martes, 28 de junio de 2011

UN BUEN LIBRO PARA EL VERANO

El último jesuita
Autor: Pedro Miguel Lamet
Título: El último jesuita
Editorial: La esfera de los libros
Año: 2011
Pags.:626

¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Sabías que hace apenas dos siglos el Papa Clemente XIV suprimió la Compañía de Jesús? ¿Qué llevó a una orden que empezó el siglo XVIII en el zénit de su poder a ser prohibida en 1773? Una novela histórica sobre la supresión de la Compañía de Jesús en el siglo XVIII. Un relato de ambiciones, odios, humanidad frágil y humanidad heroica.


Pedro Miguel Lamet ha escrito, a lo largo de los años, interesantes relatos históricos sobre personajes vinculados a la Compañía de Jesús. Por citar tan solo dos de los más celebrados, sus biografías de San Pedro Claver o de Pedro Arrupe. Ahora se lanza, en su última novela, a recrear un episodio dramático para los jesuitas, como fue su expulsión de Portugal, España y Francia, y la supresión de la orden en 1773. Lo que hace Lamet es crear un personaje, Mateo Fonseca, al que convierte en testigo privilegiado de todo el proceso. Lo que consigue es hacer que el lector descubra la complejidad de un hecho que sacudió a la Iglesia del siglo XVIII. Las intrigas y conspiraciones, la forma de ejecutar el plan. También permite intuir el infierno al que se vieron abocados aquellos jesuitas errantes, expulsados de un país a otro, fieles en las condiciones más adversas. Una historia de conspiraciones y condenas, de odio y grandeza, que puede ser una buena lectura en los meses de descanso que para muchos comienzan.

"Carlos III había arrojado a aquellas playas a la orden española más numerosa y brillante, fundada por un vasco genial con intelectuales, profesores, muchos de ellos religiosos intachables, como lo prueba que en circunstancias tan extremas solo una minoría abandonara la Compañía. Por las órdenes que llegaban de Madrid y la obsesión de que los vigiláramos de cerca, se veía que Roda y Campomanes les seguían teniendo miedo y sobrevaloraban su poder, a pesar de que no habían hecho durante el extrañamiento el menor gesto de rebelión. Revolvían sus sótanos y bibliotecas en busca de un oro que no encontraban y aún imaginaban en arcones y baúles camino de algún puerto. La leyenda había llegado hasta aquí, pues los lugareños escrutaban el equipaje de los jesuitas en busca de doblones de oro" (p. 341)

COMENTARIO A MATEO 11, 25-30



Evangelio de Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó:

Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.

Sí, Padre, así te ha parecido mejor.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.

Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.

Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

******

COMPRENSIÓN, GOZO Y COMPASIÓN

Parece ser que la gratitud, junto con el amor, es uno de los sentimientos más terapéuticos: nos centra, nos resitúa, nos esponja, nos abre a dimensiones de infinito, sacándonos de mecanismos egocentrados, que nos hacen girar sobre nosotros mismos de un modo enfermizo y enfermante.

La gratitud está íntimamente relacionada con la capacidad de “ver”. Sabemos que nuestros estados de ánimo van a depender de aquello en lo que, consciente o inconscientemente, pongamos o detengamos nuestra atención. Si dejo que mi atención gire en torno a una preocupación, me veré metido en una rueda de preocupación creciente, que contaminará toda mi persona.

Experimentos recientes en el campo de la neurociencia nos dicen que nuestro cerebro reacciona del mismo modo ante un peligro real que ante un peligro “pensado” o imaginado. Si dejamos que nuestra mente se “entretenga” en pensamientos erráticos, o simplemente no observados, nos veremos abocados a estados de ánimo que terminarán manejando nuestra vida a su antojo.

Las conclusiones que se derivan de todo esto son tan sencillas de formular como decisivas en los efectos que producen. Dicho en negativo, podría formulares de este modo: el runruneo mental constituye nuestro peor enemigo. Dicho en positivo: la atención “es la moneda más valiosa que tengo para pagar mi libertad interior”.

Si realmente queremos ser dueños de nuestra vida y de nuestros estados anímicos, necesitamos educar nuestra atención. Ello requiere ejercitarnos por estar cada vez más en el momento presente, o volver a él en cuanto detectamos que nos hemos alejado. Requiere también adiestrarnos en observar nuestra mente, y ser capaces de reconocer el punto en el que se ha extraviado, para “regresar” de nuevo a la presencia y a la conciencia de nuestra verdadera identidad (que no es la mental).

