viernes, 30 de octubre de 2009
RED ASIS
Os invito a formar parte de LA RED ASIS: http://www.redasis.org Es una red abierta de laicos/as que quieren conocer, compartir o promover la espiritualidad franciscana en su vida cotidiana.
jueves, 29 de octubre de 2009
LA GRATITUD
La gratitud puede enriquecer tu vida más que un millón de dólares. Para muchos sería fantástico ganar la lotería, poseer casas, coches y toda clase de lujos, pero todo eso no es suficiente. Tú necesitas el adecuado estado mental para disfrutar la vida, tú necesitas gratitud.
Tomar cada nuevo día como un regalo maravilloso es la experiencia más rica y no hay dinero que pueda comprarla. Un día más es una oportunidad más para ver los árboles, el cielo, las montañas; para disfrutar una taza de cafe caliente, para ver tu programa favorito, para salir a pasear, para escuchar música, para bromear con tus familiares o amigos. Ya seas una persona religiosa o no, el entender la vida como un obsequio te otorgará una actitud constante de agradecimiento, sosiego y armonía.
Es una tentación pensar que la gratitud llega al tener todo lo que uno quiere. Es una engaño asumir que alcanzarás la felicidad si tienes dinero, una familia hermosa y quizás una casa en la playa, porque aun así tu sabes que hay gente que a pesar de poseer todo eso es ingrata e infeliz y sin embargo hay gente muy pobre llena de gratitud por lo poco que ellos tienen.
¿De dónde viene este sentimiento, cómo crear gratitud?... El sentimiento de gratitud llega al mirar tu mundo de la mejor manera: con bondad, paciencia y perdón. El estado espiritual de agradecimiento llega naturalmente al valorar a la gente y a las cosas en tu vida. El sentimiento de gratitud es algo que tú puedes aprender y hacer crecer.
Detente, acércate y percibe el perfume de las rosas. Tú no puedes estar agradecido por algo que no notas o que no disfrutas. Necesitas inclinarte y apreciar a los seres y a las cosas que te acompañan, que te rodean. No es necesario ignorar la fealdad en el mundo pero es imprescindible concentrarse en lo bueno, en lo positivo, en los seres queridos, en los amigos, en tú mismo, en lo que posees -aunque sea poco-. Dar gracias es inherente a la verdadera apreciación.
Piensa y reflexiona continuamente en aquello bueno que te ha pasado. Observa lo agradable que se desarrolla y toma forma en tu vida porque aun en medio de las tragedias que todos en algún momento enfrentamos siempre hay un hilo de luz, algo o alguien por quien sonreír.
Cuando el contar tus bendiciones se vuelve un hábito diario la gratitud te permitirá una experiencia más enriquecedora de la existencia
martes, 27 de octubre de 2009
ELOGIO DE LA TOLERANCIA
JOSE MARIA CASTILLO. TEOLOGO
Tolerante es el que deja a los demás ser lo que son y como son. Más aún, tolerante de verdad es el que anima y ayuda a los demás a que sean como son. Por tanto, tolerante es el que no pretende que los demás cambien. Y, menos aún, intenta que los otros piensen como él piensa o que se comporten como él se comporta. Tolerante, en consecuencia, es el que jamás echa en cara nada a nadie. El que no reprende nunca.
Y, por supuesto, el que jamás ejerce violencia alguna contra nadie, sea quien sea.
Pensemos, por un momento, que esto fuera posible. Y que la vida y la convivencia fueran así. Si realmente tal cosa ocurriera, nos encontraríamos con la indecible sorpresa de un mundo sin violencia, en el que nadie reprocharía nada a nadie y, menos aún, en el que nadie ejercería violencia contra los demás. Un mundo en el que nadie hablaría mal de los otros.
