jueves, 27 de septiembre de 2012

LO IMPORTANTE ES AMAR






 
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.

Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13

martes, 25 de septiembre de 2012

Ejercicio de la Rosa






Introducción

Por regla general, tanto en Oriente como en Occidente, la flor siempre ha sido considerada y utilizada como símbolo del Sí Mismo espiritual.
En China existe un antiguo texto taoísta que trata del significado profundo de la «Flor de Oro», el cual ha sido comentado ampliamente por Jung en El Secreto de la Flor de Oro. En la India ha sido y sigue siendo utilizado el símbolo del Loto (nuestro nenúfar) que tiene las raíces en el barro, el tallo en el agua y cuyas flores se abren al aire bajo los rayos del Sol.
En Persia y en Europa, se ha utilizado preferentemente la rosa. Tan sólo haré alusión al Román de la rose de los Trovadores; a la rosa mística, admirablemente descrita por Dante en el «Paraíso» (Canto XXIII); a la rosa en el centro de una cruz, símbolo de la orden de los Rosa-Cruces.
Por regla general se ha utilizado la imagen de la flor ya abierta como símbolo del Espíritu, y su visualización es sumamente sugestiva y evocadora. Pero todavía es mucho más eficaz y suscitadora de energías y de procesos psico-espirituales la utilización «dinámica» del símbolo, es decir, la visualización del pasaje, del desarrollo, del capullo cerrado a la flor totalmente abierta. El símbolo del «desarrollo» corresponde a una realidad profunda, a una ley fundamental de la vida que se manifiesta tanto en los procesos de la naturaleza como en los del alma humana.
Nuestro Ser espiritual, el Sí Mismo, que es la parte más real y esencial de nosotros, suele estar normalmente oculto, cerrado y «arrollado»; sobre todo por el cuerpo y sus sensaciones; también por las múltiples emociones e impulsos (miedos, deseos, atracciones y repulsiones, etc.), así como por una inquieta y tumultuosa actividad mental. Es necesario liberar o «ampliar» estas envolturas para que pueda revelarse el Centro Espiritual.
Esto sucede, tanto en la naturaleza como en el alma humana, en virtud de la acción admirable y misteriosa de la vitalidad, tanto biológica como psicológica, que «desde el interior» impulsa y opera de forma irresistible. Por ello, el símbolo —o, mejor dicho, el principio— del crecimiento, del desarrollo, de la evolución ha sido y sigue siendo utilizado cada vez más en la psicología y en la educación, y en él se basa tanto el concepto como la práctica de la psicosíntesis. Una de sus aplicaciones es el ejercicio que describimos a continuación:

Técnica del Ejercicio

Este ejercicio puede realizarse tanto individualmente como en grupo. En el primer caso, es necesario aprender bien sus distintas fases para poder recordarlas con facilidad. En el segundo caso, el que dirige el ejercicio, lentamente y con las pausas oportunas, lo desarrolla de la siguiente forma:
Imaginemos el capullo cerrado de una rosa. Visualicemos el tallo, las hojas y, en lo alto del tallo, el capullo. Este es de color verde, porque los sépalos todavía están cerrados y, como máximo, en la parte superior, se puede llegar a ver tan sólo un pequeño punto rosa. Procedemos a visualizarlo vividamente, manteniendo su imagen en el centro de la conciencia...
Mientras lo observamos, vemos cómo poco a poco se va iniciando un lento movimiento: los sépalos comienzan a separarse dirigiendo sus extremos hacia afuera, descubriendo así los pétalos rosados, todavía cerrados...
Los sépalos se separan cada vez más... y cada vez se distingue mejor el capullo de pétalos de un tenue color rosa...
Ahora, también los pétalos empiezan a extenderse... el capullo sigue abriéndose lentamente... hasta que la rosa se revela en toda su belleza y nos quedamos admirándola con alegría. Llegados a este punto, comenzamos a percibir, inhalando, el aroma de la rosa, este perfume tan característico y conocido... tenue, dulzón y agradable... lo olemos con profundo placer...
El símbolo del Perfume ha sido utilizado frecuentemente en el lenguaje religioso y místico («El olor de santidad») y también es frecuente el uso de perfumes en los ritos (incienso, etc..)
Después, visualizamos toda la planta e imaginamos la fuerza vital que brota desde las raíces hasta la flor, produciendo este desarrollo... y permanecemos contemplando este milagro de la naturaleza.
Ahora, nos identificaremos con la rosa o, más exactamente, «introyectamos» la rosa en nuestro interior...
Ahora somos, simbólicamente, una flor, una rosa. La misma Vida que anima el Universo y que ha producido el milagro de la rosa, está produciendo en nosotros un milagro similar, o incluso mayor: el desarrollo, la apertura, la irradiación de nuestro ser espiritual... y nosotros podemos cooperar conscientemente con nuestro florecimiento interior.

