acercándoles a la Liturgia y logrando que se divirtiesen cantando y jugando en un lugar que más adelante se convertiría en el Oratorio, proclamada congregación por el Papa Gregorio XIII en 1575. San Filippo Neri, en su larga vida fue amigo de San Ignacio de Loyola y del cardenal Carlos Borromeo, pero él, en su vocación, cuando se le preguntó si quería ser nombrado cardenal, sin dilación contestó: «prefiero el Paraíso».

Críticas

[Juan Orellana - Pantalla 90]

Llega a nuestras salas una versión cinematográfica de la miniserie italiana Prefiero el Paraiso, dirigida en 2010 por Giacomo Campiotti (Corsa di primavera, Come due coccodrilli, Il tempo dell’amore, Mai + come prima). Este biopic sobre la vida de San Felipe Neri se emitió por la RAI y la vieron en su estreno televisivo casi siete millones de espectadores en Italia, con un share del 25,6%. La miniserie, producida por la RAI y Lux Vide, y protagonizada por Gigi Proietti, refleja de manera convincente y conmovedora los episodios más interesantes de la vida de este santo del siglo XVI.

Una vez más, la productora de la familia Bernabei, Lux Vide, da el do de pecho con sus miniseries televisivas que, en general, son sencillamente excelentes. Baste citar Pio XII, Pablo VI, Clara y Francisco, Juan Pablo II, Don Bosco, Santa Rita de Casia, María Goretti, Juan XXIII, San Antonio de Padua, Padre Pío… Pero también han dado la talla en series profanas como Coco Chanel, Cenicienta, Enrico Mattei, Pinocho, Guerra y Paz, Callas Onassis, La hija de Mussolini o Soraya. En esta ocasión, vuelven la mirada a una de las figuras con más carisma del siglo XVI, San Felipe Neri, un hombre que fue respondiendo a los signos de la realidad sin planes ni proyectos propios previos.

La película empieza con un Felipe ya sacerdote, adulto, que se presenta en Roma para tratar de que Ignacio de Loyola le envíe de misionero. Se nos retrata a un hombre luminoso, con mucho sentido del humor, humilde pero fuerte, y muy atento a su relación con Dios. A partir de ese momento, el guión selecciona algunos episodios de su vida que expresan conmovedoramente los aspectos esenciales de su carisma. Pero no pensemos que se trata de una cinta episódica e inconexa. Está construida como un gran largometraje en el que las tramas se van enlazando sin solución de continuidad. Por eso, la versión cinematográfica que ahora se estrena, aunque supone un remontaje en aras de una mayor brevedad, no afecta ni a la comprensión de la historia, ni a la dosificación de la emoción y la intriga. No es la primera vez que un proyecto se concibe para cine y televisión, con dos duraciones diversas. Lo hizo Bergman con Fanny y Alexander, lo hizo Jerry London con Escarlata y negro, y Garci con El abuelo.

Prefiero el Paraíso no sería igual sin la presencia de Gigi Proietti. Se trata de un actor muy versátil, curtido en los escenarios, y con una amplia trayectoria como actor de doblaje. Aquí se emplea a fondo, y consigue atrapar toda la simpatía del público, que desde el primer momento se ve impelido a acompañarle en su fascinante aventura de fe. Su sonrisa auténtica y contagiosa, su mirada humilde y luminosa, y su socarronería limpia hacen creíble a un personaje que vive de su relación con Dios. Por otra parte, una amplia galería de secundarios –muy bien dirigidos por Giacomo Campiotti– hacen de la película una excelente presentación no sólo de la vida del santo, sino de la novedad de la fe cristiana en general.

El cineasta Campiotti nació en Varese en 1957, se licenció en Pedagogía y ha trabajado muchos años en el ámbito teatral. Fue durante muchos años el primer ayudante del director Mario Monicelli y del cineasta católico Ermanno Olmi. Este cóctel se nota en su sensibilidad y en su estudiada puesta en escena. También su formación pedagógica se traduce en la importancia que da a los aspectos educativos de la relación de San Felipe con sus muchachos.

Es una gran noticia que se estrene esta cinta, cuya versión completa verá la luz más tarde en DVD. Esperemos que le vaya lo suficientemente bien en taquilla como para que la distribuidora se anime a estrenar otros títulos de la citada Lux Vide. Ello depende de usted, querido lector. No quedará defraudado.

[Juan Xipell - TacOnline]

La Semana de Cine Espiritual de Barcelona presentó esta producción italiana estrenada originalmente en la pequeña pantalla en forma de miniserie, que ahora llega con un nuevo y reducido montaje a las salas de cine españolas. La película recoge de forma modesta la vida de San Felipe Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, que vivió en una época convulsa para la Iglesia (sus días corren paralelos a la Reforma protestante y a las posteriores medidas impulsadas en el Concilio de Trento) y dedicó su vida a los más necesitados.

Prefiero el paraíso ajusta correctamente sus pretensiones a la vez que sabe aprovechar muy bien los limitados medios de los que dispone. El director Giacomo Campiotti y el guionista Mario Ruggeri consiguen explotar las virtudes de una buena historia, la de una vida ejemplar que retratan de manera amable y simpática, capturando la esencia del entrañable y alegre carácter del santo. Sin obviar la imposibilidad de separar la figura y obra de Felipe Neri de su vida en Cristo, la película sabe trascender a los valores puramente religiosos de la labor de este sacerdote, proclamado patrón de los educadores y los humoristas, para presentar un relato universal repleto de humanidad.

Cine religioso pero muy terrenal que desprende amor y buenas intenciones por los cuatro costados, y que, pese a sus inevitables tics televisivos, deja un muy buen sabor de boca.

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