Tienes derecho a enfadarte,
pero no debes pisotear la dignidad del otro.
Tienes derecho a sentir celos del triunfo de los demás,
pero no debes desearles mal.
Tienes derecho a caer
pero no debes quedarte tirado.
Tienes derecho a fracasar
Pero no debes sentirte derrotado.
Tienes derecho a equivocarte,
más no sientas lástima de ti mismo.
Tienes derecho a reprender a tus hijos
pero no debes romper sus ilusiones
ni rebajar su autoestima.
Tienes derecho a tener un mal día.
Pero no debes permitir que se convierta en costumbre.
Tienes derecho a ser feliz,
pero no debes olvidar ser agradecido.
Tienes derecho a pensar en el futuro
pero no debes olvidar el presente.
Tienes derecho a triunfar,
pero no debe ser a costa de otros.
No existen derechos sin deberes.
Cuando se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
a la vez se tendría que haber proclamado la
de las obligaciones humanas.
El mundo iría mejor.
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