Y en el que nadie tendría que fingir, disimular o mentir. Cada cual sería el que es y como le gusta ser, sin tener que justificarse o dar explicaciones. En un mundo así, todos nos sentiríamos seguros, en paz con nosotros mismos y con los demás. De forma que la convivencia sería algo así como el retorno al paraíso perdido, el paraíso del que fueron expulsados Adán y Eva, los padres míticos de los que habla el mito del libro del Génesis.
Lo que ocurre es que ese mito, como todos los mitos auténticos, tiene la virtualidad de ponernos los pies en el suelo y nos dice cómo es la vida y, sobre todo, cómo es la condición humana. El mito del capítulo tres del Génesis deja bien claro que este mundo no es, ni puede ser, un paraíso. Porque la tentación de “ser como dioses” (Gen 3, 5) acarrea la pérdida de la condición paradisiaca y la consiguiente deshumanización.
De ahí, entre otras cosas, la rivalidad y la intolerancia, como queda petente en el capítulo siguiente del Génesis con el mito de Caín y Abel (Gen 4), que explica las causas de la intolerancia y la violencia. Abel era pastor, Caín era labrador (Gen 4, 2). Dos culturas distintas, la cultura pastoril, cultura de pueblos nómadas, y la cultura de los países agrarios, cultura de pueblos sedentarios.
Si es cierto que con la agricultura nació la civilización, el mito de Caín y Abel es el relato que prueba cómo el proceso del que surge la civilización prueba que la evolución tecnológica y la evolución social pueden disociarse y avanzar en sentido contrario, la primera como progreso, la otra como degradación (María Daraky). Sin dar explicación alguna, el Génesis dice que el Señor aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín (Gen 4, 4 s). El Señor rechaza una civilización que produce los privilegiados del progreso (representados en Caín) y acepta a los excluidos de la degradación (simbolizados en Abel). Por eso el Señor prefirió a Abel.
El mito hace bien en preferir a Abel. Pero hace mal al establecer la diferencia entre los elegidos y los excluidos. Porque toda elección lleva consigo una exclusión. Y el que se siente excluido, por eo mismo se siente irritado (Gen 4, 5). En eso está la clave de la intolerancia y la violencia. El que se ve a sí mismo como el elegido, se siente superior, lo que desencadena en el excluido la rivalidad, la envidia, el resentimiento. Es decir, la intolerancia es la raíz de la violencia.
Hay cuatro fuentes inagotables de intolerancia. 1) La intolerancia “cultural”, propia de los pueblos que se sienten superiores, que miran a los demás como los excluidos. El “eurocentrismo”, que ha pretendido imponer la cultura occidental en continentes enteros, ha sido una de las causas de exclusión y, por eso, de intolerancia humillante y de xenofobia ante otras culturas. 2) La intolerancia “religiosa”, que caracteriza a las religiones monoteístas. Israel se vio a sí mismo como el “pueblo elegido”, preferido por Dios sobre todos los pueblos.
De ahí la exclusión de los demás y la consiguiente intolerancia. Una intolerancia que pasó del judaísmo al cristianismo desde el momento en que la Iglesia se sintió con el derecho de usurpar el título de “pueblo de Dios”, suplantando al Israel bíblico y apropiándose los privilegios de la “alianza” y la “elección”. La creciente intolerancia fue la consecuencia inevitable de tal apropiación. Una intolerancia que ha llegado al paroxismo en los grupos religiosos fundamentalistas judíos, cristianos e islámicos. Las consecuencias de violencia extrema que segregan tales grupos nos tienen a todos literalmente aterrados. 3) La intolerancia “política”, que divide y enfrenta, no sólo a los partidos políticos, sino a países y naciones, grupos humanos, familias e individuos.
Una intolerancia que lleva a los dirigentes políticos y sus secuaces a anteponer sus propios intereses a cualquier otro bien colectivo, produciendo situaciones de profundo malestar y odiosa convivencia ciudadana. 4) La intolerancia “social”, que tanta violencia y tanta sangre ha hecho correr a lo largo sel siglo XX, con los consiguientes resentimientos, odios y heridas incurables que todavía arrastramos. En este caso, la posición social privilegiada desata los sentimientos y resentimientos del que se ve abajo, despojado de derechos fundamentales y, con frecuencia, tratado como un indeseable y hasta como un revolucionario peligroso.
