miércoles, 2 de enero de 2013

SABER VER




Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:
 - Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme.
 En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que estaba escondido, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.
 - Señor, te pedí ángeles, no una araña.
 Y continuó:
 - Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme.
 Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña.
 Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior y éste quedó esperando su muerte.  Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación:
 - ¡Vamos, entremos a esta cueva!
 - No. ¡No ves que hasta hay telarañas!, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás.
 Si le pides a Dios un árbol te lo dará en forma de semilla.

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