Una atención adiestrada –en la práctica diaria y en momentos específicos de silencio o de meditación- nos capacita para ser dueños de nuestra mente –de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones- y, de ese modo, nos mantiene “despiertos” para “ver” ajustadamente la realidad.

Una mente errática da como resultado una visión errada de lo real: todo es juzgado y valorado según la medida del ego y las etiquetas que él mismo establece sobre las cosas: “me agrada / no me agrada”. Desde una mirada de este tipo –tan egocentrada como inestable, porque todo está sometido al cambio-, es muy difícil vivir en gratitud profunda.

Por el contrario, al tomar distancia de la mente y situarnos como dueños de ella, accedemos, simultáneamente, al presente y a nuestra verdadera identidad: no somos los pensamientos, sino la conciencia en la que aparecen. Nuestra identidad no se ve afectada por lo que pueda ocurrir; constituye un “lugar” de calma y de gozo estable –que no está reñido con la presencia de “olas” superficiales de todo tipo-, del que brota espontánea la gratitud y la alabanza.

Es probable que, en determinados momentos, todos hayamos experimentado lo que es esa sensación de gozo suave y profundo que nos ocupa por completo hasta sobrecogernos de un modo inexpresable, y que necesita traducirse en exclamación, en canto o en poesía…, o en Silencio sostenido.

Algo de eso debió vivir Jesús, tal como se nos narra en este texto del evangelio de Mateo. Es una exclamación de gratitud porque “ha visto” que, pese a todo, “todo está bien”.

En el contexto del evangelio, parece claro que los “sabios y entendidos” son los escribas –teólogos oficiales- y la autoridad religiosa, que creen “saber” todo sobre Dios. Su mente está tan llena de conceptos, que eso mismo les impide abrirse a la novedad de lo que Jesús propone.

Sin vaciamiento de nuestros conceptos (también religiosos), no podremos ser “sencillos” ni acoger la “sabiduría de Dios” que siempre nos sorprende, porque siempre es “nueva”. Encerrados en conceptos que repetimos mecánicamente, hemos construido una jaula en la que terminamos atrapados…, convencidos de que la “verdad” y la misma “vida” se hallan en ellos.

Vaciarse de los conceptos significa, de nuevo, tomar distancia de la mente. Reconocerla en lo que es –una preciosa y valiosísima herramienta a nuestro servicio-, pero sin reducirnos a ella. Cuando somos capaces de pararla –aunque sólo sea un segundo-, ¿qué queda? Silencio, Quietud, Presencia…, Nada, una nada a la que nada le falta: es la Plenitud. Esta es nuestra identidad más profunda.

Se cuenta de hombre muy erudito y buscador, que fue al encuentro de un maestro zen, que lo recibió amablemente. Durante mucho tiempo, el visitante le estuvo exponiendo su recorrido de estudios y de búsquedas, así como su afán de encontrar finalmente la verdad. Después de escucharlo pacientemente durante todo ese tiempo, el maestro se levantó, trajo de la cocina el servicio de té y sirvió a su huésped una taza humeante llena hasta el borde. Pero inmediatamente, y para sorpresa de su interlocutor, tomó la tetera y continuó vertiendo té a la taza. “¿Qué hace?”, le preguntó el visitante, señalando todo el té derramado sobre la mesa. “Usted es como esta taza –le contestó el maestro-; está tan lleno, que ya no le cabe más. Tendrá que empezar por vaciarse”.

Al hablar de la “gente sencilla”, Jesús se está refiriendo precisamente a quienes eran despreciados o desvalorizados por la autoridad religiosa, debido a su pobreza, su enfermedad o su analfabetismo; es decir, a todos aquellos que formaban el círculo habitual del maestro de Nazaret. Este debió quedar extasiado ante el modo como todas aquellas personas marginadas –social y religiosamente- conectaban con su mensaje. Y ése fue uno de los motivos de su explosión de alabanza.

Por el contrario, quienes creían saber todo sobre Dios, delimitados por sus creencias, se incapacitaban para “ver”: su propia “ortodoxia doctrinal” les “ocultaba” la buena noticia.

Pero a continuación, el texto nos hace ver una dimensión todavía más honda, si cabe, del gozo de Jesús: la experiencia de su verdadera identidad, no-separada del Padre. Jesús “vio” quién era: es imposible “ver” lo que somos, aunque sea en un mínimo instante, y no “explotar” de alegría. Porque lo que somos, en esa no-separación con Dios, es precisamente Gozo.