Este ejercicio es del Dr. Roberto Assagioli, creador de la PSICOSINTESIS

jueves, 20 de septiembre de 2012

EXIGENCIA ETICA




Pero él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
—¿Y quién es mi prójimo?
Jesús le respondió:
—Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y
cayó en manos de unos salteadores que, después
de desnudarlo y golpearlo sin piedad, se alejaron
dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba
casualmente por aquel camino y, al verlo, se desvió
y paso de largo. Igualmente un levita que pasó
por aquel lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto
a él y verlo, sintió lástima. Se acercó y le vendó
las heridas, después de habérselas curado con
aceite y vino; luego lo montó en su cabalgadura,
lo llevó al mesón y cuidó de él. Al día siguiente,
sacando dos denarios, se los dio al mesonero,
diciendo: “Cuida de él, y lo que gastes de más te
lo pagaré a mi vuelta”. ¿Quién de los tres te parece
que fue prójimo del que cayó en manos de los
salteadores?
El otro contestó:
—El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo:
—Vete y haz tú lo mismo.
Estamos en tiempos complicados, tiempos de miedo
e incertidumbre, tiempos de sufrimiento y exclusión.
En épocas así, reviven muchos fantasmas: con el
miedo toman fuerza la ley de la selva, el “sálvese
quien pueda”, el “cada uno a lo suyo”. Aparece más
fuerte el racismo y ante el aumento de los excluidos
que nos incomodan, preferimos olvidarlos y mirar
para otro lado.
Conquistas sociales que nos parecían
incuestionables se caen como fichas de dominó.
Los derechos universales, a la salud, a la educación,
de los que nos sentíamos tan orgullosos, hoy se
ponen en duda o directamente desaparecen para
los últimos. Los derechos que se han ido
conquistando muy despacio, van siendo reducidos
ante nuestra pasividad.
Si queremos luchar por un mundo más justo, si
la solidaridad es para nosotros un valor importante,
si nos importan los últimos, tendremos que estar
muy atentos a lo que está ocurriendo. Es importante
la ayuda asistencial, la solidaridad cotidiana, pero
también es importante una apuesta pública por los
más débiles, por los últimos, por los que más están
pagando la crisis. Nada es neutro. Nuestro silencio
está lleno de significado, nuestra palabra también.
La palabra siempre ha sido importante, pero no
silenciar la voz de los últimos se convierte ahora
en una exigencia ética. Callar o comprometernos
puede ser un dilema al que enfrentarnos.
Y cuando pensemos que no hay nada que hacer,
acercarnos al Evangelio nos muestra el compromiso
de Jesús hacia los últimos, los excluidos, los
desheredados, y su promesa de un Reino de justicia
para los pobres.
No mirar para otro lado, no resignarnos a la
injusticia, no callarnos, no convertir a los
desheredados en invisibles es uno de nuestros
trabajos en la lucha por un mundo más justo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL VALOR DEL VIOLIN





El subastador pensó que perdía su tiempo mostrando ese viejo violín estropeado y arañado, pero aún así, lo mostró.
-        ¿Cuánto ofrecen, buena gente? -gritó.
-        ¿Quién hará la primera oferta?
-        ¡Un dólar, un dólar!
-        entonces...
-        ¡Dos!
-        ¿Sólo dos? ¡Dos dólares! ¿Hay alguien que dé tres?
-        ¡Tres!
-        ¡Tres dólares! ... a la una, tres dólares...a las dos... 
Ya se iba a vender el violín por tres dólares, pero en ese momento un hombre canoso se puso de pie, se acercó hasta donde el subastador y tomó en sus manos el arco. Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna. Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y más bien para sí: “¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín?”.  Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar y gritó:
-        ¡Cien dólares! ¿Y quién da doscientos? ¡Doscientos! ¿Y quién da trescientos? ¡Trescientos! ¡Trescientos, a la una! ¡Trescientos a las dos! ¡Y trescientos a las tres!
“Vendido en trescientos dólares”, exclamó. Algunos lloraban y los demás aplaudían... “No podemos comprender” se decían, ¿Qué cambió su valor? Alguien dijo por allí que fue "El toque de la mano de un maestro".