Cuando estas cuatro fuentes de intolerancia se mezclan, se funden y se confunden, el paraíso perdido se convierte en un infierno. Porque los intereses más bajos se disfrazan de valores e ideales altísimos. Con lo que el veneno de la intolerancia llega a ser mortal de necesidad. Sin duda alguna, el mejor regalo que nos podemos hacer en estos Reyes es ofrecer a los demás un gran lote de tolerancia.
lunes, 19 de octubre de 2009
¿TODAVIA TIENE FUTURO EL INDIVIDUALISNMO?
Leonardo Boff, teólogo
En Estados Unidos hay una crisis más profunda que la económico-financiera. Es la crisis del estilo de sociedad que se formó desde que fuera constituida por los «padres fundadores». Es una sociedad profundamente individualista, consecuencia directa del tipo de capitalismo que fue implantado allí. La exaltación del individualismo adquirió forma de credo en un monumento delante del majestuoso Rockfeller Center en Nueva York, en el cual se puede leer el acto de fe de John D. Rockfeller Jr: «Creo en el supremo valor del individuo y en su derecho a la vida, a la libertad y a perseguir su felicidad».
En un fino análisis contenido en su clásico libro La democracia en América (1835), el magistrado francés Charles de Tocqueville (1805-1859) señaló al individualismo como la marca registrada de la nueva sociedad naciente. El individualismo se mantuvo triunfante, pero tuvo que aceptar límites debido a la conquista de los derechos sociales de los trabajadores y especialmente al surgimiento del socialismo, que contraponía otro credo, el de los valores sociales. Pero con el derrocamiento del socialismo estatal, el individualismo volvió a tener vía libre bajo el presidente Reagan hasta el punto de imponerse en todo el mundo en forma de neoliberalismo político.
Contra Barack Obama, que intenta un proyecto con claras connotaciones sociales, como salud para todos los estadounidenses y medidas colectivas para limitar la emisión de gases de efecto invernadero, el individualismo resurge con furor. Le acusan de socialista y de comunista y, en facebook, en internet, hasta no se excluye su eventual asesinato si llegara a suprimir los planes individuales de salud. Y eso que su plan de salud no es tan radical, pues, tributario todavía del individualismo tradicional, excluye de él a todos los emigrantes, que son millones.
La palabra «nosotros» es una de las más desprestigiadas de la sociedad estadounidense. Lo denuncia el respetado columnista del New York Times, Thomas L. Friedman en un excelente artículo: «Nuestros líderes, hasta el presidente, no consiguen pronunciar la palabra ‘nosotros’ sin que les produzca risa. No hay más ‘nosotros’ en la política estadounidense, en una época en que ‘nosotros’ tenemos enormes problemas -la recesión, el sistema de salud, los cambios climáticos y las guerras en Irak y en Afganistán- con los que sólo vamos poder lidiar si la palabra ‘nosotros’ tiene una connotación colectiva» (JB 01/10/09).
Sucede que, por falta de un contrato social mundial, Estados Unidos se presenta como la potencia dominante, que prácticamente decide los destinos de la humanidad. Su arraigado individualismo proyectado al mundo se muestra absolutamente inadecuado para señalar un rumbo al ‘nosotros’ humano. Ese individualismo no tiene ya futuro.
Se hace cada vez más urgente un gobierno global que sustituya el unilateralismo monocéntrico. O desplazamos el eje del ‘yo’ (mi economía, mi fuerza militar, mi futuro) hacia ‘nosotros’ (nuestro sistema de producción nuestra política y nuestro futuro común) o difícilmente evitaremos una tragedia, no sólo individual sino colectiva. Independientemente de ser socialistas o no, lo social y lo planetario deben orientar el destino común de la humanidad.
