viernes, 16 de septiembre de 2011

METANOIA




    `Metanoia’ es un estado relacionado con el `regalo de las lágrimas’ y el
    `arrepentimiento´ y fluye de estas virtudes. Las dos palabras Griegas de origen son
    `meta´ y `nous´. El prefijo `meta´ significa ir más allá y también implica cambio y `nous´
    es el `intelecto´ no la inteligencia racional sino la intuitiva. Es nuestro modo de saber
    intuitivamente que algo es verdad. Meister Eckhart, el místico alemán del Siglo XIV,
    describe este conocimiento intuitivo, al igual que lo hicieron muchos antiguos Padres,
    como el `ojo del corazón´. El habla de “conocimiento puramente espiritual, allí el alma
    es cautivada muy lejos de las cosas terrenales. Allí oímos sin escuchar sonido alguno
    y vemos sin ver…”

    Es un modo de entender, más allá de lo común, es una transformación de la
    conciencia, es un ir más allá hacia una Realidad más profunda, incluso un encuentro
    con la Realidad. Más Importante, es el modo “por el cual Dios puede ser visto”
    (Meister Eckhart). Los primeros Cristianos, en particular Clemente y Orígenes en el
    siglo 2do, equiparaban el concepto platónico de `nous´ con el de `Imagen de Dios´ del
    Génesis. En realidad, lo veían como nuestro punto de contacto con Dios; era
    considerado como la parte más elevada de nuestra alma, la esencia de nuestra
    humanidad, nuestro órgano para orar. Los antiguos Padres de la Iglesia, todos están de
    acuerdo en que esta `imagen´ está contenida en cada uno sin excepción. Esto,
    agregado a la teoría griega que solo puede conocerse lo que es semejante - lo cual fue
    completamente avalado por pensadores cristianos incluyendo Tomás de Aquino y
    Meister Ekhart - implica que podemos por lo tanto llegar a conocer a Dios
    intuitivamente, ya que somos `como él´ en esencia, tenemos algo esencial en común
    con lo Divino. Meister Ekhart lo llama `la chispa, `el castillo´ o a veces `la base´ de
    nuestro ser". Por lo tanto, buscar a través y más allá del `nous´ nos permite darnos
    cuenta de quienes somos realmente, hijos de Dios. “Pero a todos los que lo recibieron,
    les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.” (Juan 1:12)

    Pero para darnos cuenta de este `parecido´ esencial necesitamos purificarnos de
    nuestras desordenadas emociones egoístas, sólo así podemos ver la verdadera
    realidad. El significado de esto queda claramente demostrado en María Magdalena
    (Juan 20: 10-19). Después de la crucifixión de Jesús se dirige a la tumba y la encuentra
    vacía. Está consternada, envuelta en su propia pena y angustia. Aún cuando Jesús
    aparece, está tan abrumada por su dolor que no puede verlo. No lo reconoce y cree que
    es el jardinero. En el momento que Jesús pronuncia su nombre, sale de su visión
    nebulosa de la realidad enfocada en sus propias emociones y necesidades y lo ve en
    su verdadera realidad.

    La palabra `metanoia´ fue también usada por los Padres y las Madres del Desierto para
    hacer reverencias y postraciones, lo que aclara que la actitud que se requería, la que
    puede llevar a alcanzar la gracia de `metanoia´ era de humildad y de arrepentimiento,
    de apertura del corazón. `Metanoia´, desubrir quien uno es en verdad y quien es
    Dios/Cristo, es una fuente de dicha infinita.

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