martes, 29 de septiembre de 2009

LA VELA



Delante de un cuadro precioso de la Virgen María tengo una vela encendida. Cada día. Todos los días. Antes de que se consuma del todo enciendo la siguiente.

Cuando algunos vienen a mi casa y la ven no dejan de pensar que soy un creyente mojigato y algo supersticioso.

Así como en el exterior tengo una luz, del mismo modo deseo tenerla en mi interior. Una luz, que con la ayuda del Cielo, ilumine mi vida. Para que pueda ver claro en momento difíciles en los que tengo que tomar decisiones importantes y delicadas.

Para que ilumine y de calor a mi parte femenina, que tanto descuido alumbrar nuestra cultura. Y así pueda comprender mejor a mis hermanas del otro sexo. Y pueda relacionarme con ellas mejor.

Para que esa luz me recuerde que tan sólo de una Virgen, de un estado virginal -puro- en mi interior puede nacer mi Cristo interno e ir creciendo hasta abarcar todo mi ser, toda mi vida...

Esa luz, en mi interior, la necesito para poder comprender, poder respetar, poder ser tolerante, y así saber perdonar... Y así poder amar.

Y del mismo modo que ha de estar constantemente encendida en el exterior quiero que no se apague en mi interior.

Cristo dijo: EGO SUN LUX... Y deseo que la luz esté dentro de mí...

Luz... ilumina mi frente
Calienta mi corazón...
Fortalece mi voluntad
Dame fuerza para hacer el bien, buscar la verdad
y saber ver la belleza...

Dios mío, dame luz...más luz....

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