Muchas personas sienten que sus vidas están fuera de tono. No saben cómo aprovechar todos los recursos y talentos que disponen. No saben cómo convertir sus excusas en razones. No pueden ver las oportunidades que existen dentro de las crisis. No le encuentran sentido a lo que hacen. No saben cómo ponerse en acción... y a similitud del viejo violín se "subastan baratamente" a la multitud siguiendo el viaje de la vida como un juego que no requiere pensar.  Pero un día, cuando están preparados, el maestro aparece. La gente no comprende cómo él puede encontrar tanto valor en algo que ellos no pueden ver.  El secreto del Maestro es mirar más allá de las apariencias y conectarse con la verdadera alma de las cosas."La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer resolvería los problemas más grandes que hay en el mundo"

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Granadas para curar

Un estudiante fue con un maestro para aprender el arte de curar. Vieron venir a un paciente y el maestro dijo:

-Este hombre necesita granadas para curar.



El estudiante recibió al paciente y le dijo:

-Tiene usted que tomar granadas, es todo lo que necesita.

El hombre se fue protestando y probablemente no consideró en serio el consejo. El estudiante corrió a su maestro y preguntó qué es lo que había fallado. El maestro no dijo nada y esperó a que de nuevo se dieran las circunstancias.

Pasó un tiempo y el maestro dijo de otro paciente:

-Ese hombre necesita granadas para curar, pero esta vez seré yo quién actúe.

Le recibió y se sentaron, hablaron de su familia, de su trabajo, de su situación, dificultades e ilusiones. El maestro con aire pensativo dijo como para sí mismo:

-Necesitarías algún fruto de cáscara dura, anaranjada, y que en su interior contenga granos jugosos de color granate.

El paciente interrumpió exclamando:

-¡Granadas!, ¿y eso es lo que podría mejorarme?.

El paciente curó y el estudiante tuvo una ocasión más para aprender.

El remedio es la mitad de la cura, la otra mitad es la respuesta de aquel a quien se cura.

Cuento Sufí

lunes, 10 de septiembre de 2012

LIBERTAD DE ESPIRITU




´Una de las cosas que todos añoramos en nuestra vida es descubrir la libertad verdadera del espíritu. Estamos atados por muchas cosas - por el miedo y por el tratar de proyectar la imagen de nosotros en lo que los otros esperan ver. Creo que la gente sufre una gran frustración porque no pueden ser ellos mismos ni porque tampoco pueden hacer contacto con ellos mismos.
James Joyce describió a uno de sus personajes como a "alguien que vivía a cierta distancia de sí mismo". Ahora bien, lo que Jesús vino a proclamar es precisamente esta libertad. La libertad de ser nosotros mismos, la libertad de encontrarnos a nosotros mismos por El, con El y en El. Es el camino a tu propio corazón. Es el camino a la profundidad de tu ser donde simplemente eres - donde no tienes que justificarte o disculparte, pero simplemente gozar el regalo de tu ser. La libertad no es solo liberarnos de cosas. La libertad cristiana no es sólo liberarnos del deseo o del pecado. Somos libres para estar en unión íntima con Dios, que en otra forma de expresarlo, es estar en infinita expansión al Espíritu de Dios.
La meditación es entrar a la experiencia de ser libre para Dios, trascendiendo el deseo, el pecado, renunciando a nosotros mismos; trascendiendo el ego, renunciando a ello, para que todo nuestro ser entero esté totalmente disponible para a Dios. Es en esa profunda disponibilidad que nos encontramos a nosotros mismos.   La meditación es simplemente habitar en la revelación, habitar en la misma visión de Dios.´ 

Padre John Main