Desde una lectura mental –y, en parte, mítica-, hemos pensado que Jesús se refería a una relación “única” entre él y el Padre. En un “idioma dual” –propio de la mente-, no había posibilidad de leerlo de otro modo. Sin embargo, desde un “idioma” no-dual, venimos a reconocer que aquello que Jesús afirma de sí es real para todos nosotros… La única diferencia es que nosotros no lo hayamos visto, o no con tanta claridad como él lo vio y lo vivió. Porque lo vio, es el “revelador”, haciéndonos caer en la cuenta de que nos hallamos en una “Identidad compartida”, en la Unidad no-dual que somos, donde no caben comparaciones ni exclusiones: todos formamos un “tapiz” admirable, una Red sin costuras, en la que, afirmando las diferencias, las reconocemos dentro de una Unidad más profunda que, constituyéndolas, las integra.

Y la Comprensión y el Gozo –siempre es así, cuando son auténticos- se transforman en Compasión: “Venid a mí…”. Quien ha “visto” se convierte en “alivio” y en “descanso” para los demás.

Durante veinte siglos, estas palabras han procurado consuelo a infinidad de personas, que se han acercado a Jesús y lo han acogido en su corazón. Acercarnos a él, es conectar con el Descanso que forma parte de nuestra identidad más honda –la identidad compartida-, pero que en él puede percibirse de un modo patente. Creer en Jesús, adherirse a él, nos pone en contacto con el Misterio último de lo Real (el “Padre”, en su lenguaje), la Mismidad de todo lo que es.

Esto explica también que, del mismo modo que los cristianos lo percibimos en Jesús, a otras personas pertenecientes a otras religiones les llegue a través de otros “cauces”. Se trata siempre del mismo y único Misterio, reflejado en “mil rostros”, en la belleza de la No-dualidad en la que, por fin, cesan todos los motivos de comparación y de rivalidad. Si todos constituimos una “identidad compartida”, ¿qué sentido tienen las comparaciones?

Para terminar, siento que todo esto encaja admirablemente con la afirmación que Jesús hace de sí mismo: “Manso y humilde de corazón” es quien se vive a distancia de su ego, no identificado con él. Y esto, no por algún tipo de voluntarismo, sino porque “ha visto” la Verdad de quien es.

Enrique Martinez

jueves, 23 de junio de 2011

VALORES DE SOLIDARIDAD

"No dejaré de ser cristiano ni me cansaré de decirlo"

José Blanco se reivindica como cristiano ante la crisis

La religión "aporta valores de solidaridad y cohesión social, que son fundamentales"


"No hay futuro sin solidaridad, no hay futuro sin compromiso y no hay futuro sin valores"
José Blanco./>

José Blanco.

  • José Blanco.
  • José Blanco.
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El ministro de Fomento, José Blanco, se reivindicó ayer en Lugo como cristiano en el discurso que ofreció en el Círculo de Artes como pregonero del Día de la Caridad organizado por Cáritas. Blanco, que defendió que la religión "aporta valores de solidaridad y cohesión social, que son fundamentales también para salir de esta crisis y construir un nuevo modelo económico", envió un "saludo especial" a Cáritas por su "ejemplo".

"Creo sinceramente que el Evangelio tiene capacidad para producir valores que nuestra sociedad necesita", añadió el ministro, porque "es precisa una cultura política en la sociedad civil comprometida con el bien común, un capital social a favor de políticas guiadas por el principio de solidaridad".

En la misma línea, Blanco dijo que "este desafío podemos afrontarlo como algo estrictamente técnico", pero reconoció que, a su juicio, "no lo superaremos sin la ética y los valores".

Según el ministro, "ahora que nuestra sociedad parece sumergida en una época de banalidad, de culto al dinero fácil y a los mensajes artificiales, resulta imprescindible reivindicar la constancia en el compromiso", porque es "una elección vital, que une a personas de diferentes credos y convicciones".

En ese sentido, aunque reconoce que "en este mundo de cambio acelerado han emergido valores, de igualdad y de autonomía personal", también opina que se han "debilitado" los "vínculos sociales", de forma que "lo que antes eran nexos potentes ahora se han convertido en lazos provisionales y frágiles".

Blanco recordó que "no hay futuro sin solidaridad, no hay futuro sin compromiso y no hay futuro sin valores", por lo que es precisamente ahora, "cuanto más falta hace la política, para moralizar la economía" ante la "preeminencia de los mercados".

