No es fácil dar algunos pasos. No es fácil tomar decisiones, arriesgar al elegir unos caminos… Asusta meter la pata, equivocarse, perder unas oportunidades por tirar por unos caminos y no por otros. Y esto ocurre en algunas dimensiones cotidianas (hacer un plan con los amigos, gastar dinero en esto o en esto otro…); y ocurre en cuestiones más importantes, de esas en las que te lo juegas todo: ¿Qué carrera elijo? ¿Ha llegado el momento de casarme? ¿Me estará llamando Dios a la vida religiosa? Estas u otras preguntas asaltan, en diversos momentos, y nos zarandean, inquietan y remueven. Pero que no dejemos de vivir por miedo a decidir. | |
miércoles, 23 de enero de 2013
QUE NO NOS FRENE EL TEMOR.
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