Pero, ¿por qué ese individualismo tan arraigado? Porque está fundado en un dato real del proceso evolutivo y antropogénico, pero asumido de forma reduccionista. Los cosmólogos nos aseguran que hay dos tendencias en todos los seres, especialmente en los seres vivos: la de auto-afirmación (yo) y la de integración en un todo mayor (nosotros). Por la autoafirmación cada ser defiende su existencia; si no, desaparece. Pero por otro lado, nunca está sólo, está siempre enredado en un tejido de relaciones que lo integra y le facilita la supervivencia.
Las dos tendencias coexisten, juntas construyen cada ser y sustentan la biodiversidad. Excluyendo una de ellas surgen patologías. El ‘yo’ sin el ‘nosotros’ lleva al individualismo y al capitalismo como su expresión económica. El ‘nosotros’ sin el ‘yo’ desemboca en el socialismo estatal y en el colectivismo económico. El equilibrio entre el ‘yo’ y el ‘nosotros’ se encuentra en la democracia participativa que articula ambos polos. Ella acoge al individuo (yo) y lo ve siempre insertado en una sociedad mayor (nosotros), como ciudadano.
Hoy necesitamos una hiperdemocracia que valore cada ser y a cada persona y garantice la sostenibilidad de lo colectivo que es la geosociedad naciente.
viernes, 16 de octubre de 2009
¿BUDA?
Autor: SS Juan Pablo II
La mística carmelita se inicia en el punto en que acaban las reflexiones de Buda y sus indicaciones para la vida espiritual
PREGUNTA:
martes, 13 de octubre de 2009
TEN CORAJE
jueves, 8 de octubre de 2009
UNA BENEDICTINA CONTRA LA VACUNACION OBLIGATORIA
Desde el lugar menos pensado, el Monasterio de San Benet en Monserrat, se ha iniciado una campaña en internet contra la vacunación obligatoria para prevenir la gripe A.
La lidera la hermana Teresa Forcades, doctora en medicina, teologa, quien desde un vídeo colgado en la red hace un llamamiento a la participación ciudadana para que no se pueda forzar a nadie en España a ser vacunado, y para que aquellos que sean vacunados no pierdan su derecho a exigir responsabilidades si sufren efectos secundarios.
La religiosa alerta de que la mayoría de los laboratorios están diseñando vacunas en dos dosis, que deben sumarse a la vacuna de la gripe estacional, algo que nunca se ha hecho y que multiplica por tres los posibles efectos secundarios.
También revela que los laboratorios que hacen vacunas usan coadyuvantes muy potentes para estimular el sistema inmunitario, lo que podría provocar enfermedades auto inmunitarias graves al cabo de un tiempo.
miércoles, 7 de octubre de 2009
LA MOSCA CANTHARIS Y LA ABEJA
Algunas personas son como la mosca Cantharis. Esta mosca va de “caca” en “caca”. Y esparce la misma allí donde se posa. Hay personas que son así. Con un espíritu crítico exacerbado no dejan títere con cabeza. Conozco a algunas que las tienen tomada con la jerarquía eclesial o con otras instituciones o algunas personas concretas. Se han puesto el filtro para ver tan solo lo negativo. Es evidente que en su interior, al igual que la mosca Cantharis en el exterior –ese color verde iridiscente es un poderoso veneno llamado cantaridina- albergan mucho veneno: resentimientos, frustraciones, odios, envidias, etc. Estas personas harán bien en eliminar esos venenos –generalmente están en su sombra, y no son demasiado conscientes- y tener paz interior para poder ver también lo positivo que hay en la vida.
Otras personas son como las abejas. Liban néctar en la flores. Llevan puesto el filtro de la positividad y se posan en las flores. Estas poseen belleza y exquisito aroma. Y transportan algo positivo – el nectar y el polen. Son personas positivas, creativas. Saben que es mucho más importante encender una pequeña luz que combatir la oscuridad.
Te invito, de corazón, a ser más abeja y mucho menos mosca Cantharis. La vida te irá mejor.