"La crisis ha puesto en evidencia un serio problema de competitividad. Por eso se ha disparado el desempleo y por eso se ciernen sobre nuestra sociedad graves amenazas de precariedad, pobreza y exclusión", añadió el ministro de Fomento, pero "la red española de bienestar" todavía "resiste los envites de la mayor crisis económica que haya conocido el mundo desde 1929".

Ante los retos que se plantean, Blanco dijo que "el progreso social y económico depende de la tecnología, del liderazgo, de políticas comerciales, de la eficiencia de los sistemas fiscales, pero también, y sustantivamente, de una buena ética económica".

En ese sentido, defendió "un ethos social" basado en el "valor social del trabajo", la "reprobación de actividades" que dañen el medio ambiente o no respeten la dignidad de los trabajadores, la "sostenibilidad", la "calidad y la competencia", "el aprecio al cumplimiento de la Ley", la "austeridad" y el "valor de la confianza y la honradez".

Desde su punto de vista, "si estalló la crisis en el mercado de valores fue porque se acumuló antes una crisis de valores humanos".

Blanco terminó su intervención recordando su condición de cristiano. "No dejaré de serlo, ni me cansaré de decirlo. Mantengo la constancia en cada uno de mis compromisos, sean cuáles sean las circunstancias, con mis creencias, mi tierra y mis ideas", reafirmó.

"Juntos, unidos, podemos hacer más por los que tienen menos, por los que no tienen de todo", concluyó el ministro.

Blanco pronunció el Pregón de la Caridad en el Salón Regio del Círculo de Artes de Lugo, que se llenó para escuchar al ministro un día antes de la tradicional cuestación anual que organiza Cáritas para recaudar fondos para los más desfavorecidos.

De hecho, el ministro también quiso mandar "un saludo especial, con el corazón, a esta extensa red integrada en toda España por 60.000 voluntarios, 4.600 trabajadores remunerados, más de 6.000 Cáritas parroquiales y 70 Cáritas Diocesanas. De manera particular a los de Lugo, también a los de Mondoñedo-Ferrol", dijo.

martes, 21 de junio de 2011

UN SALMO CON ACTUALIDAD




SALMO 12

1 Del maestro de coro. En octava. Salmo de David.

2 ¡Sálvanos, Señor, porque ya no hay gente buena,

ha desaparecido la lealtad entre los hombres!

3 No hacen más que mentirse unos a otros,

hablan con labios engañosos y doblez de corazón.

4 Que el Señor elimine los labios engañosos

y las lenguas jactanciosas de los que dicen:

5 «En la lengua está nuestra fuerza;

nuestros labios nos defienden, ¿quién nos dominará?».

6 «Por los sollozos del humilde y los gemidos del pobre,

ahora me levantaré -dice el Señor-

y daré mi ayuda al que suspira por ella».

7 Las promesas del Señor son sinceras

como plata purificada en el crisol,

depurada siete veces.

8 Tú nos protegerás, Señor,

nos preservarás para siempre de esa gente;

9 por todas partes merodean los malvados

y se encumbran los hombres más indignos.

viernes, 17 de junio de 2011

PACIENCIA -CIENCIA DE LA PAZ, CONSIGO MISMO Y CON LOS DEMAS


Con el amor y la comprensión llega la perspectiva de la paciencia
infinita. ¿Qué prisa tienes si, en el fondo, el tiempo no existe,
por mucho que a ti te lo parezca? Cuando no experimentas el presente,
cuando te dejas absorber por el pasado o preocupar por el futuro,
te provocas mucho pesar y sufrimiento.
El futuro es solamente un sistema de probabilidades.
Así pues, ¿por qué preocuparse tanto?

jueves, 16 de junio de 2011

MAESTROS

Había una vez un derviche que, estando sentado en contemplación, notó que había un demonio a su lado. El derviche le dijo:  - ¿Por qué estás ahí quieto sin hacer maldades?  El demonio levantó la cabeza con aburrimiento y respondió:  - Desde que aparecieron tantos teóricos y pretendidos maestros del Camino, yo ya no tengo nada que hacer.


Había una vez un derviche que, estando sentado en contemplación, notó que había un demonio a su lado. El derviche le dijo:
- ¿Por qué estás ahí quieto sin hacer maldades?
El demonio levantó la cabeza con aburrimiento y respondió:
- Desde que aparecieron tantos teóricos y pretendidos maestros del Camino, yo ya no tengo nada que hacer.